Título: Y así sucesivamente Autora: Silvina Ocampo
Páginas: 194 pág.
Editorial: Alfaguara
Precio: 5,90 euros
Año de edición: 1994
Silvina Ocampo es una escritora argentina muy interesante, cuya figura ha estado bastante eclipsada por las de su hermana, Victoria Ocampo, y su marido, Adolfo Bioy Casares. Y este volumen es buena muestra de ello. Publicado originalmente en 1987, reúne 23 relatos cortos, de 7 u 8 páginas cada uno, que llaman la atención por su perfección formal, su atrevimiento, rareza, originalidad y su extraordinaria calidad.
Son textos brillantes, que dejan al lector intrigado y pensando un rato en lo que ha leído. Tienen siempre algún elemento fantástico, pero tan sabiamente entreverado con lo real y cotidiano, que resulta imposible separar ambos componentes. ¿Dónde acaba la realidad y empieza lo imaginario? En estos relatos es casi imposible delimitar esa frontera, y esa es una de sus mayores virtudes. También hay que destacar los finales, que rematan las historias con un toque de crueldad que parece desquiciar todo lo contado hasta ese momento. Y por último, hay que destacar el finísimo sentido del humor, humor negro, claro, que anima estas desconcertantes páginas.
Los temas son muy variados, pero en todo caso estos cuentos resultan surrealistas, poéticos, delirantes, experimentales. Aquí se encuentran los personajes más peculiares, como un niño prodigio que toca un piano desafinado con el dedo gordo del pie,
una mujer que se transforma en coche, una estatua ecuestre que resulta ser capaz de vengarse, un jardinero que echa literalmente raíces en la tierra, un perro enamorado de un trapo de limpiar el suelo, un hombre bondadoso y dulce que no se pierde ni una ejecución, una pintora que gusta de dormir cuando está feliz y cuando está triste, una muñeca que escribe sus memorias, unos niños que se encuentran a una sirena en la playa... seres extraños, ero que parecen casi familiares, a punto de recordarnos a alguien, que tienen algo oculto y que nunca son lo que parecen.
El estilo es poderoso, hipnótico, envolvente, muy elaborado y aparentemente perfecto, por más que algunos argentinismos nos choquen un poco, pero que no entorpecen la lectura. La prosa tiene ritmo, algo de poesía, hallazgos expresivos continuos y la sorpresa de lo onírico a la vuelta de cada página. Una autora que recuerda a Felisberto Hernández y parece estar preparando la llegada de Cortázar.
Un conjunto de relatos que siempre parecen inteligentes, modernos, extraños y sugerentes, pero de una incontestable calidad. Muy recomendables para quienes quieran leer algo diferente y una excelente oportunidad para adentrarse en la obra de la gran escritora Silvina Ocampo.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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