Título: Historias de Dunnet Landing Autora: Sarah Orne Jewett
Páginas: 128
Editorial: Dos Bigotes
Precio: 16,95 euros
Año de edición: 2021
¿Se puede transmitir la ilusión del enamoramiento a través de un libro unsiglo después? Eso es precisamente lo que creo que logran estos cuatro relatos y en ello radica su principal encanto. Ya conocemos a Sarah Orne Jewett, la autora de «La tierra de los abetos puntiagudos», la novelita que comentamos hace ya unos seis años. Una mujer que escribe básicamente sobre dos cosas: las tierras su Maine natal, al noroeste de Estados Unidos, esa cuña de territorio que sube hacia el norte y está rodeada por montañas canadienses, llena de paisajes impresionantes, montes y coníferas, y los lazos de amistad ilusionada que se crean entre sus personajes femeninos, mujeres fuertes, de carácter, que manejan su vida.
Y ahí aparece la ilusión de unas relaciones de amistad «especiales», probablemente relaciones amorosas hasta ser sublimadas y convertirse en platónicas. Un buen ejemplo es el de las amistades románticas entre mujeres en la Inglaterra victoriana, a menudo bastante carnales, pero a veces muy idealizadas. Porque también existe el enamor en la amistad ¿Quién no ha tenido en la adolescencia un amigo o amiga que era algo más? En este caso es la señora Todd, cuya presencia magnífica y agradable personalidad aparece en estos cuatro textos como acompañante inevitable de la narración.
Son cuatro relatos de unas 30 páginas cada uno, publicados entre 1899 y 1910, que relatan sendas historias sobre el fondo de los paisajes de Nueva Inglaterra y el mencionado tema de la amistad entre mujeres. Una dama nacida el mismo día y hora que la reina Victoria que encuentra un sinfín de coincidencias con ella; un idilio escondido en la montaña entre una pastora y un pescador, ambos ya entrados en años; una historia de fantasmas asociada a una tormenta muy bien contada —de los cuatro, mi relato favorito—, y una boda inesperada.
Cuatro narraciones sencillas, escritas con un estilo florido y elegante, en las que el tema esencial no es lo que se cuenta, sino los dos asuntos ya mencionados: la naturaleza y las amistades femeninas. Destacan la habilidad para hacernos sentir el entusiasmo y la ilusión que siente la autora al escribir y algunas frases afortunadas que se quedan en la memoria, por ejemplo: «Alguien ha dicho que no se deja del todo un sitio, ni se llega a él, hasta que pasa un día» (después del viaje).
Un libro encantador, muy agradable de leer, relajante y con puntos de interés como para ser muy recomendable. La traducción es muy buena y se la debemos a Raquel G. Rojas, traductora y correctora de estilo.
Sarah Orne Jewett (South Berwick, Maine, 1849-1909) fue una novelista y cuentista estadounidense, famosa por sus historias regionalistas ambientadas en Nueva Inglaterra. Hija de un médico rural, acompañaba a su padre durante sus visitas y como remedio contra una artritis reumatoide se dedicó a pasear durante toda su vida, lo que facilitó el que desarrollase un profundo cariño por el paisaje de su tierra.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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