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lunes, 14 de noviembre de 2022

La promesa - Damon Galgut

 

Título: La promesa                                                                                                             Autor: Damon Galgut

Páginas: 336 pág.

Editorial: Libros del Asteroide

Precio: 19,90 euros

Año de edición: 2022

Hay libros exigentes que requieren empeño por parte del lector. En algún caso, el esfuerzo puede no corresponderse con lo que se obtiene de la lectura. No es el caso de esta novela que ha merecido, y mucho, la pena.

Es una narración original por varios motivos. Uno de ellos es la estructura en cuatro partes correspondientes a cuatro entierros de cuatro miembros de una familia, que ocurren en cuatro épocas diferentes desde 1986 y a lo largo de más de treinta años.  Estamos en Sudáfrica.

El narrador es lo más singular de la novela por su complejidad. En ocasiones funciona como omnisciente; en otros, en alguno de los personajes pasa de la tercera persona descriptiva a una primera tan potente que sumerge al lector en la mente del personaje del que se trate; en momentos determinados, se dirige en segunda persona sin rodeos al lector y, por último, también lo encontramos interpelando al autor. Es complejo y al principio extraño, llegamos a preguntarnos quién habla, pero poco a poco se comprende y reconoce esta estrategia, de gran efecto. No hay que olvidar que el escritor es también dramaturgo.

La novela cuenta el devenir de una familia de blancos sudafricanos que viven en una granja cerca de Pretoria. Son los Swart, Manie (Pa) y Rachel (Ma) y sus tres hijos, Astrid, Anton y Amor. La criada negra, Salomé y su hijo Lukas habitan una casucha próxima a la residencia familiar cuya propiedad es el nudo del problema y explica el título de la novela. Antes de morir, la madre hizo prometer al marido que se la daría a la sirvienta en reconocimiento de su dedicación incondicional, algo que él olvidó enseguida, pero no la hija pequeña que hace del cumplimiento de la promesa algo esencial en su vida a pesar de que no tardará en independizarse e irse lejos del núcleo familiar, al que no volverá más que en contadas ocasiones, los entierros. También tiene su papel la pareja formada por la hermana del padre, Marina y su marido Ockie siempre inmiscuidos en la familia, especialmente ella.

Los personajes son caracteres complejos, fuertes y bien definidos a lo largo de la narración; las pocas interacciones que se dan entre ellos coinciden con alguna de las muertes. El autor no hace concesiones a ninguno de ellos, tampoco a los lectores; muestra, no juzga. Él mismo dice que las novelas deben presentar el modo de ver la realidad de los autores, pero nunca valorar. Ello no impide la crítica que en su caso se centra en las situaciones políticas, los políticos y las propias sociedades que los hacen como son.

El ambiente y su evolución está narrado de forma concisa —otra vez la dramaturgia—, pero suficientemente clara. La contención nos ofrece a los lectores una ocasión estupenda para alentar nuestro interés por conocer con mayor profundidad lo que quizás solo recordamos como momentos míticos, como la excarcelación de Mandela y su mandato como presidente del país, o el famosísimo partido en el que estaba en juego la copa del mundo de rugby y que le sirvió como comienzo ejemplar del difícil objetivo de lograr la convivencia pacífica y la cooperación de blancos y negros.

Otro tema que toca es la religión y su capacidad, cuando llega a extremos de cuasi fanatismo, de enfrentar familias hasta llegar a la ruptura total de relaciones, así como muestra a curas, pastores o rabinos que, sean de unas u otras religiones, no actúan como pacificadores, sino por el contrario, algunos incluso fanatizan a sus seguidores para conseguir donaciones exorbitantes en perjuicio de la propia familia.

Entre todos, protagonistas y secundarios, el escritor nos ofrece un amplio muestrario del abanico de gentes que pueblan la nación «arco iris», como él mismo dice «un grupo mixto, variopinto y mestizo, un grupo intranquilo e incómodo, como los elementos antagónicos de la tabla periódica».

Un hecho curioso es que los negros no aparecen más que como criados y obreros, y aunque se cuenta la importancia decisiva que tuvo para ellos el cambio radical de gobierno tras la excarcelación de Mandela, no se les da voz, no son personajes. Tampoco se detiene el autor en profundidad en los momentos de insurrección contra las propiedades de los blancos ocurridos a principios de siglo. De esta manera, argumenta en una entrevista, quiere dejar constancia de cómo eran considerados los negros en esa sociedad, como invisibles.

La traducción ha estado a cargo de la argentina Celia Filipetto que tiene gran experiencia y ha sido varias veces premiada. La edición está muy cuidada, como siempre en esta editorial, de la que resalta la bonita portada diseño de Duró.

Una novela inteligente, novedosa, contundente, profunda y muy sugerente. Más que recomendable.

 
Damon Galgut

Damon Galgut (Pretoria, 1963) es un escritor que ha publicado nueve novelas, la última de las cuales, la que se reseña, ganó el famoso Premio Booker en 2021, del que ya fue finalista en dos ocasiones anteriores. Como curiosidad, cabe destacar que es el tercer escritor sudafricano, tras Nadine Gordimer y Coetzee, en ganar este importante galardón. Es un autor traducido a muchos idiomas, lo que habla de su alcance e importancia.

Bienvenido sea este más que talentoso escritor a este blog. Lo seguiremos leyendo.

Publicado por Paloma Martínez. 

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