Título: La muerte de Viviek Oji Autora: Akwake Emezi
Páginas: 256
Editorial: Consonni
Precio: 19,50 euros
Año de edición: 2022
«El día que murió Vivek Oji prendieron fuego al mercado». Con esa contundente frase empieza esta brillante y poderosa novela, a partir de que aparece el cuerpo de Vivek, un joven nigeriano, tan alto como su padre, con el cráneo partido y desnudo delante de la casa de sus padres, envuelto en una tela, que en el segundo capítulo se pregunta a sí mismo si murió de la mejor manera posible. ¿Quién le ha matado?¿cómo? ¿por qué?
Esas preguntas crean un suspense que acompaña al lector durante toda la novela, hasta que junto a la madre de Vivek, por fin encuentra todas las respuestas. ¿Qué secretos guardaba Vivek? El halo de misterio y encanto del joven impregna toda la novela y los detalles de los enigmas que le rodean irá desvelándose poco a poco, sin prisa, pero manteniendo altos la tensión y el rimo en todo momento. Esta obra es un verdadero modelo y ejemplo de cómo tener en vilo e interesado al lector durante más de 250 pág. con una trama que, en otras manos, daría para un relato corto a lo sumo.
Para ello, se presenta un amplio elenco de personajes alrededor del protagonista y relacionados entre sí: los padres de Viviek, Chika y Kevita, su hermano Ekene y su novia Mary, su primo Osita, sus primas, otros parientes, vecinos..., se dosifica la información con precisión de boticario de la vieja escuela, se ven reacciones y sentimientos desde varios puntos de vista y se describen usos y costumbres de ese inmenso país llamado Nigeria, ancestral y moderno, con más de 200 millones de habitantes y 250 grupos étnicos, aparecen comidas típicas (garri, murukku, ndara, ñame, sopa de oha, arroz jollof, ngba, ngu, akara...); flores y árboles (flamboyán, hibisco, vernonia, izora...); etnias nigerianas (igbo, hausa, fulani, abiriba...), y muchas cosas más, realmente interesantes, de la vida cotidiana en Nigeria. Por ejemplo, que hay muchas mujeres inmigrantes —procedentes de Filipinas, Malasia, India, Sri Lanka, etc.— que se casan con nigerianos, la asociación que forman, Nigerwives, para aprender cocina y costumbres locales, lo populares okada, que son los mototaxis, o la oportunidad que tienen los buenos estudiantes de optar a una beca del gobierno para estudiar en universidades estadounidenses.
Todo ello con un estilo poético, fluido y poderoso, un lenguaje brillante y evocador, que deslumbra y muestra significados nuevos en cada párrafo. El resultado es una obra emocionante, potente, con pasajes líricos que muestran los sentimientos más íntimos de varios personajes. Emezi ahonda más y más en el conflicto central de su novela, lo explota al máximo, mientras nos lo va desvelando poco a poco y mantiene el dramatismo de la historia. Va detonando con paciencia cada aspecto de la tragedia final, cada faceta hasta agotarlas todas. Es impresionante. La voz narradora es a veces la de un narrador omnisciente, en ocasiones la del propio Vivek ya muerto y en algunos capítulos, la de su primo y mejor amigo, Osita.
Una historia con giros sorprendentes y un final inesperado, en la que vemos que a veces se puede heredar una marca en la piel, que un gesto frecuente en Nigeria es chuparse los dientes con la lengua, que hay países en los que las elecciones traen a la muerte, que hay personas que no pueden tener suavidad delante sin querer dañarla, que hay quien persigue la verdad incansablemente aunque no esté preparado para oírla y que, en ocasiones, es terriblemente difícil vestirse de uno mismo.
En fin, una novela poderosa, tremenda, sensible y emocionante, que rebosa literatura de la buena por los cuatro costados. Una joya. para mí, ha sido un verdadero descubrimiento y esta mujer es ya otro nombre en mi lista de escritores favoritos. No tengo más remedio que leer a partir de ahora todo lo que pueda encontrar escrito por ella. Es genial. Leed, leed a Emezi.
La traducción del original en inglés es de la traductora y editora bilbaína Arrate Hidalgo.
Akwaeke Emezi (Umuhaia, 1987) es una escritora y artista visual nigeriana. Su padre es de la etnia igbo y su madre, tamil de Sri Lanka. Fue una lectora precoz y voraz, que leía libros de fantasía niña junto a su hermana, para evadirse de la dictadura, las huelgas y los peligros del mundo real. Comenzó a escribir cuentos e historias a los cinco años.
A los dieciséis años, se trasladó a Estados Unidos para estudiar Políticas públicas internacionales y administración sin fines de lucro en la Universidad de Nueva York. Hizo un curso de escritura creativa en Siracusa, en el que trabajó en el borrador de su primera novela, «Agua dulce» (2019), que fue todo un éxito. Con
las tres novelas que ha publicado hasta ahora ha conseguido 6 premios y 10
nominaciones. No está nada mal.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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