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miércoles, 9 de febrero de 2022

Los españoles - Luis Carandell

 

Título: Los españoles                                                                                                        Autor: Luis Carandell

Páginas: 191

Editorial: Círculo de lectores

Precio: 12 euros

Año de edición: 1968

Los pesimistas suelen decir que las personas nunca cambian, ni las sociedades tampoco. Mi opinión es que cuesta un esfuerzo tan grande, siempre mayor de lo que parece, y lleva tanto tiempo, que así lo parece, pero que en realidad sí que pueden cambiar.

Por casualidad he encontrado en una librería de lance este fantástico reportaje, este espléndido libro titulado Los españoles, en el que Luis Carandell nos retrata en 1968, hace algo más de medio siglo, con humor, ironía, inteligencia y una nitidez pasmosa. Y se me ha ocurrido leerlo para hacer un experimento: tratar de ver en qué hemos cambiados en todo ese tiempo, tratando de cotejar el texto con mis propios recuerdos y saberes.

Se trata de un librito breve, que no llega a las 200 páginas, dividido en 20 capítulos que se dedican a otros tantos aspectos de la vida nacional: la llegada de un hijo, los Reyes Magos, el trabajo, la mili, los ricos y los pobres, las diferencias de clase, las asistentas, el matrimonio, la muerte, el fútbol... cosas así. 20 asuntos elegidos un poco al azar y que, como van enlazando otros aspectos relacionados, completan poco a poco una fotografía de los hispanos divertida, llena de humor y muy acertada. Un alarde de costumbrismo crítico, irónico y con humor digno heredero y continuador de la tradición de Mesonero Romanos, Larra y otros cronistas de cómo se vive en la piel de toro (por cierto, una expresión que no oigo hace años).

Y la verdad es que se ven aquí retratadas instituciones que ya han desaparecido: la terrible burocracia del «vuelva usted mañana» («Nada más nacer empieza el papeleo»), la carta de recomendación («la institución nacional por excelencia»), el pluriempleo, los jefes coléricos, el pelota, el chivato, el peinado con cortinilla a lo Anasagasti, a veces incluso con triple cortinilla, la frustración sexual, el aparentar aunque no se tenga, el veraneo de toda la familia en el pueblo, el deporte nacional de la envidia, los toros, el fútbol, los noviazgos formales y largos, la oveja negra, el tresillo de escay, los centros de mesa de ganchillo, el orinal, el botijo, la muñeca flamenca encima del televisor, las porteras, los serenos...

Cosas que han pasado casi todas al olvido. Claro que hemos cambiado mucho y al echar la vista atrás, se nota. Antes era raro el coche que paraba en los pasos de cebra, ahora paran todos; antes eran muy frecuentes los piropos, ahora están mal vistos (y con razón). No somos tan tradicionales, tampoco tan familiares y aficionados a contar chistes, somos bastante menos machistas, menos católicos, menos pobres y nos hemos sacudido de encima cierto atraso. Antes prácticamente nadie sabía idiomas y hoy en día, mal que bien, muchos hablan inglés y algunos, otros idiomas; ya no juegan los niños por la calle, ahora son los adultos los que corren por las aceras, y han cambiado muchas cosas. También es verdad que se ven menos sonrisas por la calle, la genta canta menos y ya no silba,

En muchas cosas hemos cambiado, en otras, no. Seguimos siendo animales de calle y bar. El español sale a veces simplemente para ir a la calle, no para dirigirse a ningún sitio concreto. Somos extrovertidos, ruidosos, orgullosos, abiertos y hospitalarios. Todavía quedan restos del complejo de no ser tan europeos como otros, aún pesa algo la maldición aquella del Spain is different, lo extranjero parece a menudo mucho mejor solo por el hecho de serlo y seguimos tan divididos como siempre y preguntándonos muy preocupados qué es España y qué es ser español.

En fin, que es un experimento muy interesante aprovechar este magnífico libro, una especie de billete al pasado cercano con humor incluido, que no tiene desperdicio. Con todo el saber hacer y el oficio de Carandell, un escritor que antes no valoraba mucho y que cada vez me gusta más. Hasta el punto de ser uno de los que más me agrada leer. Será cosa de la edad.

El libro está más que agotado. Nunca ha sido fácil eso de viajar hacia atrás en el tiempo, pero con un poco de paciencia se encuentra en bibliotecas y librerías de segunda mano (véase ¿Cómo encontrar un libro?).

Luis Carandell (Barcelona, 1929-2002), periodista y escritor español, estudió Derecho en Madrid y después de hacer un curso de periodismo de tres meses de duración en el Ateneo barcelonés, empezó a ejercer la profesión en «El Correo Catalán» y «El Noticiero Universal».

Fue corresponsal en Japón, donde vivió tres años, Israel, Egipto, Tailandia, Singapur, Ceilán, la Unión Soviética y Tetuán. En los años 60 se instaló en Madrid y comenzó a colaborar en la revista «Triunfo» con la famosa sección titulada como este libro.

Colaboró en varias publicaciones de denuncia social, en la revista humorística «Hermano lobo» y en «Por favor». Fue cronista parlamentario, presentador de televisión, locutor de radio, tertuliano inteligente y agudo, polemista y papiroflexta. Siempre destacó en todo lo que hizo por su inteligencia y su sentido del humor.

Luis Carandell en su etapa como presentador de televisión

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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