Una de mis librerías de cabecera, Libros Alcaná, que debe de ser uno de los mayores establecimientos de libros de lance de Madrid, porque tiene más de 114 000 volúmenes disponibles en su catálogo web, va a regalar libros el próximo sábado día 5 de junio, en la tienda, situada en la calle de Marqués de Viana número 52, en el madrileño barrio de Tetuán.
A todo el que pase por allí le regalarán un libro y los que no puedan desplazarse tendrán a su disposición en la web un formulario durante todo el fin de semana, los días 5 y 6 de junio, para dejar sus datos y recibirá por correo (sólo en España) un libro por correo.
Una iniciativa genial. No se puede pedir más. Después de esto, realmente el que no lee es porque no quiere. Mi más entusiasta enhorabuena a esta espléndida librería por una iniciativa tan estupenda para el fomento de la lectura.
Nos vemos allí el próximo sábado. Para más información, véase este enlace:
Título: Castilla en escombros Autor: Julio Senador Gómez
Páginas: 398
Editorial: Instituto de Estudios de Administración Local
Precio: 12 euros
Año: 1978
Hoy vamos a hablar de un libro publicado nada menos que en 1915, hace exactamente un siglo, y reeditado en 1978; un libro que no es fácil encontrar (véase ¿Cómo encontrar un libro?), pero que vale la pena porque con él se aprende mucho de nuestra historia reciente y de cómo los intelectuales de la época trataban de que nuestro país progresase.
«Castilla en escombros» es la triste crónica social y política de un país en el que reinaban la pobreza y el atraso, con una gran corrupción política, un pueblo en la
miseria, una revolución industrial tardía y débil, caciquismo y enormes
latifundios en manos de unos cuantos terratenientes. Denuncia la injusticia del sistema impositivo, el atraso técnico del campo, las relaciones de servidumbre entre jornaleros y terratenientes, y el proteccionismo endémico.
Propone un modelo de desarrollo que no acabe con el mundo campesino, respetuoso con la naturaleza y las formas tradicionales de vida. Ataca la urbanización descontrolada de algunas zonas, el capitalismo desbocado y salvaje, y la expansión del cereal como monocultivo. A grandes rasgos, hay tres cosas que me han parecido muy interesantes en este libro: En primer lugar, la larga tradición que ha habido de pensadores españoles que se preocupan del atraso y pobreza del país, y tratan de proponer ideas para mejorar la situación, de los que Senador es sólo un ejemplo más, que quizás destaca por ser bastante ameno. Por otro lado, lo curioso que resulta ver que la mayoría de los grandes temas que toca parecen estar de rabiosa actualidad; han pasado cien años y seguimos preocupados por cosas bastante parecidas. Se diría que no hemos cambiado tanto como nos gustaría pensar. Y por último, la descripción de una región, Castilla, en ruinas, abandonada y descuidada, sumida en la pobreza y el letargo, constituye una imagen que tambien parece de plena actualidad. Castilla y León es una región enorme, de las mayores de Europa, más grande que algunos países, terriblemente despoblada, olvidada y dejada de la mano de Dios. Una obra amena y profunda, interesante también porque desciende a veces a cuestiones de la vida cotidiana y agraria de detalle. Un libro raro, muy interesante para conocer nuestro pasado en detalle, del que en el fondo, proceden casi todos nuestos males actuales y comprobar que a las sociedades, como a las personas, les cuesta cambiar mucho más de lo que parece. Si os interesa el tema, en este enlace podéis encontrar una tesis sobre la obra de Julio Senador.
Cartel de la exposición sobre Julio Senador que se celebró
en el año 2012 en su pueblo natal
Julio Senador Gómez (Cervillego de la Cruz, 1874-1962) fué un escritor español vallisoletano. Hijo de labradores, nació en un pueblo muy pequeño y a los tres años sufrió una poliomielitis que le deformó una pierna y empobreció a su familia, empeñada en curarle costase lo que costase. Estudió el bachillerato en Valladolid como interno, estudió Derecho y aprobó las oposiciones de Notario. El estar destinado en varias localidades y sobre todo en Frómista, le permitió conocer muy bien el mundo rural. Muy crítico con la situación del campo, su obra se encuadra en el Regeneracionismo, un movimiento intelectual que apareció en España entre los siglos XIX y XX, preocupado por la decadencia del país y que trataba fundamentalmente de europeizar España. El nombre está tomado de «regeneración», por oposición a «corrupción». Se consideraba a sí mismo un humanista y un reformador social, más que un intelectual y aunque puede parecer ingenuo, defendía la desideologización de la vida pública y la gestión eficaz y racional como su principal fundamento.
Senador escribió unos ocho libros y más de 600 artículos en los que expuso sus ideas y propuso reformas, con lo que influyó notablemente en algunos de los políticos de la Segunda República. Criticó duramente al ascenso de la «peste fascista» en los años 20 en toda Europa.
Título: Memoria de Georges el amargado Autor: Octave Mirbeau
Páginas: 136
Editorial: Impedimenta
Precio: 15 euros
Año:2009
Esta novela, escrita en 1899, en pleno cambio de siglo y cuando el caso Dreyfus agitaba Francia, es un texto curiosísimo y original, un libro que se sale de lo común y que no se parece a casi nada que hayáis leído. ¿Se puede hacer literatura contando la historia de un hombre anodino y gris, insulso y amargado, pesimista y negativo? ¿Con un protagonista que no tiene ningún encanto en absoluto, mimguna grandeza? Pues Mirbeau se plantea el reto y sale airoso de él.
Se trata de una narración de humor negro, muy negro, con un punto sarcástico, en la que nada es positivo y paradójicamente, eso tiene su gracia. George es un cajero aburrdio de sí mismo y de todo lo que le rodea, que se asusta cuando se mira en el espejo, casado con una mujer horrible, con un trabajo alienante y espantoso, con malas opiniones sobre todo, que vive permanente abrumado por la estupidez y fealdad de la raza humana.
El libro cuenta cómo la mujer del protagonista, al quedarse viuda, le lleva a un conocido las memorias manuscritas de su difunto esposo, un hombre que no era nada, con la lejana esperanza de que puedan publicarse y le den algo de dinero. El texto arranca contando el susto que se da a sí mismo al verse por casualidad en un espejo de la calle, una experiencia desagradable que le arranca una desoladora declaración: «De entre todos los espectáculos, el espectáculos de mi propia persona es el que más me repugna».
A partir de tan prometedor inicio, el texto no decae en ningún momento y aprovecha cada línea y cada página para dibujar un panorama desolador. Menos mal que nuestro hombre tiene opiniones curiosas, ideas que pueden hasta valer la pena: «Quizás los animales no progresen porque han alcanzado la perfección»; «La sociedad cultiva el crimen con incansable preseverar mediante la miseria».
Y a pesar de todo, esta novela corta resulta apasionante, no se puede dejar de leer. En ella se trasluce la idea de que el amor, el afecto es lo que nos alimenta como personas, lo que nutre el alma y su carencia causa todo tipo de males.
Sin embargo Geoges tiene un truco para sobrevivir: encerrarse en sí mismo y dedicarse a pensar en sus cosas, a fantasear, abstrayedose completamente de la realidad. Hasta que algo pasa y la historia se precipita hacia un final inesperado. Una novela de gran interés, un ejercicio de estilo de mucho mérito de un escritor francés, que desde luego yo no conocía, y parece que tiene muchas coas que decir. Habra que seguir leyéndole. Una novela muy recomendable para seguir caminos poco trillados y senderos solitarios, siempre de la mano de un escritor de calidad.
Octave Mirbeau (Trévières, 1848-1917) fué un escritor de éxito, un dramaturgo de fama y un periodista influyente y comprometido, defensor de causas perdidas. Nació en un pequeño pueblo de Normandía. Estuvo enclaustrado varios años trabajando para un despacho notarial y luego fué contratado como secretario particular del líder bonapartista Dugué, que lo introdujo como periodista.
Después de publicar diez novelas como negro (ghost writer), publicó una docena de novelas y varios libros de cuentos que alcanzaron a la vez buenas cifras de ventas y el reconocimiento de la crítica, cosa nada fácil. En una de ellas, «Sébastien Roch» (1890), describió los abusos que sufrió y vió en el colegio de jesuitas en el que estudió.
Escribió también cinco obras de teatro de éxito y como periodista, defendió apasionadamente a Dreyfus y fué uno de los primeros en apoyar el arte de Rodin, Monet, Cézanne, Pissarro, Van Gogh (que aparece en «En el cielo») y los impresionistas.
Siempre se le ha leído y sus obras están traducidas a más de treinta idiomas, pero es un autor de minorías y el ser a veces políticamente incorrecto ha hecho que no sea tan conocido como se merece. Vale la pena buscar sus libros y leerlos.
Título: Mi planta de naranja lima Autor: José Mauro de Vasconcelos
Páginas: 208
Editorial: Libros del asteroide
Precio: 13,95 euros
Año:2011
Esta novela irrumpió en la escena brasileña en el año 1968 convirtiéndose en un superventas que arrasó en las listas de éxito. Ha sido traducida a 32 idiomas, adaptada al cine y a la televisión, se usa en las escuelas de Brasil como lectura...en fin, se trata ya de un clásico moderno, de uno de sus libros que marcan una época y encandilan a todo el mundo.
Y a pesar de ser un superventas, este libro tiene magia, un encanto especial basado en la sensibilidad, la ternura y la ingemuidad con la que un niño pobre de cinco años, Zezé, ve el mundo y todo lo que le rodea. La historia de un crío con algo especial, al que las circunstancias obligan a madurar a la fuerza antes de tiempo. Una obra que mezcla el encanto de la niñez con uno de mis temas favoritos: el de las historias de maduración, en las que el protagonista descubre qué es la vida, el amor y la muerte.
La novela tiene mucho de autobiográfica, hay muchas coincidencias entre su vida y la del pequeño Zezé, se deja leer con mucha facilidad y resulta realmente conmovedora y emocionante. Una novela lírica que es a la vez un documental sobre la sociedad brasileña de los años 20 y sus desigualdades. Un clásico moderno que creo sinceramente que todo el mundo debiera conocer. Y para acabar de convenceros de que la leáis, tenéis la oportunidad decomprarla a cala y cata, como se hacía antes con los melones. En este enlace podéis empezar a leer el primer capítulo:
y si os gusta, ir a comprar el libro y acabar de leerlo.
José Mauro de Vasconcelos (Río de Janeiro, 1920-1984) fué un novelista brasileño, hijo de madre indígena y padre portugués. Su familia era tan pobre que tuvo qiue le criaron unos tíos en Natal, la capital de Río Grande del Norte. Allí creció y hasta estudió dos años de Medicina, pero dejó los estudios y finalmente volvió a Río de Janeiro.
Ejerció los oficios más variados, cargador de bananas, entrenador de boxeo, camarero, explorador, modelo de escultores. De algunas de estas experiencias nacieron sus primeros libros, que prontó tuvieron éxito y buenas críticas por su lenguaje claro y sencillo, una sensibilidad muy especial, respeto por la naturaleza y tratar temas muy interesantes, como el contacto de los indígenas con la civilización o la dureza de la vida de los más pobres.
Dejó veintiún novelas, varias de ellas llevadas al cine y la televisión, y el recuerdo de un hombre sensible y tremendamente inquieto, que también fué guionista, actor de teatro, periodista y pintor.
Aquí tenemos otra deliciosa novelita de Andrea Camilleri, ese simpático y socarrón octogenario siciliano, uno de mis autores favoritos, de los que nunca defraudan.
En esta ocasión no trata de las andanzas del comisario Montalbano, ni de historias tradicionales de su Sicilia natal situadas en el siglo XIX, sino que sitúa la acción en una época reciente para contarnos la relación de una pareja desigual, algo que suele aparecer en sus novelas pero de forma un tanto tangencial: un hombre mayor casado con una mujer joven y atractiva, con gran diferencia de edad entre ellos, situación que desemboca de forma inexorable en la infidelidad conyugal de la esposa. Pero la historia profundiza más en la relación entre ambos, en el comportamiento ante la sociedad siciliana muy pendiente de las formas y las apariencias, de gestos y situaciones que fácilmente se pueden malinterpretar.
Una historia amena, fluida, ligera que se lee ávidamente, como si el autor la hubiera escrito de corrido. Un reflejo costumbrista del carácter italiano del sur bien contado por alguien que lo conoce en profundidad, un escritor que podría compararse con nuestro Pérez Galdós en versión italiana y actual.
Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925) fue guionista y director de teatro y televisión. Comenzó a escribir novela (previamente había escrito poesía y cuentos) algo mayor, en la década de los 80. Rápidamente alcanzó gran fama y éxito. Desde entonces y con mayor frecuencia en los últimos años nos obsequia regularmente con nuevas obras.
Ha publicado hasta ahora unas 30 de la serie Montalbano y cerca de 60 de novelas diversas, a un ritmo envidiable como si tuviera prisa por contarnos sus magnificas historias policíacas o costumbristas-tradicionales. Por mi parte deseo que continúe en esta línea y que la mantenga mucho tiempo, me confieso un admirador incondicional suyo.
Título: El lirio en el valle Autor: Honoré de Balzac
Páginas: 160
Editorial: Createspace
Precio: 10,20 euros
Año:2013
Este libro me recuerda inevitablemente a una persona, que en realidad no sé cómo se llama. Le decíamos «el seta» y era mi profesor de francés en el colegio. Era un hombre bajito, con una voz aguda, de aspecto algo afeminado y rídiculo...y la verdad es que nos burlábamos de él en clase de una manera terrible. ¡Ay que ver lo crueles que pueden llegar a ser los chicos en manada! El pobre hombre no consiguió dominar la clase ni mantener la disciplina por más que nos castigaba. Aquella hora debía de ser un suplicio para él. Ahora me arrepiento, aunque no sirve ya de nada. Pues bien, aquel señor sabía de literatura. Usábamos un texto titulado «La littérature française par les textes»de Mangold, una antología estupenda que me gustaría recuperar. Era un buen libro de texto, que ofrecía una excelente panorámica de una literatura inacabable, aunque yo no lo supiera apreciar mucho por aquel entonces.
Me acuerdo muy bien de que nuestro profesor de francés nos habló con pasión de «El lirio en el valle» de Balzac (él decía balsak, marcando mucho la ce final). Decia que era una novela deliciosa en la que se contaba con una sensibilidad exquisita cómo se enamoraba un chico joven de una mujer mayor que él y casada. Y eso que era un fraile de los Hermanos de la Salle, no llevaba hábito, pero era un fraile con todas las de la ley.
Hace poco he leído por primera vez aquel libro tan recomendado por el hermano X y me he dado cuenta de que tenía mucha razón. Es una novela deliciosa. Sin ser afectada, ni empalagosa, cuenta de manera admirable una historia de amor imposible y describe de maravilla el amor adolescente. Ese afecto intenso, lleno de admiración de los aprendices del amor, que normalmente no suele ser correspondido y en cierta manera, se basta a sí mismo. Una frase de este libro lo descrbe a la perfección: «Amar sin esperanza constituye también una felicidad». Es una novela redonda. Está muy bien escrita, tiene personajes muy interesantes y lo que empieza siendo una historia apasiondamente romántica y lineal, encierra varias sopresas en su parte final, un par de giros magistrales, un desenlace buenísimo y un epílogo genial. Un final que tiene lo suyo y sobre el que vale la pena pensar un poco. No puedo decir nada más.
La obra se publicó en 1836 y está incluida en la serie «Las escenas de la vida en el campo» de «La comedia humana». La accion se desarrolla en el Château de Saché (siglo XV), un lugar encantador en la Turena francesa, a orillas del río Indre, propiedad del amante de su madre, en el que estuvo Balzac varias veces entre 1825 y 1842. El contexto histórico, mencionado como de pasada, es la restauración borbónica y los cien días de Napoleón.
Por multitud de detalles que tienen una base real, parece que la historia principal tiene mucho de autobiográfica. El personaje central, ella, Enriqueta, está inspirado en Laure de Berny, el primer amor del autor, que le protegió y animó con un afecto casi maternal. Curiosamente, después de leer la novela su destino y el de la protagonista tomaron el mismo rumbo.
Un clásico fenomenal, una novela llena de cualidades que está entre lo mejorcito de la narrativa delsiglo XIX, tan nutrido de obras maestras. Un libro inolvidable, de los que dejan huella, que ya se ha convertido en uno de mis favoritos.
Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850), fue un novelista francés, figura destacada del realismo y de la novela clásica decimonónica. Trabajador infatigable, se pasaba el día bebiendo café, escribiendo, escapando de sus acreedores y atendiendo a sus innumerables amantes.
Escribió una obra monumental, la
«Comedia humana», todo un ciclo narrativo que iba a tener 137 novelas, que se quedaron en 87 y 7 novelas de propina no previstas. Su
objetivo era describir exhaustivamente la sociedad francesa de
su tiempo para, según su famosa frase, «hacerle la competencia al
registro civil».
Inició varios negocios y se arruinó también varias veces. Todo en su vida es disparatado y excesivo. Dentro de su producción, algo irregular, se encuentran verdaderas joyas, obras inimitables, tanto en forma de novelas como de relatos cortos. Balzac es un río enorme en el que se pueden pescar verdaderos tesoros.
Bulgákov es uno de los grandes escritores rusos de este siglo y ya ha sido invitado a este blog varias veces. En esta ocasión nos acordamos de él para hablar de este volumen, publicado en 1926, integrado por ocho relatos basados en su experiencia como médico en un pequeño pueblo de la Rusia profunda, en la provincia de Smolensk.
Son un conjunto de historias llenas de anécdotas y una secuencia de partos, amputaciones, traqueotomías, casos de sífilis, fracasos... contados con un estilo ágil y elegante, con una notable capacidad de introspección psicológica, análisis de los personajes y una tendencia a ver cualquier situación desde un punto de vista ligeramente cómico. La acción se desarrolla siempre en un paisaje nevado y frío, majestuoso y a la vez hostil en el que todos tratan de sobrevivir como pueden.
Mención aparte merece el relato que da título al libro, «Morfina», un supuesto diario que describe en primera persona el infierno que puede llegar a sufrir un médico que se convierte en adicto a la morfina. Un texto impresionante sobre una realidad terrible que arranca con una frase muy buena que sirve como precursora de lo que viene detrás: «Desde hace tiempo, cualquier persona inteligente puede apreciar que la felicidad es como la salud, basta con tenerla para no percibirla».
Por aquel entonces, ese opiáceo era una droga muy utilizada como anéstesico y los médicos tenían relativamente fácil el conseguirla. Lo curioso es que el autor habla de algo que conocía muy bien y en primera persona porque, tomando morfina para los dolores que le causaban sus heridas de guerra, se hizo adicto a esa sustancia y no consiguió dejarla hasta 1919.
Un estupendo libros de relatos, muy bien ejecutados, que vale la pena paladear y sirven además para conocer un mundo y una época de lo más interesante. Bulgákov es siempre un valor seguro, nunca defrauda.
Mijaíl Bulgákov (Kiev, 1891-1940) era hijo de un profesor de la Academia de Teología de Kiev y nieto de clérigos ortodoxos. Se alistó como conductor de ambulancias durante la Primera Guerra Mundial y fué herido dos veces de gravedad. Luego estudió Medicina y ejerció como médico rural, pero acabó por dejar la profesión para escribir.
Escritor de cierta fama, crítico
inteligente y atrevido del sistema, sufrió presiones y persecución
durante años. Escribió una carta a Stalin solicitando permiso para salir al extranjero; Stalin,
que le admiraba, le llamó por teléfono para preguntarle para qué lo quería, pero se
puso tan nervioso que no supo decir nada. Ese día perdió su oportunidad
de salir de Unión Soviética.
Se casó tres veces y se pasó toda la vida intentando burlar la censura en su país, lo que hizo que su gran novela «El maestro y Margarita» no viese la luz hasta desués de su muerte. Falleció joven, a los cuarenta y nueve años, debido a un problema renal hereditario.
Creo que nadie puede negar que en el rock, en el pop y en la música en general sobreviven formas de poesía popular muy valiosas. Hoy traigo un ejemplo que me encanta, una de las canciones más emblemáticas de una de las grandes reinas del jazz, Nina Simone: su «Ain't Got No, I Got Life»:
Ain't Got No, I Got Life
I ain't got no home, ain't got no shoes Ain't got no money, Ain't got no class Ain't got no skirts, Ain't got no sweater Ain't got no perfume Ain't got no bed Ain't got no mind, Ain't got no mother Ain't got no culture Ain't got no friends, aint got no schoolin' Ain't got no love, Ain't got no name Ain't got no ticket, Ain't got no token Ain't got no god and what have i got? why am i alive anyway? yeah what have i got? nobody can take away?... Got my hair. Got my head Got my brains, Got my ears Got my eyes, Got my nose Got my mouth, I got my smile I got my tongue, Got my chin Got my neck, Got my boobs Got my heart, Got my soul Got my back, I got my sex I got my arms, got my hands, got my fingers, got my legs, got my feet, got my toes, got my liver, got my blood. I've got life, i've got my freedom i've got life I've got life and I am gonna keep it I've got life and nobody's gonna take it away I've got life!
No tengo, tengo vida
No tengo casa, ni zapatos,
ni dinero, ni estilo,
ni faldas, ni jerseys.
No tengo perfume, ni cama. No tengo cabeza.
No tengo madre, ni cultura.
No tengo amigos, ni escuela.
No tengo amor, ni nombre.
No tengo ticket, ni tengo pase.
No tengo Dios.
¿Qué es lo que tengo?
¿Por qué estoy viviendo entonces?
Sí, ¿qué es lo que tengo
que nadie me puede quitar?
Tengo mi pelo, mi cabeza, mi cerebro y mis orejas.
Mis ojos y mi nariz, mi boca y mi sonrisa.
Tengo mi lengua y mi barbilla,
mi cuello y mis tetas,
mi corazón y mi alma,
mi espalda y mi sexo.
Mis brazos, mis manos y mis dedos,
mis piernas, mis pies y mis dedos.
Mi hígado y mi sangre.
Tengo mi vida, tengo mi libertad.
Tengo mi vida
y la voy a mantener.
Tengo mi vida
y nadie me la va a quitar.
¡Tengo mi vida!
Aunque lo mejor es oir como la canta ella misma:
Eunice Kathleen Waymon (Tryon, 1933-2003), conocida como Nina Simone, es una de las más grandes cantantes de soul, blues y jazz que ha habido. La llamaban «la sacerdotisa del soul». Tomo su nombre artístico de cómo la llamaba su primer novio («niña», pronunciado por un angloparlante, suena «nina») y del nombre de Simone Signoret.
Aprendió a tocar el piano a los cuatro años y cuando tenía diez años, en su debut como concertista de piano clásico en la biblioteca de su Tryon natal, vió cómo sus padres eran obligados a ceder sus asientos en primera fila a unos blancos. Ese día descubrió el poder de una artista, cuando se negó a tocar hasta que su familia volviese a su sitio.
Eunice siguió estudiando, se hizo profesora particular de piano y alimentó su sueño de ser la primera concertista clásica de piano de raza negra. Depositó todas sus esperanzas en una beca para ir a estudiar a un prestigioso conservatorio de Filadelfia, pero fué inexplicablemente rechazada, el único motivo era el color de su piel. Aquel revés cambió radicalmente su vida, ya no le quedaba nada más que «aquella música del diablo», como decía su madre. Se hizo pianista de jazz y rebelde.
Comenzó a tocar y cantar en tugurios de Atlantic City y absorbió todo lo que pudo del blues, soul, jazz, rithm and blues y lo que fuera. Aprendió a improvisar. Dotada de un talento extraordinario, lo versionaba todo a su manera y deslumbraba. Hacía lo que quería y encandilaba al público.
Toda su vida estvo comprometida con los derechos civiles y la lucha por la igualdad con los blancos. Altanera, arrogante y difícil, podía empezar una actuación soltándole a los blancos: «No estoy aquí para entreteneros. Nunca seré vuestra payasa».
Fue
la tarde en la que su padre y su madre fueron obligados a ceder sus
asientos en primera fila a un grupo de espectadores blancos. Y también
la tarde en la que Eunice descubrió su poder como artista, cuando se
negó a comenzar su actuación hasta que su familia volviese a ocupar las
localidades que les correspondían. - See more at:
http://www.pikaramagazine.com/2015/04/nina-simone-no-estoy-aqui-para-entreteneros/#sthash.cRdif8Xp.dpuf
Fue
la tarde en la que su padre y su madre fueron obligados a ceder sus
asientos en primera fila a un grupo de espectadores blancos. Y también
la tarde en la que Eunice descubrió su poder como artista, cuando se
negó a comenzar su actuación hasta que su familia volviese a ocupar las
localidades que les correspondían. - See more at:
http://www.pikaramagazine.com/2015/04/nina-simone-no-estoy-aqui-para-entreteneros/#sthash.cRdif8Xp.dpuf
Se fué de los Estados Unidos en 1969, después del asesinato de Martin Luther King, harta de la segregación racial de los afroamericanos y perseguida por el fisco por negarse a pagar impuestos para no financiar la Guerra de Vietnam. Murió en París.
Título: Adolescencia y cultura en Samoa Autora: Margaret Mead
Páginas: 312
Editorial: Paidós
Precio: 21 euros
Año: 1990
A pesar del título, este libro no es más que una edición más del cásico de la Antropología titulado «Adolescencia, sexo y cultura en Samoa», un fascinante trabajo de campo, muy completo, de la sociedad samoana que realizó Mead con sólo 24 años y cuando todavía era sólo una estudiante universitaria.
Aún siendo su autora tan joven, el libro está escrito con una gran objetividad y una enorme capacidad de observación. La autora estudió una aldea de unas 600 personas centrándose en la vida de un grupo de 68 chicas entre 9 y 20 años. Su interés estaba en averigüar si los problemas de la adolescencia tienen un substrato biológico inevitable o si están más determinados por la cultura. El resultado fué que las costumbres sociales de los habitantes de esas islas en esos aspectos eran de lo más llamativas y sorprendentes. Por un lado, los niños no son criados por una pareja de figuras paterna y materna fuertes, sino que prácticamente son considerados hijos de toda la tribu y todos los adultos intervienen en su educación, conviven con ellos y se sienten responsables de ellos. Vamos, que los tienen a su cargo y su padres son prácticamente dos adultos más. Parece que uno de los efectos que eso tiene es que no surgen los complejos de Edipo y Electra, y la adolescencia de los samoanos no resulta una etapa tan conflictiva como en nuestra sociedad. Es una etapa más suave y sin tanta confusión y ansiedad.
Por otro lado, la sexualidad se vive de forma mucho más natural, hay una larga etapa de la vida en la que las jóvenes tienen relaciones sexuales bastante libres y luego son capaces de casarse, sentar la cabeza y tener hijos de forma satisfactoria y sin problemas.
Ambas revelaciones causaron un rechazo inmediato en buena parte de la sociedad estadounidense. Incluso, cinco años depués de la muerte de Mead, Derek Freeman (1906-2001) publicó un libro, basado en un viaje a la misma isla, en el que aseguraba que todo su trabajo era erróneo. Freeman fué muy criticado, primero por haber esperado al fallecimiento de Margaret para publicar sus trabajos, cuando no podían ser debatidos y además, por basarse en los testimonios de las mismas jóvenes samoanas, ya mayores y convertidas al catolicismo, que daban otra versión de su vida juvenil.
En cualquier caso, es un libro ameno e interesantísimo, que demuestra una vez más que un buen número de creencias y costumbres que nos parecen naturales, de sentido común y la única manera sensata de abordar algunas aspectos de nuestra vida, se tratan de manera completamente diferente en otras culturas de manera satisfactoria. Un clásico de la Antropología cultural que todo el mundo debería leer. Como se suele decir, imprescidible, sólo que en este caso, es muy cierto. Margaret Mead (Filadelfia, 1901-1978), famosa antropóloga estadounidense, era hija de un profesor universitario y una activista social. Estudió en Barnard College (Nueva York) y se doctoró en Antropología en la Universidad de Columbia. Fué discípula de Ruth Benedict y se hizo famosa muy joven, con su trabajo de campo en la Polinesia.
Fué profesora de la Universidad de Columbia, durante la Segunda Guerra Mundial fué presidenta de un comité encargado de mejorar los hábitos alimenticios de los ninños de su país y su especialidad fué la educación infantil y la cultura. Realizó varios trabajos de Antropología en las islas de la Melanesia buscando culturas en las que la mujer tuviese un papel dominante en la sociedad y encontró tres ejemplos de sociedad matriarcales, bastante pacifistas y equilibradas. Sus estudios fueron muy utilizados por movimientos de liberación de la mujer y levantaron una enorme polémica. Varios antropólogos varones trataron de refutarlos,al parecer sin mucho éxito.