Título: Como si existiese el perdón Autora: Mariana Travacio
Páginas: 144 pág.
Editorial: Las Afueras
Precio: 17,05 euros
Año de edición: 2020
No esperaba yo encontrarme con una novela que es en realidad una del oeste y que me impresionase tanto. Un western con mucha calidad dramática, interesante, original y la atmósfera de las antiguas tragedias.
Pero empecemos por el principio. A un bareto de dos mesas, perdido en medio de la nada, lo de Tano, llega Loprete preguntando por una mujer llamada la Pepa. El forastero es de pocas palabras, brusco, arma lío con los cuatro parroquianos presentes y al final, el Tano lo mata. Lo entierran por allí y parece que no ha pasado nada hasta que se presentan los hermanos del finado preguntando por él, porque lo malo es que los Loprete son ocho.
Así comienza una historia tremenda de venganza y redención, terrible y catártica, llena de símbolos y resonancias, con la fuerza de lo inevitable y la muerte siempre cerca. Tiene sabor a drama antiguo y a cosas que todos sabemos, pero que hemos olvidado. La cosa esta narrada en primera persona por un chico, un adolescente, Manoel, cuyos padres murieron a cuchillo. El Tano le inicia en los misterios y claves de la vida, conocerá la reparación, la venganza, la importancia de cerrar las cosas, el amor y también la redención. Así que se trata también de una novela de crecimiento, lo que la hace más atractiva.
El texto está organizado en 62 capítulos cortos y secos, como escupitajos, de un lenguaje escueto, con frases fulminantes como escopetas recortadas. Una novelita de cuidado que sorprende por la valentía de su autora, que no tiene miedo de adentrarse en un western argentino, por su seguridad en la narración, la precisión y contundencia de su estilo y su habilidad para tejer los hilos de una tragedia rural.
Una novelita breve, muy visual, casi cinematográfica y fácilmente convertible en novela gráfica. Una historia tremenda, de las que no se olvida fácilmente, que acaba entre aguaceros copiosos, truenos sobrecogedores y relámpagos fulminantes. Un texto para el que bastan pocas palabras, rematado con una frase que sirve de alivio y salvación: «... me abraza como si yo fuera un santo, y me mira como si existiese el perdón».
Mariana Travacio (Rosario, 1967) es una psicóloga y escritora argentina. A los dos años, se trasladó con su familia a São Paulo (Brasil). Allí estudió en un Liceo, en francés. Cuando era adolescente su familia se mudó a Buenos Aires, en cuya universidad se licenció en Psicología y dió clases de Psicología Forense.
Hizo un máster en escritura creativa en la Universidad Nacional de Tres de Febrero y comenzó a escribir. Sus cuentos se han publicado en varios países y ha sido traducidos al inglés, sueco, italiano y portugués. Ha recibido numerosos premios y distinciones, como el Premio Juan Rulfo.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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