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viernes, 8 de julio de 2022

Trilogía de la ocupación - Patrick Modiano

Título: Trilogía de la ocupación                                                                                          Autor: Patrick Modiano

Páginas: 376 pág.

Editorial: Anagrama

Precio: 10,90 euros

Año de edición: 2017

La «Trilogía de la ocupación» de Patrick Modiano incluye tres novelas: «El lugar de la estrella», «La ronda de noche» y «Los paseos de circunvalación». Las tres tienen claras analogías estilísticas y temáticas. Podríamos resumirlas en los siguientes aspectos: París durante la ocupación, personajes marginales (ladrones, estafadores, rompehuesos, chantajistas, prostitutas, asesinos, falsificadores, apátridas, periodistas fascistas y depredadores en general) y la identidad como un algo confuso, movedizo, cambiante. 

París es la ciudad. Modiano la conoce hasta la exasperación: avenidas, plazas, villas, parques, callejuelas, clubs nocturnos. Es un París sórdido, neblinoso, casi onírico. En este escenario se mueven como sombras furtivas los personajes modianescos. Por las rondas de la noche parisina suena el chirrido de los automóviles, se advierten pasos apresurados, voces amenazantes, un disparo. 

Numerosas personas han abandonado sus casas después de la debacle de junio de 1940. Son los amenazados, o simplemente asustados. En los hogares desmantelados aún resuenan ecos del ayer. Habitaciones en penumbra. Bailan motitas de polvo entre los mezquinos rayos de luz que se filtran por las persianas bajadas. El jardín está abandonado, como en un poema simbolista. Los recuerdos sobreviven arrumbados: cuadros, muebles, fotos, libros, ropas. Son los restos del naufragio de la familia burguesa. Manos ajenas empiezan a revolverlos. 

Con la ocupación se trastoca la sociedad. Salen a la superficie los reptiles del subsuelo. Bandas de gángsters que colaboran con los ocupantes. Es la gestapo francesa. Crimen impune. Caos. En «La ronda de noche», quizá la mejor novela de la trilogía, dos grupos se enfrentan: los criminales colaboracionistas, oportunistas y nihilistas, contra los idealistas de la resistencia. El protagonista es un ser ambiguo, que se deja llevar, sin ideales, fatalista, que actúa como agente doble. Siempre encuentra justificación para sus delitos. La atmósfera es magistral: las sombras de la noche parisina lo envuelven todo en un sudario de muerte y melancolía. El cubil de los gángsters es una mansión requisada. Alguien está siendo torturado en el sótano. Gime. Las paredes tienen manchas de sangre. En el salón, hombres y mujeres elegantemente vestidos, pero vulgares, comen, beben, ríen. Una rubia con pantalones de montar y botas toca el piano. Sus delicadas manos son blancas como el mármol. Desde la calle se oyen canciones.  

En «Los paseos de circunvalación», las mansiones campestres de la burguesía fugitiva son ocupadas por delincuentes parisinos. Los buenos vecinos cierran las ventanas cuando pasan por la calle criminales borrachos que se hacen pasar por linajudos aristócratas. Las gentes de malvivir tienen su oportunidad, amparados por la corrupción generalizada instalada en el poder. Quieren adquirir una respetabilidad, sin renunciar al crimen. Como en una moderna danza de la muerte, la podredumbre se enseñorea de Francia. En este mundo oscuro, un padre, de origen oriental, y su hijo, ambos criminales, mantienen una extraña relación. En verdad, parece que nada tienen que decirse, aunque compartirán el mismo destino.   

«El lugar de la estrella» plantea el problema de la identidad. La estrella es la estrella de David. El protagonista de la novela es un judío irreal y simbólico: «un rostro humano compuesto de mil facetas luminosas y que cambia de forma sin parar». Un verdadero camaleón humano, precedente del Leonard Zelig de Woody Allen. Así pues, nuestro hombre es antisemita, intenta entroncar con la más rancia burguesía francesa apegada al terruño y se dedica, entre otras cosas, a la trata de blancas. Cuando emigra a Israel las autoridades lo detienen por cosmopolita. Y es que por allí no quieren judíos trotamundos sino sionistas convencidos. Para cualquier nacionalista, el individuo se define ante todo por su estirpe y debe ocupar el lugar de sus antepasados. «El lugar de la estrella» es quizá la más divertida de las tres novelas, con su tono desenfadado, libre y juguetón. Puro surrealismo.

El estilo de Modiano destaca por su capacidad para crear atmósferas cargadas, noctámbulas y asfixiantes. Los personajes sobreviven entre música, alcohol y nubes de humo. Están cansados de la vida en general y de sí mismos en particular. No se avergüenzan de lo que hacen. Se encogen de hombros e insisten en la dureza de los tiempos que corren. En las páginas de Modiano la cronología se altera. Pasado, presente y futuro parecen confluir en la memoria de los protagonistas como en una película sin principio ni fin. No importa la trama, sino la evocación. El pasado es triste, el presente cruel y el futuro será la inevitable ejecución contra un muro. Los antihéroes lánguidos de Modiano son criminales sin remedio. No reclaman la piedad o el perdón. Nunca alcanzan la paz. La muerte es una liberación para ellos.  

Lean estás magníficas y originales novelas. El humor negro y acre que las impregna las hace todavía más apetecibles. 

Patrick Modiano
 
Patrick Modiano (Boulogne-Billancourt, 1945) es un novelista francés. Sus padres se conocieron durante la ocupación alemana de Francia. Por parte de padre, Modiano es descendiente de judíos italianos. La ausencia de su padre, hombre de negocios, marcó su infancia (y su literatura). En 1968 publicó su primera novela, «El lugar de la estrella», a la que que seguirían «La ronda de noche» (1969) y «Los paseos de circunvalación» (1972). Quizá su novela más conocida sea «Villa Triste» (1975). 
 
Modiano ha recibido numerosos premios. En 2014, se le concedió el Premio Nobel de Literatura. Buena parte de su obra se inspira en el verso de René Char: «vivir es obstinarse en consumar un recuerdo». También se rastrean las influencias de Marcel Proust, Céline o Raymond Queneau. La mayor parte de la obra de Modiano está traducida al español.

Publicado por Alberto. 

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