Título: Bagheria Autora: Dacia Maraini
Páginas: 172 pág.
Editorial: Minúscula
Precio: 14 euros
Año de edición: 2013
Bagheria es una localidad en la costa siciliana, cercana a Palermo, lugar habitual de veraneo y descanso de la aristocracia palermitana desde el siglo XVII, llena en su época de palacios barrocos suntuosos y ajardinados. Allí llega la narradora pr segunda vez a la gran casa de la familia de su madre, Villa Valguarnera, recordando cómo llegó con once años desde Japón, después de estar dos años encerrada en un campo de concentración.
Ése es el punto de partida de esta novela, tan breve, deliciosa y bien escrita, que desde las primeras frases («Vi por primera vez Bagheria en 1947») nos sumerge en un mundo lleno de recuerdos y melancolía, de delicado lirismo y poesía, de sol y naturaleza, de olivares y limoneros, y del encanto mediterráneo de esa ciudad singular. Una novela que probablemente es más un libro de memorias o de viajes, capaz de transportarnos a otro lugar y otra época. Mezcla la descripción de otra era y otro ambiente, en el que todavía se usaban los coches de caballos, los provincianos se asombraban de ver una mujer con pantalones, el cine era solo para hombres, se guardaban 7 años de luto por el padre, 3 por un hermano y toda la vida por el marido, con las sensaciones y preocupaciones de una preadolescente, que se pregunta qué es el mal gusto, y si el universo respirase, lee como una desquiciada y se siente abandonada por su padre.
La narración está amenizada por las historias familiares, como la de una abuela chilena, gran soprano, la tía Saretta, la tía Felicitá, el príncipe de Villafranca que enviaba su ropa a planchar a París o el pariente al que llamaban gamba porque siempre vestía de rojo. Y también salpicada de historias tan terribles como ocultas: descubrir tras diez años de psicoanálisis que había sido violada de niña por su abuelo y otros abusos, estupros y violaciones en los que ellos nunca eran culpables y ellas, siempre lo eran. Extraño y atrasada sociedad, en la que una mujer, daba igual si era vieja o joven, guapa o fea, perdía inmediatamente su buen nombre si se quedaba a solas con un varón.
Afortunadamente, hay otros pasajes más amenos, los mejores son para mí los que describen las sensaciones que embargaban los sentidos de la narradora de niña, los deliciosos pasteles de origen árabe, dulces y delicados, cuya receta había sido mantenida por las monjas, como el mítico triunfo del paladar, la intensidad casi dolorosa del olor de los jazmines de Bagheria o el recuerdo de una noche mágica en la que los fastuosos fuegos artificiales de siempre competían con una tormenta de relámpagos a ver quién llenaba mejor el cielo de luz y color.
Una novelita encantadora y agridulce, llena de belleza, que parece un clásico, cuajada de frases para subrayar: «En todas las familias hay un momento de felicidad», «Es siempre limitador y estúpido meter a las personas dentro de una categoría, ya sea una clase o un sexo. No tener en cuenta lo imprevisible es de bobos», «Podría ser también la vejez, que gasta las habituales bromas: acerca lo que está lejos y aleja lo que está cerca», «La visión del desnudo femenino le estaba prohibida a las mujeres».
En fin, un librito estupendo, ideal para hacer turismo de sillón y viajes sedentarios. Otro acierto de la colección Paisajes narrados de la editorial Minúscula.
La traducción del italiano y el prólogo son obra de Juan Carlos de Miguel y Canuto, Profesor Titular de Filología Italiana en la Universidad de Valencia.
Dacia Maraini (Fiesole, 1936) es una novelista, poeta, dramaturga, ensayista y guionista cinematográfica italiana, perteneciente a la llamada generación de los años treinta. Su padre era un famoso etnólogo y orientalista y su madre, una aristócrata siciliana y una notable pintora. Su padre, deseando huir del fascismo de Mussolini, consiguió una beca para estudiar a la etnia ainu de Japón y se trasladó al país del sol naciente con toda su familia en 1938. Pero a los cinco años de estar allí, fueron internados todos en un campo de concentración por no firmar su adhesión al estado italiano. En 1947, la familia fué liberada y una Dacia de 11 años volvió a Sicilia, a la casa-palacio de sus abuelos maternos, en Bagheria, momento en el que se sitúa el inicio de este libro.
Maraini se instaló luego en Roma con su padre , con su ayuda, fundó una revista literaria a los 21 años y comenzó a publicar sus primeros libros y a ganar premios. Durante su larga carrera literaria ha publicado 17 novelas, 9 volúmenes de relatos, 8 libros de poemas, 3 libros para niños. 6 obras de teatro, 8 ensayos y ha escrito varios guiones. Ha ganado innumerables premios y está considerada como una gran dama de la literatura italiana. En 1996 le concedieron la Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Italiana.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario