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lunes, 7 de mayo de 2018

Las tremendas aventuras del Comandante Gahagan - William M. Thackeray


Título: Las tremendas aventuras del Capitán Gahagan
Autor: William M. Thackeray
 
Páginas: 217

Editorial: Mr. Griffin
 
Precio: 18 euros
 
Año de edición: 2015

No conocía esta novela clásica de aventuras, escrita por el gran Thackeray en 1838 y la verdad es que me ha encantado y me lo he pasado muy bien leyéndola. 

Es un libro muy divertido, que narra en primera persona las increíbles y disparatadas aventuras del Comandante Gahagan, llamado «el mataelefantes», prototipo del irlandés fanfarrón, encantado de conocerse, algo bravucón y matasiete, trapisondista y algo fullero, en fin, un pelirrojo incorregible. Un personaje garrafal y desmedido, digno seguidor del Barón de Munchausen y predecesor de Harry Flashman, pero creo que mucho más hilarante que ambos.

El autor, ya puesto y metido en faena, satiriza con mucho amor a los ingleses y su carácter, sus costumbres, a los españoles, al estamento militar, a los hindúes y a todo el que se le pone por delante.

Se aprenden muchas cosas de la época leyendo esta deliciosa maravilla, esta sinfonía para el intelecto: qué es el Pollo a la Austerliz; que había unas calzas masculinas tan ajustadas que eran innombrables, pero no imponibles; cómo un solo hombre puede ganar una batalla; que los viajeros de paso podían hacer detener su barco para visitar a Napoleón en Santa Elena; que los patanes son afganos; qué son los camellos bactrianos, etcétera. 

Se supone que son unas memorias escritas en papel de cartucho y sobre un barril de pólvora. Están llenas de incoherencias, parece que están escritas de un tirón y al autor no le importaba, probablemente para mostrar las contradicciones del protagonista. Las notas del traductor añaden comicidad a una historia ya de por sí desternillante, porque parece que Thackeray no sabía mucho español y usa podestá en lugar de posada, tertulia en lugar de sangría, muchachas en lugar de chanzas... un desastre que sospecho el autor dejo así a propósito para completar el retrato trafullero y poco consistente de su protagonista.

El texto está trufado de citas, referencias y homenajes, a menudo equivocadas y con errores groseros debidos a la escasa cultural de nuestro querido comandante. El libro se lee en un suspiro, se me ha hecho cortísimo y puedo asegurar que es muy cómico, ligero y chispeante. Una verdadera delicia, una maravilla que cualquier aficionado a la lectura debería conocer. Divertidísimo.

La edición está bellamente ilustrada con los grabados de la primera publicación, a cargo del ilustrador irlandés Henry Furniss.

William M. Thackeray (Calcuta, 1811-1863) fué un escritor británico. Nació en una familia de funcionarios angloindios y se quedó huérfano de padre a los cinco años. Viajó a Inglaterra a estudiar y se formó en el Trinity College de Cambridge, pero dejó colgados los estudios para viajar por toda Europa. Luego empezó Derecho, pero también lo dejó al recibir una cuantiosa herencia, con la que fundó el National Standard.

Viajó a París a aprender a dibujar, y estuvo dedicándose a la caricatura y el periodismo durante varios años, y finalmente empezó a publicar novelas por entregas. Así escribió varias obras maestras, como «La feria de las vanidades». Está considerado el segundo mejor escritor británico de la era victoriana después de Dickens.
               
Daguerrotipo de William M. Thackeray (1855)

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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