Título: La vida secreta de los árboles Autor: Alejandro Zambra
Páginas: 122 pág.
Editorial: Anagrama
Precio: 16,90 euros
Año de edición: 2022
Zambra es un autor camaleón, que cambia de tono en cada libro y nos sorprende con cada novela que publica. Todas son diferentes y muy originales. Solo encuentro en común entre ellas un gran dominio del lenguaje y una habilidad para manejar la narración de gran efectividad. Por ejemplo, en esta su segunda novela, publicada en español en 2007 y que ya va por su decimotercera edición, este escritor chileno solo necesita 92 páginas de texto neto y escurrido para ejecutar un espléndido ejercicio de estilo y producir una novela estupenda a partir de una idea que, en principio, puede parecer que no ofrece muchas oportunidades de lucimiento.
Os resumo el argumento: Julián se ha quedado en casa entreteniendo a Daniela, la hija de su segunda esposa, Verónica, contándole cuentos. La niña, con la que tiene una muy buena relación, está ya en la cama, y Julián repasa su vida, sus obsesiones, sus relaciones amorosas, cómo es Daniela y mil cosas más, en una noche que se hace cada vez más y más larga porque Verónica no llega y cada vez se hace más tarde. Ya está. Eso es todo. No hay más, aquí no encontraréis ni planteamiento, ni nudo, ni desenlace, ni puntos de giro, ni nada. La acción está detenida, en suspenso. Solo tenemos el hilo de pensamiento del protagonista.
Y solo con ese discurrir, Zambra costumbre una novelita excepcional, rematada con un final abierto de lo más sugerente, que se lee con sumo placer, que nos intriga porque no sabemos porqué derroteros nos llevará y no podemos soltar hasta el final. Para ello, pone en juego un estilo tentativo, que duda y prueba, que busca y explora y, casi sin querer, acaba contándonos una historia que no es más que la historia de las relaciones afectivas de Julián. Pero este novelista tiene muchos trucos en la chistera, que enriquecen la narración, por ejemplo: introduce toques surrealistas, detalles absurdos que hacen la narración más real —porque ¿quién iba a inventarse cosas así?—, como que le cuenta a su hijastra cuentos de árboles, que da clases universitarias de literatura en cuatro idiomas que no habla, que es un escritor de domingos, que escribió una novela de 400 páginas sobre un bonsái y la podó hasta dejarla en 37 páginas —la primera novela de Zambra se titula así, «Bonsái»—, que aunque es profesor, siente que su verdadera profesión es tener caspa o que la nieve es una japonería burda y hermosa.
Por otro lado, esta obra está llena de pistas falsas, de temas y direcciones de la narración que se insinúan, se sugieren y luego quedan en nada. Contiene además varios cuentecitos sobre árboles estupendos, ingeniosos y delicados. Y también reflexiones de mucha enjundia, que se entrecruzan hasta construir un entramado complejo, a pesar de sus pocas páginas. En fin, una novela desconcertante, que no sé si es demasiado simple o compleja en exceso, que lo tiene todo para ser horrorosa y, sin embargo, resulta encantadora, llena de sensibilidad y destellos de lucidez. Quizás el autor-narrador no da la clave cuando dice que «No quería, en verdad, escribir una novela; simplemente quería dar con una zona nebulosa y coherente donde amontonar los recuerdos». Sin embargo, a las pocas páginas, empieza a imaginar cómo será la vida futura de Daniela.
Una novela que se dirige constantemente al pasado y al futuro del protagonista, nunca al presente, sorprendente, llena de conjeturas, inclasificable y sugerente a la vez. No es fácil establecer claramente de qué trata. Y sin embargo, qué entretenida es y qué gusto da leerla. Un texto que me parece una maravilla, casi imposible de resumir y de explicar, que nos da un paseo por lugares que están más allá de las palabras. Una pequeña gran obra, un ejercicio de estilo que resuelve brillantemente un reto de primer orden. Un libro que creo que tenéis que leer. No hay más remedio.
Esta edición incluye un epílogo esclarecedor redactado por la escritora y periodista colombiana afincada en Buenos Aires Margarita García Robayo, que acompaña muy bien al texto.
Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) es un escritor chileno. Creció en Valparaíso y Villa Alemana, estudió Literatura Hispánica en la Universidad de Chile, hizo un postgrado en Filología Hispánica en el CSIC, en Madrid, y se doctoró en la Universidad Católica de Chile.
Ha sido profesor en la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad Diego Portales durante más de diez años. editó, junto al poeta Andrés Andwandler, la revista de poesía Humo y, con la poeta Andrea Insunza, la revista Dossier. Ha colaborado con críticas y columnas en un buen número de diarios.
En 2015, la Biblioteca Pública de Nueva York le concedió una beca para escribir sobre las bibliotecas públicas, titulado Cementerios personales. Allí conoció a Jazmina Barrera, una ensayista mexicana con la que acabaría casándose. La pareja vive en Ciudad de México.
Empezó su carrera como poeta con «Bahía inútil» (1998) y ha publicado otro poemario más, 6 novelas, 2 volúmenes de cuentos, 3 ensayos, 2 guiones y 1 libro de literatura infantil, con los que ha ganado multitud de premios.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.