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lunes, 12 de agosto de 2019

Cien mejor que uno - James Surowiecki


Título: Cien mejor que uno
Autor: James Surowiecki
  
Páginas: 352

Editorial: Urano

Precio: 5,95 euros

Año de edición: 2005 

Este interesantísimo ensayo trata con amenidad y en detalle la cuestión de en qué ocasiones y por qué, la opinión de un gran número de personas es más acertada que la de un solo individuo. Y la verdad es que, si bien es un poco exagerado hablar de «la sabiduría de la muchedumbre», en más ocasiones de las que parece es cierto que la multitud parece ser sabía. Como veo que ponéis cara de escepticismo, vayan algunos ejemplos por delante.

El libro arranca con la historia del físico inglés Francis Galton (Birmingham, 1822-1911), que estaba convencido de que siempre era mucho mejor consultar a un experto que hacer una votación. En una feria de ganado vió que había un concurso que premiaba al que más se acercase al peso final en canal de un enorme toro que podía verse allí, vivito y coleando. El bueno de Galton consiguió que le dieran las más de 800 estimaciones que habían hecho los asistentes, halló la media y para su sorpresa el resultado se diferenció de la cifra real, unas 1200 libras (544 kg), ¡en solo una libra! (454 gr).

Otro caso sorprendente: en el concurso televisivo «¿Quién quiere ser millonario?», los datos estadísticos dicen que el comodín del público acierta en más del 90 % de las ocasiones, mientras que el comodín de la llamada al experto se queda en un discreto valor en torno al 65 %. Curioso ¿verdad? Como que en el problema de adivinar cuántas gominolas hay en un tarro a simple vista, lo mejor es preguntar a toda una clase y hallar la media.

Por supuesto, no para todas las cuestiones es buena idea preguntarle a la multitud, en este ensayo se plantea una clasificación de problemas a resolver y se discute en qué casos la muchedumbre suele acertar. Por otro lado, la gente consultada debe ser variada, debe formar un grupo suficientemente grande y debe dar su respuesta de manera individual e independiente, sin saber lo que responde el resto ni dejarse influir. Pero hay en este texto algunos ejempos de problemas mucho más complejos y especializados, en los que se hizo el experimento de preguntar a un gran número de personas y acertaron.

En este asombroso ensayo se discuten y analizan mucho casos diferentes, entre otros, problemas de cooperación, de coordinación y problemas prácticos, se estudia qué condiciones tienen que darse en un grupo pequeño de expertos para que den una buena respuesta, cuándo funcionan bien los jurados y cuando no, se analiza en qué situaciones puede ser buena idea preguntar a la multitud, cómo hacerlo para que acierte y en qué casos vale más no hacerlo. 

Una obra interesantísima, que encierra más de una sorpresa y que hace pensar al lector. Junto con «Pensar rápido, pensar despacio» de Daniel Kahneman (reseñado aquí), constituye una base imprescindible para iniciarse en el problema de cómo tomamos decisiones los humanos y cómo evitar los principales problemas que las sesgan y hacen que nos equivoquemos. Por añadidura hay un capítulo muy atractivo acerca de cómo se aceptan y rechazan teorías científicas, y cómo la comunidad científica construye la verdad aceptada en cada momento..

Cada vez me interesa más esto de la «decisiología». 

James Surowiecki (Meriden, 1967) es un periodista estadounidense. Nació en una pequeña localidad de Conneticut, pero creció en Puerto Rico, donde ganó algunos concursos escolares de redacción.  Estudió Historia Americana en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y se doctoró en Yale

Luego se convirtió en periodista financiero, ha colaborado en un gran númerode publicaciones, entre otras en The New York Times y Wall Street Journal. Desde hace algunos años tiene una columna fija en The New Yorker.

En el 2004 publicó su gran éxito editorial «The Wisdom of Crowds» (en español, «Cien mejor que uno») sobre la sabiduría de los grandes grupos, antes de que apareciesen las redes sociales.

James Surowiecki

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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