Título: Los naufragios del corazón Autora: Benoît Groult
Páginas: 256 pág.
Editorial: Libros del Asteroide
Precio: 19,95 euros
Año de edición: 2022
Hay un tema, tan atractivo como dífícil de tratar, un tema que me fascina: el amor arrebatador que todo lo arrastra como un huracán de fuerza imparable. El amor-sexo-deseo absoluto que todo lo puede y ante el que nada se puede hacer, más que entregarse a él, dejarse llevar y disfrutarlo mientras nos visita. Porque pocas veces nos toca con su magia. Un tema difícil de tratar, especialmente si la que habla de su pasión sexual es una mujer, por más que tenga dudas, como en este caso y oiga permanente la voz en disputa que ella llama la mogijata.
En esta historia, que se adivina autobiográfica, los dos amantes no pueden proceder de mundos más dispares, son George, parisina, universitaria, algo esnob y sofisticada, y Gauvain, el marinero más guapo y apuesto de un pequeño pueblo bretón, tosco, elemental y una fuerza de la naturaleza. Se conocen en el pueblo costero en el que veranea la familia de ella, se ven de lejos, casi ni se hablan... hasta que una nochedía salta una chispa abrasadora y quedan unidos para siempre. Esta es la historia de dos amantes que saben que no podrían vivir juntos, que se resignan a vivir cada uno su vida, que se piensan y se sueñan en la distancia permanente y que se encuentran periódicamente, cuando pueden, para disfrutar de un amor arrebatador, de un amor fou, al que no pueden resistirse.
La novela arranca con un prólogo fascinante, en el que la autora dilucida y elige el nombre del protagonista masculino, de su amado, para ocultar el auténtico y encontrar uno que represente todo lo que significa para ella. También se lamenta de todas las trampas que siembran el camino de la literatura sobre el sexo. De lo difícil que resulta escoger palabras que no resulten vulgares, soeces, y tampoco cursis o remilgadas. Y de lo esforzado de hablar de ese tema, porque «¿Cómo captar esa esperanza de cielo que luce entre las piernas de hombres y mujeres, y hacer pasar por milagro lo que se produce en todas partes, desde siempre?».
El primer capítulo empieza con una frase impactante: «Tenía 18 años cuando Gauvain se metió para siempre en mi corazón, o lo que yo entonces tomaba por corazón y todavía no era más que la piel...». A partir de ahí, la narración no decae en ningún momento y deviene en una especie de diario lirico e íntimo, en la que la protagonista describe su pasión y cómo la vive: el recuerdo permanente, los largos paréntesis, los encuentros en los lugares más exóticos, las Seychelles, Dakar, Kingston, Disneylandia, Quebec... la tristeza de vivir un amor errante e intermitente —«¡Qué triste idea la de amar a un Cormorán!», «Decidme que si quiero conservar este amor, tengo que resignarme a perderlo»—, el intercambio de cientos de cartas... y luego, los fascinantes encuentros, en los que se miran a los ojos y se reconocen desde el primer momento, ya saben que son ellos.
El ritmo es trepidante, no le deja al lector tener un respiro ni relajarse un momento. El estilo es apasionado y arrollador, tal y como pide la historia que se cuenta y el resultado es la novela de una mujer enamorada, un libro emocionante, que te hace flotar y recordar cuando sentiste sensaciones parecidas.
Conforme avanza la historia, los protagonistas envejecen paulatinamente, lo que permite a la autora desgranar reflexiones y comentarios curiosos, aderezados con cierto sentido del humor, sobre el paso del tiempo y la pérdida de la juventud. Esa parte en la que entra en juego la vejez está muy bien resuelta y sirve de preparación para el final, que no voy a desvelar, pero es muy bueno y mantiene el tono general del libro a la perfección.
Publicado por primera vez en 1988 en Francia, esta novela originó un pequeño terremoto y un cierto escándalo por abordar el tema del deseo, la pasión sexual femenina, de manera tan explícita y sin tapujos. Aunque la verdad, lo hace con una sinceridad y un lirismo tan bien medidos, que es una novela ejemplar.
Una novela maravillosa, de una belleza deslumbrante, auténtica, poderosa, evocadora, tan brillante y contundente como un relámpago.
Hay que agradecer el excelente trabajo de traducción del francés realizado a Lydia Vázquez Jiménez, catedrática de Filología Francesa en la Universidad del País Vasco y miembro de la Academia Europea.
Benoît Groult (París, 1920-2016), escritora, periodista y activista feminista francesa, era hija de un diseñador de muebles y una diseñadora de moda, ambos de considerable prestigio. Creció en el ambiente de la clase alta parisina. Estudió Letras en La Sorbona y empezó a trabajar dando clase en Cours Bossuet, mientras publicaba artículos y reportajes en revistas como ELLE, Parents, Marie Claire, y colaborada en televisión.
Publicó su primer libro, «Diario a cuatro manos», con su hermana menor, Flora, sobre sus experiencias sobre la ocupación alemana. Escribió dos novelas más con Flora y 16 títulos más en solitario, con los que ha conseguido premios y reconocimientos, como ser nombrada Gran Oficial de la Legión de Honor
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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