Título: Canción Autor: Eduardo Halfon
Páginas: 120
Editorial: Libros del Asteroide
Precio: 14,95 euros
Año de edición: 2021
El último libro de Halfon, ese escritor lateral que cada vez me gusta más, es tan original, desconcertante y bello como los anteriores. Tiene una manera de hacer novela que se ha convertido ya en una marca de la casa, reconocible y que asegura una experiencia lectora muy agradable. No es una lectura fácil al principio, pero todo lo innovador cuesta un poco. Pero empecemos por el principio.
Se ttata de un texto cortito, de 111 páginas netas, organizado en párrafos que se leen muy bien y que arranca en clave surrealista con una frase que es toda una declaración de intenciones: «Llegué a Tokio disfrazado de árabe».
A partir de ahí, el autor entrelaza la narración de un viaje algo disparatado a Japón, invitado como autor sirio por la circunstancia de que su abuelo era de ese país con sus recuerdos sobre la vida de ese abuelo en Guatemala y su fastuosa mansión, en la que vivía casi toda la familia. Entre medias intercala sendos resúmenes nítidos y rigurosos de la historia guatemalteca y libanesa reciente. Todo aderezado con un montón de historias tan curiosas como un secuestro perpetrado por guerrilleros disfrazados de policías, un fantasma y un caimán en el monte, todo un personaje llamado Canción, el pequeño Napoleón del trópico, el Gitano Señorón, la Miss Guerrillera, buenas razones para comerse una libreta bancaria, los Juegos Macabeos... multitud de historias que demuestran que Guatemala, y el mundo por extensión, a veces parece un territorio onírico.
¿Alguien da más en cien páginas y pico? Éste es un libro que tiene no solo un final abierto, sino que todo él parece abierto, desconcertante y que te lleva a ningún sitio — incluso un personaje así lo declara—, pero eso es solo aparente. Una novela espléndida que juega en cierta medida a ser casi literatura cubista, no del todo figurativa.
Un texto lleno de creatividad y de detalles de pensamiento lateral, que se sale de las normas, pero mantiene dos hilos argumentales atractivos y sólidos. Un escritor inimitable y una lectura de lujo. Un texto con reminiscencias a veces de García Márquez, a veces de Borges, en una miniatura cuidadosamente esmaltada.
Una novelita muy amena, un ejemplo de literatura concentrada de este escritor, especializado en los finales abiertos y en sembrar la mente del lector de ideas, que siguen creciendo después de cerrar el libro y acaban sus historias.
Publicado por Antonio F. Rodriguez.
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