Precio: 12 euros
Año de edición: 2022
Entender el presente pasa por explicar el pasado, pero para eso tenemos que hacernos las preguntas adecuadas. Y eso han hecho los autores, eligiendo un personaje central que les permite, al tiempo que narran la vida de Francisco Morán Samaniego (1901-1984), describir los conflictos y convergencias de las dos tradiciones meteorológicas existentes: el conocimiento científico sobre la atmósfera y la manera en la que se ha prestado el servicio meteorológico a lo largo del siglo XX en España.
Y es que Francisco Morán, una gran figura de la ciencia española prácticamente ignorada fuera del ámbito meteorológico, y sus aportaciones permiten encontrar muchas de las claves que han traído la meteorología a su situación actual. Con el cambio de siglo, la ciencia y la técnica se abrieron paso en la cultura española y en poco tiempo encontramos nombres respetados en los círculos científicos internacionales. En buena parte, gracias a su formación en el exterior que permitieron las becas de la Junta de Ampliación de Estudios.
Todo eso lo encontramos personalizado en Morán, que además tiene una historia personal interesante con episodios atractivamente contados: sus antecedentes familiares, que nos permiten situarnos en la España en crisis del inicio del siglo XX; sus estudios iniciales de medicina como alumno de Cajal y su evolución hacia la meteorología; el contacto con grandes científicos de la época, como Schrödinger; su amistad con Hans Ertel, etcétera nos permiten conocer cuál era el estado del conocimiento científico en la época, tanto en España como en el exterior. La construcción de una numerosa familia y las obligaciones que ello implicaba en tiempos de difícil situación económica nos proporcionan el contexto que conformó el carácter de Morán. Gracias a las historias de sus compañeros de estudios y profesión, sabemos de la atención y posibilidades de desarrollo personal de los universitarios y los hombres de ciencia, y en particular los meteorólogos, a lo largo del siglo XX. Cabe destacar aquí la tragedia de Duperier, en el contexto de la guerra civil, su exilio y difícil retorno.
En paralelo, se narra la evolución y posterior confluencia de la Física del Aire y el Servicio Meteorológico. Conocemos los hitos de la evolución del conocimiento científico (meteorología sinóptica, la termodinámica atmosférica, las ecuaciones de la dinámica atmosférica) y de la organización de la prestación del servicio meteorológico (la institucionalización, la construcción de redes de observación, la orientación a la aeronáutica). En la historia de la institución, encontramos con frecuencia esa tendencia al adanismo (empezar cada vez desde cero) tan española. Con Morán jugando el doble papel de docente universitario (primer catedrático de Física del Aire en España) y responsable de unidades del Servicio Meteorológico. Y siempre con su particular sentido del rigor y la modestia, virtudes que le llevaron a denominar «Apuntes de Termodinámica de la atmósfera» al riguroso texto con aportaciones propias con el que se han formado generaciones de meteorólogos.
En resumen, un texto inspirador y formador, gracias a lo bien entretejidas que están la historia personal de Francisco Morán y la historia de la meteorología en España, plagada de documentación y referencias que llevan a hacerse otras preguntas y quizás a nuevos textos. Ojalá.
El libro se puede comprar en esta página.
Manuel Palomares Calderón es una de esas personas que las organizaciones señalan como institución, incluso ahora, que está ya jubilado. Con un papel importante en las relaciones internacionales de AEMET a lo largo de muchos años, y una pasión por la historia de la meteorología en España. Tiene diversas publicaciones en ese ámbito. Además, en este caso tiene un interés personal ya que su padre fue uno de los principales sucesores de Morán, tanto en la universidad como en el servicio meteorológico.
Alejandro Méndez Frades es un trabajador incansable y minucioso, cualidades de las que ha hecho gala en los distintos puestos que ha desempeñado en AEMET. Ese carácter aflora en muchas partes de este libro. También tiene un interés personal por el biografiado por compartir con él ser zamorano militante
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