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sábado, 6 de mayo de 2023

La poesía de Mary Grueso

¿Qué quién es Mary Grueso? Pues una poeta negra y colombiana, estupenda, que Chimamanda Mgozi Adichie elogia efusivamente en sus entrevistas.

Mary Grueso nació en  1947 en el Corregimiento de Chuare Napi, en Guapi, en el departamento de Cauca, al suroeste de Colombia, entre la región andina y la pacífica. Es descendiente de esclavos, cosa que no se le olvida y aflora en sus poemas en forma de ideas libertarias y la reivindicación de los afrodescendientes.

Creció con su abuelo y a los 23 años se casó con Moisés Zúñiga, que la animó a estudiar y la apoyó en toda su carrera. Obtuvo el título de maestra, luego se licenció en Lengua y Literatura Española en la Universidad del Quindío y completó másteres de especialización en Enseñanza de literatura, Gestión de proyectos culturales, Lúdica y recreación para el desarrollo social y cultural, y en Análisis y producción de textos. Ha sido profesora en la Universidad Libre, la Universidad del Pacífico, en algunos colegios y catedrática de literatura en la Universidad del Valle. Ha publicado una docena de libros, entre volúmenes de poesía y de cuentos para niños.

Aquí tenemos una muestra de su poesía: 


Negra soy

¿Por que me dicen morena?
Si moreno no es color
Yo tengo una raza que es negra,
Y negra me hizo Dios.

Y otros arreglan el cuento
Diciéndome de color
Dizque pa` endulzarme la cosa
Y que no me ofenda yo.

Yo tengo una raza pura
Y de ella orgullosa estoy
De mis ancestros africanos
Y del sonar del tambó.

Yo vengo de una raza que tiene
Una historia pa´contá
Que rompiendo sus cadenas
Alcanzó la libertá.

A sangre y fuego rompieron,
Las cadenas de opresión
Y ese yugo esclavista
Que por siglos nos aplastó.

La sangre en mi cuerpo
Se empieza a desbocá
Se me sube a la cabeza
Y comienzo a protestá

Yo soy negra como la noche,
Como el carbón mineral,
Como las entrañas de la tierra
Y como el oscuro pedernal.

Así que no disimulen
Llamándome de color
Diciéndome morena
Porque negra es que soy yo.

 

Anudando ilusiones

Quise dejar atrás el pasado,
Decidida, tomé el bastidor,
Hilo, aguja y tela.
Y empecé a tejer ilusiones, 
Cansada de mis recuerdos,
De mis noches de desvelo,
Donde no ha aparecido una palabra nueva,
Un rayo de luna,
Ni un te quiero.

Imite las arañas en las cuevas de mis deseos,
Y elaboré un itinerario de viajes
Por mundos desconocidos
Que encontré en amarillentas páginas
De libros viejos.

En Buenaventura,
Desatracando mi velero
Levé anclas hacia la antigua Grecia:
De Sócrates, de Platón, de Troyanos guerreros.

Recorrí las pirámides de Egipto
En donde están los sepulcros
De faraones milenarios
Y de pasados imperios.

En la India vi las vacas sagradas
Deambulando al azar;
Y descendiendo las escalinatas de Jorge Zalamea
En el río Ganges
Sepulcro tradicional de un pueblo hambriento
Alimentado por la fe y las creencias.

En Italia 
Visite Venecia con sus Góndolas
¡Que hermosura de paraíso y sueño!...

En la cúpula de San Pedro
Perpleja observé el espíritu renacentista de Miguel Ángel
Que hombro a hombro con Da´Vinci
Sellaron con broche de oro
La universalidad de sus genios.
Allí en las alturas del monte Sacro
Recordé el juramento de Bolívar
De libertar a su pueblo
Paseando por los campos 'Elíseos'
Me detuve frente al arco del triunfo
En donde encontré el nombre 
De Francisco de Miranda
Desafiando el tiempo.

En Taiwán, muchas mujeres diminutas
De ojos rasgados 
De porcelana y silencio
Encadenadas aún a culturas ancestrales
De su pueblo.

De pie en el Sahara
Deslumbrada ante tanta belleza
No sabría decir donde estuvo Dios primero
Si en las montañas de arenas del desierto
O en la cordillera de los Andes de mi América.

En New York,
La estatua de la libertad
Lleva la llama viva y anhelada
De todos los pueblos.

Cartagena,
Patrimonio histórico de la humanidad
Sus murallas, recuerdo de invasiones piratas
Y de un Morgan guerrero.

Un grito de dolor
Me volvió a la realidad
Al enredarse la aguja en el dedo
Manchas escarlatas adornaron la tela
Mientras de mis ojos saltaban al espacio
Y caían al costurero
Dos gotas transparentes de aguacero.
 
 
¡Que güelva mi mujé!

Hoy cuando tengo pena
me voy a navegá
con mi champa y mi canalete
empiezo a canaletiá.

Y es por esa negra
que la pena me va a acabá
y cojo mi atarraya
y empiezo a atarrayá.

La marea sube y baja
y yo estoy en alta má
pensando que llego al rancho
y mi negra allá no está.

¿A dónde estará mi negrita?
¿Cómo se olvidó
de tantas cosas buenas
que a mi lado pasó?

Toitico se lo daba
lo que poría yo
trabajaba a sol y agua
porque era mi adoración.
Me dejó sin motivo
y se fue con el patrón.

Y aún estoy esperando
a que güelva otra vé
y güelvo y se lo perdono
porque sin ella no sé qué hacé,
mi vida no tiene sentido.
¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé!
 
 
 
Cuando el negro dice

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el color de las algas y el manglar,
la dulce provocación del chontaduro,
el insinuoso vaivén de las canoas,
el dorado amarillo del oro
y el sentimiento de nostalgia de África.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,
las rondas acrobáticas de las ballenas,
el balanceo rítmico de las palmeras
y la paciente espera de los esteros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,
el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,
el sabor inconfundible del encocao de jaiba
y el atardecer en una playa de amor
entre redes de luceros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
la sangre se da prisa en las venas
bailando al compás de los arrullos,
de sentimientos que se escapan de los labios
como monótono repicar de campanas
cuando anuncian la fiesta en el altar
y te deja en la boca la frescura
del himno que te falta por cantar
al amor, a la vida, a la nostalgia
y a los amores que faltan por llegar.
 

Publicado por Antonio F. Rodríguez. 

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