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viernes, 18 de julio de 2025

¡Viven! - Piers Paul Read

Título: ¡Viven!                                                                                                               Autor: Piers Paul Read

Páginas: 428

Editorial: Ediciones del Viento

Precio: 9,95 euros

Año de edición: 2024

En 1972 se estrelló un avión en la cordillera de los Andes. Murieron muchos pasajeros, otros quedaron heridos y unos cuantos salieron ilesos o con heridas leves. La mayoría eran jóvenes uruguayos que formaban parte de un equipo de rugby. Pertenecían a familias acomodadas de la burguesía católica de su país. Viajaban a Santiago de Chile para celebrar un partido. Pero lo que iba a ser una competición deportiva se convirtió en una pesadilla inimaginable a 3500 metros de altura. Las autoridades chilenas decidieron suspender la búsqueda infructuosa después de diez días. Pensaban que era imposible que alguien sobreviviera a semejante accidente. Quienes no hubieran muerto en el acto lo harían a las pocas horas como consecuencia del frío. Era absurdo gastar más recursos y poner en peligro más vidas. Mala suerte para los chicos uruguayos. Caso cerrado. 

Las personas dadas por muertas estaban dispuestas a sobrevivir por sus propios medios. Esta es la historia que el escritor inglés Paul Piers Read cuenta en su clásico reportaje periodístico ¡Viven!, publicado por primera vez en 1974. El autor entrevistó a los supervivientes e investigó sus orígenes sociales, educación, ideales y forma de entender la vida. Examinó cuidadosamente sus relaciones. El deporte había creado entre ellos fuertes lazos de solidaridad. En general tenían fe, eran creyentes. Claro que algunas de sus creencias fueron puestas a prueba después del accidente. La necesidad de sobrevivir se impuso. 

El avión quedó empotrado en un remoto valle andino tras perder las alas y partirse por la mitad. Unos cuantos pasajeros se precipitaron al vacío blanco antes del brutal aterrizaje. Desaparecieron para siempre. Sus gritos desesperados resonaban como un eco macabro en las pesadillas de sus compañeros más afortunados. Otros quedaron malheridos: piernas y brazos rotos, cabezas aplastadas, vísceras al desnudo, horrendas mutilaciones. Los heridos más graves iban falleciendo al paso de los días. Los supervivientes casi no tenían comida. Bebían nieve derretida. Rodeados de insondables montañas desnudas, sin vegetación alguna, entre un frío atroz y tormentas de nieve, la subsistencia resultaba imposible en esas condiciones. 

Pese a todo, se las arreglaron para organizarse. Vendaron como pudieron a los heridos. Consolaron a los moribundos. Atendieron a quienes se habían vuelto locos. Racionaron los escasos alimentos. Despejaron el casco del avión. Colocaron a los muertos fuera, entre la nieve. Todo lo aprovecharon para levantar un refugio y darse calor. No hubo episodios de pánico después del accidente, sino una estoica aceptación de su situación, acompañada del empeño para superar el desastre. De manera precisa, sin grandilocuencias, el autor narra una historia única de superación humana y valor. 

Los más fuertes se adentraron por montañas heladas para buscar un camino que les permitiera conseguir ayuda. No era fácil: la nieve llegaba hasta la cintura, un mal paso llevaba a un barranco mortal, cada vez estaban más débiles. No había lugar para el optimismo. El fin llegaría de manera inexorable. Esta realidad tranquilizaba de alguna manera las conciencias: aun luchando contra lo irremediable, la victoria de la muerte sería segura. Sin embargo, los mejores del equipo no tiraron la toalla. Aguantaron. 

Pasaban los días. La posibilidad de ser rescatados desapareció. Estaban solos y abandonados. Algunos se interrogaban sobre el silencio de Dios. Era una injusticia desaparecer tan jóvenes en la gélida indiferencia de la naturaleza. La comida se había agotado. En muy poco tiempo ni siquiera podrían moverse. Morirían de inanición y congelados. Había que alimentar el organismo. Sencillamente: la máquina no funciona sin combustible. Así que los más fuertes acabaron por defender una dura alternativa para alargar la vida. Una posibilidad del más crudo materialismo, algo irónica entre devotos católicos, pero ineludible si querían seguir viviendo: alimentarse de los cuerpos de sus compañeros muertos. 

En definitiva, una lectura impresionante acerca de la capacidad humana para superar sus límites si se quiere conservar la vida. Hasta en las circunstancias más desesperadas los hombres buscan un sentido. Se ayudan entre sí, luchan por la vida, no aceptan lo aparentemente inevitable. El instinto de supervivencia no está determinado por la ciega fatalidad de la naturaleza. Por lo demás, el estilo claro, fluido y realista de Paul Piers Read es estupendo. Su libro se lee en un santiamén. Y no olvidemos que hace esta acertada advertencia: «puede que no esté al alcance de cualquier escritor la posibilidad de expresar la propia apreciación de la experiencia que vivieron». Muy recomendable. 

Piers Paul Read

Piers Paul Read (1942) fue un periodista, historiador y novelista británico nacido en Beaconsfield. Devoto católico, su padre fue el importante teórico anarquista, Herbert Read. Piers estudió historia en la Universidad de Cambridge y fue profesor de escritura creativa en la Universidad de Columbia. Ha escrito novelas, reportajes y biografías. En 1974 publicó su libro más conocido ¡Viven!, que cuenta en detalle la tragedia de los deportistas uruguayos en los Andes, que recibió el aplauso de crítica y público. En 1993 el director Frank Marshall dirigió una buena película con el mismo título. En 2023 el director español Juan AntonioBayona estrenó la película La sociedad de la nieve sobre idéntico asunto. 

Publicado por Alberto. 

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