Título: Los galgos, los galgos Autora: Sara Gallardo
Páginas: 504
Editorial: Malas tierras
Precio: 24,70 euros
Año de edición: 2021
¿Se puede escribir más bonito? Seguro que igual de bonito, sí, pero más bonito, nada más terminar esta novela, me parece dudoso.
En esta novela el tema importa, pero lo que es esencial es la belleza con la que está escrita. Hay innumerables momentos en los que la musicalidad de la prosa lleva a pararse para leer en voz alta o a volver sobre lo leído por el placer de su sonido poético. Y mantener esa tonalidad a lo largo de tantas páginas, además de disfrutarlo, lleva a pensar en el proceso de creación de la autora que se imagina como de absorción, obsesión y total dedicación.
Es la belleza lo que hace difícil escribir sobre esta obra que interesa también por lo que cuenta:
- El amor, tema central al más puro estilo dramático, el amor con todos sus componentes, pasando por todos los estados, siempre en el punto álgido de la pulsión, del sentimiento y de la acción. Amor que invade al protagonista, Julián, joven de treinta años que, una vez lo encuentra encarnado en una pintora de espectacular melena roja, Lisa, ya no vive más que para él, y al cabo de unos años lo relata en primera persona.
- El paisaje, elemento tan importante para el protagonista que es una presencia permanente, siempre cambiante según evolucione y cambie su ánimo —no hay que olvidar que está narrada en primera persona—. En una obra extensa como esta es muy difícil que las abundantes descripciones no resulten pesadas ni repetitivas. Todo lo contrario, son siempre hermosas y nos transportan a esa finca, Las zercas, nido y refugio del amor y del desamor.
- Los galgos, acompañamiento permanente del protagonista por los que siente verdadero amor que nos llega por la enorme sensibilidad con la que están descritos. Son tan bellas las abundantes escenas con los perros que se supone que la autora debió también ser amante de ellos.
- Finalmente, otro tema que se encuentra en todo el desarrollo de la novela es la crítica constante a un estrato de la sociedad, la burguesía y en especial aquella que tenía grandes fincas de las que no sabía nada, pero eran útiles testigos de su riqueza y servían para su recreo.
Los personajes, de los que se vale para la crítica son sus familiares, los tíos, hermano, amigos y políticos relevantes, cuya presencia se muestra como estereotipos de las debilidades de esa clase social llena de convenciones y restricciones mentales. La autora se sirve de la ironía para caracterizarlos, una ironía que en general se traduce en pensamientos a modo de monólogo interior del protagonista acerca de ellos y en diálogos muy ocurrentes con todos ellos. Es curioso que el protagonista los juzgue tan mal cuando él mismo pertenece a esa clase y reproduce parte de sus «vicios» como pueda ser vivir más del dinero heredado que de su trabajo como abogado en el despacho familiar, trabajo al que no le da más que una mínima atención.
Es muy interesante observar que en los diálogos, siempre ágiles e inteligentes, introduce pensamientos a manera de contestación que no se llegan a materializar en palabras porque serían demasiado cáusticas, pero que el lector distingue bien. Para las descripciones y pensamientos del protagonista, la autora cambia a una sintaxis compleja de párrafos amplios y frases largas plagadas de metáforas e imágenes simbólicas que en ningún caso hacen lenta la lectura si no es para volver a recrearse en ellas. Es en estos párrafos donde se sugieren muchas reflexiones acerca del amor y la amistad, sentimiento este que tiene el protagonista por escasos y peculiares personajes. El lenguaje es muy rico y especialmente gozoso para los españoles pues nos descubre muchas palabras que desconocemos.
La hija de la autora dice que cree que la obra de su madre muestra que era una escritora con un ejercicio sofisticado —elegante, refinado, técnicamente complejo, define el diccionario— de su arte. En esta novela lo demuestra con creces.
Una maravilla.
Sara Gallardo (Buenos Aires, 1931–1988) fue una escritora que concita las mejores opiniones —algunas de ellas aparecen en la última página del libro—, reseñas y estudios sobre ella y su escritura hasta el punto de considerarla algunos como «una clásica» y una de las mejores del s. XX. A pesar del éxito que tuvo en su momento, fue olvidada y ahora vuelven a aparecer reediciones que ponen en la mesa de novedades de las librerías toda su obra. Su vuelta del olvido viene también de la mano del Premio nacional de novela Sara Gallardo, instituido en su país por el Ministerio de Cultura de la Nación.
Fue periodista y colaboró con importantes revistas argentinas. Escribió cinco novelas, una de ellas «Enero» reseñada en este blog, y un libro de relatos, así como literatura para niños. Sus artículos están compilados en «Macaneos».
Publicado por Paloma Martínez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario