Título: Fortuny (1838-1874)
Autor: Javier Barón
Autor: Javier Barón
Páginas: 480
Editorial: Museo del Prado
Precio: 36,10 euros
Año de edición: 2017
Editorial: Museo del Prado
Precio: 36,10 euros
Año de edición: 2017
Recientemente
se ha inaugurado en Madrid, en el Museo del Prado, una magnífica exposición sobre
Fortuny, el artista español de mayor proyección internacional del siglo XIX si
exceptuamos a Goya. Acoge un buen número de sus obras que incluyen pintura,
acuarelas, grabados y objetos de colección; 67 de esas obras han sido traídas
de otros museos y colecciones, y no se habían
exhibido antes fuera de su lugar de origen.
A pesar de su corta vida, fue un pintor muy prolífico,
de gran dominio técnico, innovador, que influyó poderosamente en toda una generación
de pintores de finales del XIX y comienzos del XX en España e Italia.
Fue
un gran pintor al óleo que dominaba la ejecución de cuadros al aire
libre y de temas costumbristas, se pueden admirar varias obras de pequeño y
mediano formato situadas en Marruecos y en Granada que son auténticas joyas. Su
maestría se aprecia bien en obras como un retrato de una dama con vestido negro,
donde maneja de forma admirable una serie de tonos grises oscuros y negros en
las ropas de la mujer; o en los matices que en su obra Odalisca adquieren tanto
la piel de la mujer como el lienzo blanco donde reposa.
Evolucionó
de un estilo de pintura muy realista, que primaba la representación de pequeños detalles con minuciosidad,
a una pintura de ejecución más suelta, con pinceladas largas y menos definidas,
que sentaron las bases de vías por las que luego transitaron tantos pintores
españoles de la época del impresionismo.
Pero
un aspecto que impresiona sin duda de la exposición es el magnífico conjunto de
acuarelas que se exhiben; son de una calidad excepcional, más si se tiene en cuenta
la dificultad de su ejecución. Igual se puede decir de la serie de grabados
presentes, técnica que dominó con igual maestría.
En
la exposición también se puede ver otra faceta menos conocida de Fortuny: su afición
por las antigüedades que coleccionaba y mostraba en su estudio; resulta curioso
ver las fotos de su abigarrado taller lleno de cuadros y objetos diversos que adquiría
en anticuarios.
Una
magnifica muestra de enorme valor que merece la pena visitar, está expuesta
hasta mediados de marzo, que no se os pase.
Mariano Fortuny, en 1874
Mariano Fortuny y Marsal nació en Reus en 1838. Siendo niño quedó huérfano y fue criado
por su abuelo. Desde niño mostró inclinación por el dibujo. Trabajó en un
taller de platería y orfebrería lo que condicionó el carácter detallista y minucioso
de su pintura. Posteriormente trabajó en el taller del escultor Domenech en
Barcelona mientras estudiaba Bellas Artes.
Con 20 años se trasladó a Roma
gracias a un pensionado de la
Diputación de Barcelona. Trabó amistad con numerosos artistas
en Roma y en España, como Eduardo Zamacois, Martín Rico y la familia Madrazo,
se casó con Cecilia de Madrazo y fue amigo intimo de su hermano Raimundo. Fue
enviado a Marruecos como cronista grafico para pintar episodios de guerra y se
sintió profundamente atraído por los tipos árabes y sus costumbres. Desarrolló
su trabajo en Roma, París, Marruecos, Madrid y alcanzó éxito y reconocimiento
internacional. En sus estancias en Granada y Portici (Nápoles) como descanso de
tanto ajetreo progresó en la representación de escenas costumbristas y de
figuras al aire libre como evolución de su pintura.
Falleció
en Roma a los 36 años, padecía malaria y
presentó ulceras en el estomago. Algo debió de influir en el deterioro de su
salud la mala costumbre que tenia de chupar los pinceles mientras pintaba y
reflexionaba sobre el resultado de lo pintado, ya que debió de ingerir cantidades
tóxicas de plomo junto con los pigmentos.
Tras
su muerte dejó una pequeña obra inconclusa, una de mis favoritas, un cuadrito
que representa el jardín de su casa en Granada; su cuñado Raimundo lo terminó
añadiendo la figura de su hermana Cecilia y del perro tumbado.
Publicado por John Smith.
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