Título: El mercader de Venecia
Autor: William Shakespeare
Autor: William Shakespeare
Páginas: 152
Editorial: Alianza
Precio: 6,75 euros
Año: 2005
Dejadme hoy que visite otro de los géneros poco frecuentados por los grandes devoradores de prosa, el teatro, y que lo haga de la mano de uno de los clásico más grandes que hay, Shakespeare. Siempre es buena idea volver a cualquiera de sus obras y disfrutar durante un rato de su sabiduría de la vida y de la fuerza con la que retrata las pasiones humanas, por ejemplo la avaricia, en «El mercader de Venecia».
El argumento de esta obra,, escrita entre 1596 y 1598, publicada en 1600, está basado en fuentes anteriores, especialmente en una historia contenida en «Il Pecorone» (1378), una recopilación de relatos del italiano Giovanni Fiorentino. Y es que el Bardo de Avon tomaba a menudo ideas de otros autores, las reelaboraba con elementos de su propia cosecha y explotaba al máximo sus posibilidades dramáticas.
La trama es muy conocida y se basa en dos conflictos. Bassanio, un veneciano noble y pobre, le pide a su mejor amigo Antonio que le preste 300 ducados para enamorar a la bella Porcia. Antonio tiene todo su dinero empleado en sus barcos en el extranjero y le pide a su vez el dinero a un usurero judío Shylock, que le exige como compensación en caso de que si no pueda devolverle el dinero una libra de su carne. Por otro lado, el padre de Porcia le exige que se comprometa con el pretendiente que adivine entre tres cofres cuál contiene su retrato. Los barcos de Antonio naufragan y el judío exige en un juicio ante el Dux de Venecia su libra de carne. Porcia, la verdadera protagonista, que no sólo es bella, sino además inteligente y hábil, consigue salvar a Antonio y que Bassanio sea su prometido.
La calidad del texto es excelente y la fuerza dramática de cada escena está tensada al máxmo, como la cuerda de un arco. Es una obra que se deja leer con facilidad y describe con brillantez los sentimientos que mueven a los personajes.
Varias cosas llaman la atención en el texto. La primera, que siendo una obra de hace ya más de cuatro siglos, está tan llena de antisemitismo y nos haga ver que ha habido judíos banqueros y usureros hace mucho tiempo, lo que desde luego no ha contribuido a su buena imagen. La segunda, que el que un padre impusiera su voluntad sobre la boda de su hija era algo verosímil y probablemente un problema cotidiano que sufrían muchas parejas de enamorados. Los matrimonios de conveniencia han sido muy frecuentes en muchas sociedades y épocas, y en esta obra Shakespeare los ridiculiza con un progenitor que impone condiciones absurdas,
Además, el contraste entre los enamorados, que sólo piensan en su amor y viven rodeados de generosidad, contrasta fuertemente con el usurero ocupado en cuestiones materiales y con la justicia y la autoridad, representadas por el Dux. Por último, aunque Antonio puede parecer el protagonista por su generosidad, la auténtica heroína que resuelve todos los problemas es Porcia, una mujer, lo que le da un cierto aire feminista a la obra muy agradable.
En fin, una obra estupenda, de plena actualidad en la coyuntura que atravesamos, que vale la pena leer y disfrutar, que demuestra una vez más que cuando una pieza trata situaciones y problemas universales, resulta atractiva en cualquier época y circunstancia y sigue conservando su frescura aunque hayan pasado cuatrocientos años. Ahora que parece que el norte de Europa reclama su libra de carne, no está de mas releer «El mercader de Venecia».
Portada de la edición original de 1600
William Shakespeare (Stratford-Upon-Avon, 1564-1616), actor, poeta y dramaturgo, está considerado como el autor más importante en lengua inglesa y uno de los más grandes de la literatura universal.
Se sabe poco sobre su vida. Era uno de los ocho hijos de un próspero comerciante con un cargo en el municipio, que al poco tiempo de nacer el pequeño William fué acusado de comercio ilegal de lana y cayó en desgracia. Como hijo de alguien importante, aprendió latín y literatura clásica en la escuela para nobles, ésa fué toda su información.
Parece que se casó de penalty a lo 18 años, que trabajó durante cierto tiempo como maestro rural y que poco después se unió a la compañía teatral de Lord Chamberlain's Men. A los 28 años era ya el primer actor de la compañía y un autor conocido y envidiado.
En las aproximadamente 34 obras teatrales que escribió entre 1590 y 1613, supo describir todo un catálogo de las pasiones humanas, con una profundidad y una riqueza de matices inigualables. Su producción poética es también de la más alta importancia, especialmente sus famosos Sonetos (1609).
Retrato de William Shakespeare, alrededor de 1610, atribuido a John Taylor
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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