miércoles, 30 de enero de 2013

Balas de plata - Élmer Mendoza


Título: Balas de plata 
Autor: Élmer Mendoza 

Editorial: Tusquets 

Páginas: 254 

Precio: 17 euros

Año: 2008

Esta suculenta novela negra, que catapultó a su autor hacia el éxito al ganar el Premio Tusquets Editores de Novela en el 2007, inicia una línea que, a decir de los entendidos, refleja con eficacia el impacto del narcotráfico en la cultura mexicana. Es la llamada narcoliteratura y estamos ante una de sus novelas fundacionales y arquetípicas.

Se trata de un libro con un ritmo trepidante, sincopado, en el que pasan tres o cuatro cosas en cada línea, los diálogos van embutidos uno detrás de otro, sin mayor separación, y es fácil perderse en cualquier momento. Por si fuera poco, está plagado de nombres propios, de jugosas expresiones coloquiales («un clavo saca tachuela», «total, un raya más al tigre», «que se te haga la lengua chicharrón», «no seas encimoso», «hay un chingo de raza que quiere darte piso») no siempre de fácil interpretación, y términos coloquiales y mejicanismos (morra, jocoque, antrear, sunamita, credenza, cachucha) hasta completar un discurso rico, sabroso y colorista, maravilloso, difícil de seguir, pero de una riqueza increíble.

Para no liarse al leer esta especie de Chandler mexicano, es imprescindible tener un papelito a mano en el que ir apuntando el aluvión de nombres y estar pero que muy atento. Una de las ventajas de las novelas de Mendoza es que previenen el Alzheimer, el Parkinson y estimulan el riego cerebral.

El protagonista es el detective conocido como «el zurdo» Mendieta, un antihéroe que visita al psiquiatra de vez en cuando, toma ansiolíticos, ha sido narco una temporadita, ha estudiado Filología hispánica, toma de vez en cuando más de la cuenta para olvidar, y no puede evitar a veces calentarse y discutiir con los testigos. Un investigador atípico, pero honrado en un cuerpo en el que ser honesto es una anomalía peligrosa y que conoce el oficio como pocos.

Una gran novela, negra, muy negra, de alta calidad, llena de encobijados (muertos cubiertos con una manta), con un caso que se cierra y entonces «el muy cabron empieza a resolverse solo», en la que aparecen muchos guiños que la sitúan en el tiempo actual: llamadas continuas de móvil, adivinos baratos de tres al cuarto, gimnasios, periodistas carroñeros escudados en el derecho a informar...ésta es la novela que necesitaba el México actual y Mendoza la ha escrito.

Élmer Mendoza (Culiacán, 1949) creció en el campo, con su abuelo, entre música de corridos y el trabajo del campo. Cuando se instaló en la ciudad descubrió la lectura, comenzó a devorar novelas y se hizo ingeniero. 

A los 28 años, una noche tuvo una epifanía: estuvo en vela hasta el amanecer escribiendo historias sin parar. A partir de ahí, cambió su vida. Decidió hacerse escritor, estudió literatura, se instaló en México D. F. y al año siguiente apareció su primer volumen de cuentos. Escribió cinco más antes de publicar su primera novela, a los 50 años.

Actualmente es catedrático en la Universidad Autónoma de Sinaloa y como formador de novelistas coordina siete grupos en otras tantas ciudades mexicanas. Ha ganado varios premios y está reconocido como uno de los escritores en español en activo más interesantes.

 Élmer Mendoza

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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