Título: Gran Sertón: veredas
Autor: João Guimarães Rosal
Páginas: 617
Páginas: 617
Editorial: Alianza
Precio: 12,90 euros
Año: 1999
Esta novela apareció en el año 1956 como un gigantesco aerolito de un autor casi desconocido, que conmocionó todo el mundo cultural brasileño y en lengua portuguesa, porque este novelón de más de 600 páginas es no sólo una de las novelas clave de la literatura en portugués del siglo XX, sino también un libro imprescidible en el contexto de la literatura mundial.
Lingüísticamente es un texto muy atrevido que mezcla el portugués culto con la jerga de los trabajadores del campo, neologismos modernistas y el dialecto de Minas de Gerais, con lo que crea palabras híbridas y giros de gran expresividad, para asombro del lector y desesperación de traductores. En buena medida esta novela funda una manera de hablar y decir que se ha hecho ya típicamente brasileña.
Lingüísticamente es un texto muy atrevido que mezcla el portugués culto con la jerga de los trabajadores del campo, neologismos modernistas y el dialecto de Minas de Gerais, con lo que crea palabras híbridas y giros de gran expresividad, para asombro del lector y desesperación de traductores. En buena medida esta novela funda una manera de hablar y decir que se ha hecho ya típicamente brasileña.
El sertón, de desertão, desertón en portugues, es una vasta región brasileña muy árida situada al nordeste del país, una meseta seca, llena de arbustos, devastada por las quemas masivas que buscaban abrir el campo para cultivar algodón y atravesada por dos ríos, el Jaguaribe y el Piranhas. Las veredas del título aluden a los distintos caminos (el bien y el mal, la delincuencia y la ley) que se puden tomar en la vida y también a los cauces de agua que recorren la llanura desértica.
En esa región, dura y seca, se desarrollan las peripecias y aventuras del protagonista, Riobaldo, un jagunzo, medio bandolero medio mercenario, acostumbrado a trabajar y sobrevivir en el campo. El autor recupera el recurso del monólogo interior de Joyce y toda la novela es un larguisimo monólogo en el que Riobaldo cuenta su vida, en una estructura dividida en siete partes de unas 80 páginas cada uno, siete movimientos, como una sinfonía, que pueden leerse también de modo independiente, así que este libro puede verse como un libro de relatos largos.
En el primero el protagonista salta de un tema a otro y cuenta mil anécdotas de manera desordenada; en el principio fué el caos, parece decir. El segundo se ordena ya cronológicamente y el narrador cuenta su infancia, juventud y cómo se integra en la banda de Hermógenes, cuyos crímenes y desmanes se narran en la tercera parte. La cuarta sirve de transición, resume lo contado y avanza los capítulos siguientes. En el quinto movimiento se cuenta la lucha de la banda de Zé Bebelo contra la de Hermógenes y al final, Riobaldo hace un pacto con el diablo. En el sexto, Riobaldo se hace con la jefatura de la banda y se encuentra con el viejo Ornelas, un bondadoso padre de famiia que vive en una hacienda con su familia; ambos modos de vida se contrastan, el desorden y el caos moral frente al orden y la rectitud moral. En el último movimiento, se relata la batalla de Tamandúa-Tán y el protagonista se aleja definitivamente de la vida que ha llevado hasta entonces.
La novela está llena de símbolos esotéricos, el núimero siete aparece varias veces, Hermógenes es una deformación del Hermes de los alquimistas, aparece un pacto con el diablo como en el Fausto...
Un libro complejo, en el que el autor, un políglota prodigioso, hace equilibros entre varios idiomas, se inventa palabras y casi conforma una nueva lengua. Es una obra densa, llena de colorido y sabor, que cuesta cierto esfuerzo (no hay que olvidar que son más de 600 páginas de letra pequeña, peroque atesora una belleza y una calidad literaria abrumadoras. Es una obra imponente, un clásico y un monumento de palabras que vale la pena conocer.
En el primero el protagonista salta de un tema a otro y cuenta mil anécdotas de manera desordenada; en el principio fué el caos, parece decir. El segundo se ordena ya cronológicamente y el narrador cuenta su infancia, juventud y cómo se integra en la banda de Hermógenes, cuyos crímenes y desmanes se narran en la tercera parte. La cuarta sirve de transición, resume lo contado y avanza los capítulos siguientes. En el quinto movimiento se cuenta la lucha de la banda de Zé Bebelo contra la de Hermógenes y al final, Riobaldo hace un pacto con el diablo. En el sexto, Riobaldo se hace con la jefatura de la banda y se encuentra con el viejo Ornelas, un bondadoso padre de famiia que vive en una hacienda con su familia; ambos modos de vida se contrastan, el desorden y el caos moral frente al orden y la rectitud moral. En el último movimiento, se relata la batalla de Tamandúa-Tán y el protagonista se aleja definitivamente de la vida que ha llevado hasta entonces.
La novela está llena de símbolos esotéricos, el núimero siete aparece varias veces, Hermógenes es una deformación del Hermes de los alquimistas, aparece un pacto con el diablo como en el Fausto...
Un libro complejo, en el que el autor, un políglota prodigioso, hace equilibros entre varios idiomas, se inventa palabras y casi conforma una nueva lengua. Es una obra densa, llena de colorido y sabor, que cuesta cierto esfuerzo (no hay que olvidar que son más de 600 páginas de letra pequeña, peroque atesora una belleza y una calidad literaria abrumadoras. Es una obra imponente, un clásico y un monumento de palabras que vale la pena conocer.
João
Guimarães Rosa (Minas
Gerais, 1908-1967), autodidacta y niño prodigio, empezó a estudiar francés
a los seis años y llego a ser un políglota casi inverosímil: dominaba ocho
idiomas, leía cuatro más y conocía parcialmente otros doce. Era un niño prodigio y un tragalibros de circo. Empezó Medicina a los 16 años,
la ejerció durante casi toda su vida, al final ingresó en el cuerpo
diplomático y estuvo destinado en Europa y América Latina. Eran los años 40 y ayudó a que muchos judíos escapasen de la maquinaria nazi.
Casi toda su obra literaria se centra en el paisaje y la idiosincrasia de los habitantes del Sertón, una zona semiárida del Nordeste brasileño. Nos dejó siete novelas cortas, varios volúmenes de cuentos, alguno de poesía y esta gran novela: «Gran Sertón: veredas» (1956). Ya hemos hablado aquí de este autor con motivo de su «Campo general y otros relatos». En 1963 fué aceptado por unanimidad como miembro de Academia Brasileña de Letras.Su muerte a los 59 años, aparentemente de un infarto, está envuelta en el misterio porque la predijo en una de sus novelas y no hay que olvidar que su profesión de médico le pudo facilitar el acceso a todo tipo de medicamentos y drogas.
João Guimarães Rosa
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Me encantó
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