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lunes, 20 de junio de 2022

Y eso fue lo que pasó - Natalia Ginzburg

 

Título: Y eso fue lo que pasó                                                                                           Autora: Natalia Ginzburg

Páginas: 112 pág.

Editorial: Acantilado

Precio: 14 euros

Año de edición: 2016

Esta novela, escrita cuando trabajaba en la editorial Einaudi y aparecida por primera vez en 1947, es la segunda que publicó Natalia Ginzburg. Con ella causó un tremendo impacto, inició una brillante carrera como novelista y se ganó con todo merecimiento una posición en el panorama literario italiano. 

Se trata de la confesión en primera persona de un crimen («Le pegué un tiro entre los ojos») y la explicación de cómo una mujer puede haber llegado a ese extremo. Al final, el viaje de indagación psicológica y existencial en la vida de la protagonista es el tema del libro, lo más interesante. Es una maestra, hija de un médico de pueblo, que se ilusiona con un hombre mayor, que la trata bien se acostumbra a ella y se hace su amigo, pero que ama a otra mujer. La chica está entusiasmada y, como ella misma dice «A una muchacha le produce tanto placer pensar que un hombre se ha enamorado de ella que, aunque no esté enamorada, es un poco como si lo estuviera y se pone más guapa...». Ese es el punto de partida de esta arriesgada y poderosa novela, que explora los rincones más oscuros de las relaciones sentimentales y que me ha recordado la lectura de « Mujer en punto cero» (1975) de la egipcia Nawal El Saadawi.

Es en el fondo una historia de amor desesperada, la confesión escrita en primera persona por una esposa que ha soportado durante años las infidelidades y el desprecio de su marido. Una mujer que, después de crecer en la soledad y aceptar un matrimonio tibio, ha conocido los abismos del desamor, la soledad y la traición. El relato de un viaje particular a los infiernos de una mujer que, en el fondo, siempre ha estado sola, y no tiene mucha suerte en la vida. Con este texto, Ginzburg fue una de las primeras autoras que se situaba más allá del mundo de los hombres, lo cuestionaba y construía un discurso narrativo crítico, rebelde y desafiante ante él, que cuestionaba el papel tradicionalmente asignado a la mujer, que parecía predestinada siempre a esperar y soportar. Esperar a ser cortejada y conquistada, luego soportar la sumisión al marido, esperar luego a ser madre y, frecuentemente, soportar también con resignación ser engañada.

El estilo es muy sencillo, caso naif, emocionante y lírico, cargado de hondura y sentimiento; los diálogos, naturales y expresivos, y el lector se sumerge fácilmente en la experiencia que puede ser vivir desde dentro un amor desgraciado. Hay que decir que el silencio que rodea a los personajes juega en la narración un papel muy importante y que a veces, es más importante lo que no se dicen entre ellos que lo que se dicen. En fin, publicar una novela así en el año 47 fue un bombazo, un acto de rebeldía y un alarde de modernidad.

La traducción del italiano es del madrileño Andrés Barba Muñiz, escritor, traductor, guionista y fotógrafo multipremiado y seleccionado por la revista Granta como uno de los veintidós jóvenes escritores más importantes de habla hispana. Esta edición contiene el prólogo de Italo Calvino, tan favorable como acertado, que ya ha quedado inevitablemente unido al texto.

Una novela dura, poderosa y a la vez, delicada e íntima, lúcida y de gran belleza. Un libro de esos que no se olvidan fácilmente, magistralmente bien escrito y redondo, que en poco más de cien páginas sondea con valentía algunos abismos del alma humana.

Natalia Ginzburg (Palermo, 1916-1991), es otra escritora siciliana, otra pluma genial de familia judía, nacida en esa isla que parece un vivero de buenos escritores. Hija de un profesor de anatomía, nació en una familia acomodada de origen triestino, vivió buena parte de su infancia en Turín y tuvo una educación laica.

Tanto ella como sus hermanos fueron procesados por sus ideas antifascistas bajo la dictadura de Mussolini. A los 17 años publicó su primer cuento, a los 22 se casó con Leone Ginzburg, un intelectual ruso antifascista. Fueron amigos de Carlo Levi, de Cesare Pavese y otros escritores de la época.

El matrimonio fue desterrado a los Abruzzos y poco después su marido, judío, fue detenido y torturado hasta la muerte. Se volvió a casar pasados unos años con Gabriele Baldini, un profesor universitario de literatura.

Trabajó en la editorial Einaudi, que publicó todos sus libros, y ganó los premios Strega y Viareggio. Publicó teatro, ensayo y novela, y está considerada como una de las escritoras italianas con más personalidad. Fue diputada por el Partido Comunista Italiano durante los últimos años de su vida.

Natalia Ginzburg

 
Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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