Título: Adolescencia y cultura en Samoa
Autora: Margaret Mead
Autora: Margaret Mead
Páginas: 312
Editorial: Paidós
Precio: 21 euros
Año: 1990
A pesar del título, este libro no es más que una edición más del cásico de la Antropología titulado «Adolescencia, sexo y cultura en Samoa», un fascinante trabajo de campo, muy completo, de la sociedad samoana que realizó Mead con sólo 24 años y cuando todavía era sólo una estudiante universitaria.
Aún siendo su autora tan joven, el libro está escrito con una gran objetividad y una enorme capacidad de observación. La autora estudió una aldea de unas 600 personas centrándose en la vida de un grupo de 68 chicas entre 9 y 20 años. Su interés estaba en averigüar si los problemas de la adolescencia tienen un substrato biológico inevitable o si están más determinados por la cultura. El resultado fué que las costumbres sociales de los habitantes de esas islas en esos aspectos eran de lo más llamativas y sorprendentes.
Por un lado, los niños no son criados por una pareja de figuras paterna y materna fuertes, sino que prácticamente son considerados hijos de toda la tribu y todos los adultos intervienen en su educación, conviven con ellos y se sienten responsables de ellos. Vamos, que los tienen a su cargo y su padres son prácticamente dos adultos más. Parece que uno de los efectos que eso tiene es que no surgen los complejos de Edipo y Electra, y la adolescencia de los samoanos no resulta una etapa tan conflictiva como en nuestra sociedad. Es una etapa más suave y sin tanta confusión y ansiedad.
Por otro lado, la sexualidad se vive de forma mucho más natural, hay una larga etapa de la vida en la que las jóvenes tienen relaciones sexuales bastante libres y luego son capaces de casarse, sentar la cabeza y tener hijos de forma satisfactoria y sin problemas.
Ambas revelaciones causaron un rechazo inmediato en buena parte de la sociedad estadounidense. Incluso, cinco años depués de la muerte de Mead, Derek Freeman (1906-2001) publicó un libro, basado en un viaje a la misma isla, en el que aseguraba que todo su trabajo era erróneo. Freeman fué muy criticado, primero por haber esperado al fallecimiento de Margaret para publicar sus trabajos, cuando no podían ser debatidos y además, por basarse en los testimonios de las mismas jóvenes samoanas, ya mayores y convertidas al catolicismo, que daban otra versión de su vida juvenil.
En cualquier caso, es un libro ameno e interesantísimo, que demuestra una vez más que un buen número de creencias y costumbres que nos parecen naturales, de sentido común y la única manera sensata de abordar algunas aspectos de nuestra vida, se tratan de manera completamente diferente en otras culturas de manera satisfactoria.
Un clásico de la Antropología cultural que todo el mundo debería leer. Como se suele decir, imprescidible, sólo que en este caso, es muy cierto.
Margaret Mead (Filadelfia, 1901-1978), famosa antropóloga estadounidense, era hija de un profesor universitario y una activista social. Estudió en Barnard College (Nueva York) y se doctoró en Antropología en la Universidad de Columbia. Fué discípula de Ruth Benedict y se hizo famosa muy joven, con su trabajo de campo en la Polinesia.
Fué profesora de la Universidad de Columbia, durante la Segunda Guerra Mundial fué presidenta de un comité encargado de mejorar los hábitos alimenticios de los ninños de su país y su especialidad fué la educación infantil y la cultura.
Realizó varios trabajos de Antropología en las islas de la Melanesia buscando culturas en las que la mujer tuviese un papel dominante en la sociedad y encontró tres ejemplos de sociedad matriarcales, bastante pacifistas y equilibradas. Sus estudios fueron muy utilizados por movimientos de liberación de la mujer y levantaron una enorme polémica. Varios antropólogos varones trataron de refutarlos,al parecer sin mucho éxito.
Ambas revelaciones causaron un rechazo inmediato en buena parte de la sociedad estadounidense. Incluso, cinco años depués de la muerte de Mead, Derek Freeman (1906-2001) publicó un libro, basado en un viaje a la misma isla, en el que aseguraba que todo su trabajo era erróneo. Freeman fué muy criticado, primero por haber esperado al fallecimiento de Margaret para publicar sus trabajos, cuando no podían ser debatidos y además, por basarse en los testimonios de las mismas jóvenes samoanas, ya mayores y convertidas al catolicismo, que daban otra versión de su vida juvenil.
En cualquier caso, es un libro ameno e interesantísimo, que demuestra una vez más que un buen número de creencias y costumbres que nos parecen naturales, de sentido común y la única manera sensata de abordar algunas aspectos de nuestra vida, se tratan de manera completamente diferente en otras culturas de manera satisfactoria.
Un clásico de la Antropología cultural que todo el mundo debería leer. Como se suele decir, imprescidible, sólo que en este caso, es muy cierto.
Margaret Mead (Filadelfia, 1901-1978), famosa antropóloga estadounidense, era hija de un profesor universitario y una activista social. Estudió en Barnard College (Nueva York) y se doctoró en Antropología en la Universidad de Columbia. Fué discípula de Ruth Benedict y se hizo famosa muy joven, con su trabajo de campo en la Polinesia.
Fué profesora de la Universidad de Columbia, durante la Segunda Guerra Mundial fué presidenta de un comité encargado de mejorar los hábitos alimenticios de los ninños de su país y su especialidad fué la educación infantil y la cultura.
Realizó varios trabajos de Antropología en las islas de la Melanesia buscando culturas en las que la mujer tuviese un papel dominante en la sociedad y encontró tres ejemplos de sociedad matriarcales, bastante pacifistas y equilibradas. Sus estudios fueron muy utilizados por movimientos de liberación de la mujer y levantaron una enorme polémica. Varios antropólogos varones trataron de refutarlos,al parecer sin mucho éxito.
Margaret Mead
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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