Antología poética - Antonio Machado

                  

Título: Antología poética

Autor: Antonio Machado

 
Páginas: 248   

     

Editorial: Edaf

  
Precio: 8,00 euros
        

Año de Edición: 1987

Esta antología del gran poeta sevillano es una de las más completas y baratas que se pueden encontrar. Contiene una cuidada selección de poemas que van desde sus primeros libros de poesía, como «Soledades», enmarcados en el modernismo de la época, hasta «Campos de Castilla» y obras posteriores, en las que evolucionó hacia los planteamientos de la generación del 98.

Poeta sencillo y a la vez profundo, muy emotivo, tiene una voz propia, inconfundible, ligeramente nostálgica, que habla siempre con el corazón en la mano, con su sensibilidad a cuestas. Son poemas intimistas y de sentimientos, muy apropiados para iniciarse como lector de poesía, que no solo de prosa vive el ser humano. Quien escribió «Yo voy soñando caminos de la tarde», sólo por ese primer verso, ya vale la pena ser leído.

 

Antonio Machado (Sevilla, 1875-1939) hijo de Antonio Machado Álvarez que publicó estudios y recopilaciones de coplas famenclas, estudió en Madrid, en la Institución Libre de Enseñanza y conoció a buena parte de los intelectuales de la época: Valle-Inclán, Oscar Wilde, Baroja, Rubén Dario, Juan Ramón Jiménez, Unamuno, Lorca...se hizo catedrático de instituto de francés y estuvo destinado en Soria. Allí fallece de tuberculosis su mujer Leonor, que tenía casi 20 años menos, lo que le sumió en una profunda depresión. Estuvo destinado en Baeza y Segovia, estudió Filosofía y cortejó a una mujer casada, a la que llamaba Guiomar en sus poemas. Al estallar la Guerra Civil huyó a Francia y murió en Colliure. En su bolsillo se encontró un último verso: «Estos días azules y este sol de la infancia».

Antonio Machado

Machado es un poeta fácil, sencillo y humano, que llega a todo el mundo y a la vez es uno de los grandes poetas, con una sensibilidad y una profundidad tremendas. Por eso, si tienes poco tiempo para leer, lee a Machado. Tómate un respiro y relájate, saborea despacio sus poemas, sin prisa, y entenderás porqué su tumba en Colliure está siempre llena de flores frescas y de cartas que gente de todo el mundo le escribe todavía.

Publicado por Antonio F. Rodríguez.