Título: La mampara Autora: Marta Brunet
Año de edición: 2011
Esta novelita, de un centenar de páginas netas, cuenta la hisroria de tres mujeres, una madre y sus dos hijas, de la clase alta chilena, que atraviesan una mala situación económica y se enfrentan a ella con actitudes muy diferentes: una niega la realidad y pretende vivir como antes, manteniendo un tren de vida que no se pueden permitir; otra es consciente de sus carencias y lucha para disimularlas y conseguir un buen partido, y la madre, que se debate entre la nostalgia y la esperanza de una vida mejor.
En cualquier caso, las tres viven entre dos mundos, el exterior hostil y en el que hay que aparentar, y el interior de la casa familiar, acogedor, lleno de recuerdos y dominado por la escasez de recursos. Los dos medios están divididos por una mampara de cristales coloreados, límite y frontera que separa dos mundos y símbolo de un esplendor ya pasado.
La psicología de los personajes está bien dibujada, con profundidad y riqueza de matices, hay ocasión de describir costumbres y usos sociales de la época, y las tres protagonistas están rodeadas de un buen elenco de figuras secundarias bien descritas, que completan el cuadro y añaden interés a la novela.
Un libro muy curioso y bien escrito, sobre la epopeya doméstica de cómo aparentar sin llegar a ser una falsa, cómo luchar con habilidad para conseguir una cita, una invitación, un regalo, sin que se note y cómo lograr finalmente emparentar de golpe con toda la aristocracia criolla.
Resulta interesante conocer a esta autora, que encuentra soluciones narrativas muy elegantes y a la vez alejadas de los modos que más conocemos. Una estupenda novelita entre el costumbrismo y el retrato psicológico, buena muestra de la literatura de una gran escritora, muy conocida en Chile, pero casi desconocida en España. Vale mucho la pena.
Marta Brunet (Chillán, 1897-1967) fué una escritora chilena. Hija única de chileno y española, pasó su infancia y primera juventud en la finca familiar, Pailahueque, al sur de Chile. No fué a la escuela y se educó con profesores particulares de Castellano, Literatura, Historia, Geografía y Ciencias Naturales.
A los 14 años viajó a Europa, buscando nuevos horizontes intelectuales. Conoció la obra de Marcel Proust, Miguel de Unamuno, Azorín y Luigi Pirandello, que influyeron en su manera de escribir y en su interés por desarrollar conflictos humanos y sociales en sus relatos. Al empezar la Primera Guerra Mundial, regresaron a Chile.
A los 26 años publicó su primera novela, «Mar adentro», que tuvo un gran éxito de crítica, pero al año siguiente falleció su padre y su madre desarrolló una enfermedad mental, así que tuvo que dedicarse a escribir recetas de cocina para salir adelante.
Dos años después, publicó dos novelas y retomó su exitosa carrera literaria. Fué nombrada Cónsul honorario de La Plata y Cónsul profesional en Buenos Aires, y Agregada cultural en Brasil y en Uruguay. En 1961 fué galardonada con el Premio Nacional de Literatura y en 1963 entró a formar parte de la Academia Nacional de Letras de Uruguay. Falleció durante su discurso de ingreso en esa academia.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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