Título: Umma. El integrismo en el Islam Autor: Antonio Elorza
Páginas: 416 pág.
Editorial: Alianza
Precio: 12,80 euros
Año de edición: 2002
El historiador Antonio Elorza aborda en este ensayo las bases teóricas del Islam radical con gran rigor
conceptual. Estudia la configuración del integrismo islámico
partiendo de los orígenes mismos de la religión musulmana. Para evitar
cualquier acusación de manipulación, incluye en cada capítulo un apéndice con
extensos fragmentos de los textos estudiados. Hay una cuestión esencial: el
integrismo islámico es una de las formas posibles que puede adoptar el islam. Pero, naturalmente, no es la única. El mensaje islámico admite,
como todas las religiones, una pluralidad de interpretaciones. Lo
indudable es que, a partir del fracaso del nacionalismo árabe, el
integrismo es un fenómeno de masas cada vez más pujante. Se trata de un
problema global. Quienes más lo sufren son los propios musulmanes. Sus
coletazos alcanzan también a Occidente.
Los
atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 acabaron con la vida
de 3000 personas en Nueva York y Washington. Las torres gemelas fueron
decapitadas. Los responsables estaban vinculados a Al Qaeda, la red
terrorista dirigida por el saudí Osama Bin Laden. El terrorismo
yihadista ha seguido golpeando de manera incesante. Sus responsables
matan y mueren en nombre de Dios. Es una violencia sagrada que pretende
destruir la impiedad moderna para establecer en su lugar un estado
teocrático, regido por la sharía o ley islámica. El objetivo de los
fanáticos es redimir un mundo que, según ellos, ha caído en la ignorancia
religiosa. Una vez eliminado el mal, se instaurará un califato universal.
Piadosa y reconciliada, la humanidad vivirá bajo una teocracia que
ordena el bien y prohíbe el mal. El integrismo islámico trasciende las
fronteras. A su manera, es universalista.
Umma
equivale a comunidad islámica. La primera umma fue fundada por Mahoma en
Medina allá por el siglo VII. Mahoma fue un profeta y hombre de Estado.
En el islam se advierte desde el principio una mezcla de religión y
política. El Corán y la Sunna o tradición (reglas de conducta que se
remontan al profeta) son fuente de derecho. La religión es ley. Sharía.
Eso es crucial. El modelo es teocrático y comunitarista. Los individuos
deben someterse al grupo. Las normas jurídicas emanan de la soberanía
de Dios. Los gobernantes son lícitos siempre y cuando no desobedezcan
los mandatos divinos. La verdad ha sido revelada de una vez y para
siempre. No cabe ninguna innovación. No existe la perspectiva histórica.
El hombre no puede burlar el poder absoluto de Dios.
Estamos
ante un integrismo puro. El dogma revelado debe mantenerse incólume
como perfecta manifestación de la voluntad divina. Los verdaderos
creyentes imitan el ejemplo de los primeros musulmanes: austeros,
guerreros y puritanos. A esta militancia salafista (salaf: piadosos
antepasados) se le une la yihadista. La guerra santa o yihad extiende
las fronteras del Islam a costa de los impíos. Los enemigos son
infieles, politeístas, ateos. Ignoran la verdad. Esta es la ideología
salafista-yihadista de las organizaciones terroristas. Aunque su base es
religiosa, sería una injusticia identificarla sin más con el islam. El
islamismo es la politización del islam. El yihadismo es el
islamismo violento.
Elorza
repasa la historia del integrismo islámico desde la Arabia de la
revelación coránica hasta la actualidad. Las circunstancias históricas y
políticas cambian. El dogma integrista se mantiene sin cambios.
Perfecta unicidad de Dios (uno y sin asociados), teocracia y yihad, entendida como guerra santa (no como pacífica perfección espiritual del
creyente). No caben las interpretaciones racionales. La verdad está ya
codificada de antemano, es un mandato divino indiscutible, se entiende
literalmente y se aplica con una lógica belicista. Maniqueísmo total.
Superioridad del creyente sobre el que no lo es o lo es tibiamente.
Violencia como resultado.
Personajes
como el teólogo Ibn Taymiyya dejaron ya claro en el siglo XIV que el
creyente es ante todo un guerrero. La comunidad es una, la fe ardiente y
su expansión obligada. La confrontación resulta inevitable. Desde el
siglo XVIII la alianza entre Ibn Wahhab, sabio intransigente, y la
familia Saud, sientan las bases en Arabia, cuna del Islam, de una
teocracia que aún pervive. Con los petrodólares se ha extendido el
wahabismo, una versión tradicionalista del Islam. Quizá el semillero más
importante del integrismo islámico han sido los Hermanos Musulmanes.
Este movimiento religioso-político fue fundado en Egipto en 1928 por
Hasan al-Banna. Los Hermanos Musulmanes tienen un lema muy sencillo, que
lo explica todo: el Corán es nuestra constitución. Pasa el tiempo.
Descolonización. Regímenes autoritarios en las naciones árabes. 1979:
revolución islámica en Irán. Talibanes en Afganistán. Formación de
Al Qaeda en 1988. Condena a muerte de Salman Rushdie. Atentados del 11
de septiembre. Masacres de París, Madrid y Londres. Estado islámico en
Siria con miles de yihadistas reclutados en medio mundo (3300 europeos
occidentales). Matanzas, matanzas por doquier. Que siguen.
Para
Elorza, son las bases textuales del islam interpretadas literalmente
las que pueden llevar a justificar la violencia. Por supuesto, es
posible lo contrario: una interpretación libre, razonada y
contextualizada. Así se evitarían, por ejemplo, castigos aberrantes como
la mutilación de miembros. La inmensa mayoría de los musulmanes son
pacíficos. La violencia religiosa en nombre de Dios no es únicamente
islámica (la cruzada es el correlato cristiano de la yihad). Pero la
adaptación del mundo árabe a la modernidad está siendo traumática. El
integrismo como respuesta anacrónica tiene raíces muy antiguas. Antonio Elorza las investiga, a mi juicio, con admirable honestidad intelectual.
Un libro imprescindible.
Antonio Elorza
Antonio Elorza (1943) es un destacado historiador y
ensayista español nacido en Madrid. El profesor Elorza ha sido
catedrático de ciencia política en la Universidad Complutense. Desde
fines de los años 60 se ha dedicado a estudiar diferentes corrientes
políticas e ideológicas. Uno de sus primeros libros fue una
investigación hoy clásica sobre la influencia de la ideología liberal en
la Ilustración española. Sus trabajos acerca del nacionalismo vasco son
decisivos. También se ha interesado por las religiones políticas en
general y el fenómeno estalinista. Con «Umma. El integrismo en el Islam»
(2002) comenzó una serie de estudios sobre las distintas
manifestaciones del fundamentalismo islámico. La firma de Antonio Elorza
es habitual en los medios de comunicación. Reside en Madrid. Publicado por Alberto.
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