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viernes, 23 de diciembre de 2022

Manifiesto comunista - Karl Marx y Friedrich Engels

 

Título: Manifiesto comunista                                                                                          Autores: Karl Marx y Friedrich Engels

Páginas: 144

Editorial: Alianza

Precio: 11,50 euros

Año de edición: 2011

Este librito es el más célebre panfleto político de la historia. Marx redactó el «Manifiesto comunista» (1848) a petición de la Liga Comunista. En la elaboración de sus ideas colaboró Engels, por lo que se considera un trabajo conjunto. El propio Marx advertiría luego que su manifiesto era un documento histórico superado en algunos aspectos. Para el marxismo, la transformación de las fuerzas productivas, en las cuales está inmerso el hombre, implica un cambio en la realidad. La naturaleza humana es histórica. El «Manifiesto comunista»" adquiere su sentido pleno dentro de las circunstancias históricas en las que fue escrito: la sociedad burguesa de mediados del siglo XIX.

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Siempre han existido clases dominantes y clases dominadas. Esclavos y patricios. Señores feudales y vasallos. Burgueses y obreros. Cada etapa histórica engendra necesariamente la etapa siguiente. El esclavismo dio paso al feudalismo. Las revoluciones burguesas terminaron con el feudalismo. El capitalismo burgués se caracteriza por el maquinismo, la expansión del mercado y la concentración de la riqueza en cada vez menos manos. Pero el capitalismo está condenado. Con las fábricas aparece la clase obrera. Los obreros harán su revolución estableciendo la dictadura del proletariado. Finalmente, llegará la sociedad comunista sin clases y sin Estado.

Marx expone sintéticamente su plan: «El proletariado utilizará su dominio político para arrebatar progresivamente todo el capital a la burguesía, para centralizar todos los instrumentos de producción en el estado, esto es, en el proletariado organizado como clase dominante, y para multiplicar lo más rápidamente posible la masa de fuerzas productivas». Una vez expropiados los expropiadores, la propia clase obrera desaparecerá en una utopía en la que «el libre desarrollo de cada uno es la condición del libre desarrollo de todos». Las clases dejarán de existir. No habrá antagonismos sociales. Las estructuras políticas que mantenían el dominio de una clase sobre otra clase desaparecerán al haber perdido su razón de ser. Es el fin de la opresión.  

Como sabemos, la historia no siguió esos bellos derroteros, que tienen algo de religión secularizada: el inevitable cumplimiento de un mesianismo encarnado colectivamente en la clase obrera. El obrero de Marx no tiene patria ya que todos los trabajadores sufren la misma explotación capitalista. Hay que organizarse y luchar. El ejército proletario es una fuerza irresistible que empuja hacia la consumación del paraíso en la Tierra. Proletarios contra burgueses. Bien contra mal. No caben soluciones intermedias. El corolario es el triunfo del bien por una exigencia histórica superior inherente al desarrollo de las relaciones de producción. Un evidente providencialismo se aprecia en el fondo del materialismo histórico. 

Marx tenía treinta años cuando escribió este manifiesto. Estaban cuajando las bases de su pensamiento revolucionario. Reconoce que la burguesía hizo una gran labor liquidando la sociedad feudal y el absolutismo. Con el socialismo la antorcha de la liberación humana debe pasar de la clase burguesa a la clase obrera. El progreso ineluctable conduce hacia la sociedad comunista sin clases. ¡Proletarios de todos los países, uníos!

El estilo del Marx juvenil era brillante, arrebatado y sarcástico. El «Manifiesto comunista» es un himno revolucionario. Para generaciones de obreros conscientes fue el equivalente de un catecismo aprendido de memoria. El evangelio proletario. Un mundo devastado por el mal capitalista. Una redención de la humanidad a través de la clase obrera organizada en forma de comunión revolucionaria. Una nueva tierra resplandeciente en la que el mal desaparecerá con el fin de la opresión de clase. Quiso fundamentar empíricamente sus lapidarias afirmaciones. Sin embargo, el «Manifiesto Comunista» tiene un sabor romántico muy peculiar. Definitivamente, se trata de una de las obras maestras de la literatura política. Un clásico. 

Se han criticado los vaticinios marxistas que no se cumplieron (la revolución no triunfó en un país industrializado sino en la atrasada Rusia). Sin embargo, Marx acertó plenamente en otros. Dos pasajes del «Manifiesto Comunista»: 

«¿Dónde está el partido opositor que no haya sido tachado de comunista por sus adversarios gobernantes, dónde el partido opositor que no haya relanzado el estigmatizante reproche de comunista, tanto a sus adversarios más avanzados como a sus enemigos más reaccionarios?»

Se podía haber escrito ayer. Ya saben: «comunismo» o libertad. 

«La continua transformación de la producción, la incesante sacudida de todos los estados sociales, la eterna inseguridad y movimiento, esto es lo que caracteriza la época burguesa respecto a todas las demás. Quedan disueltas todas las relaciones fijas, oxidadas, con su cortejo de representaciones y visiones veneradas desde antiguo, mientras todas las recién formadas envejecen antes de poder osificar».

Karl Marx y Friedrich Engels

Karl Marx (1818-1883) fue un filósofo, economista y sociólogo alemán. Nació en la ciudad de Tréveris en una familia acomodada de ascendencia judía. Estudió filosofía y se relacionó con los jóvenes hegelianos. Desde muy joven, escribiendo en revistas y periódicos, adquirió una gran destreza literaria. Se le considera el fundador del materialismo histórico. Sus ideas derivan de Hegel, Feuerbach, los materialistas franceses y los economistas clásicos.

Para Marx, la dialéctica histórica lleva hacia la sociedad comunista y la superación del capitalismo. Decía que los filósofos debían transformar la realidad y no únicamente interpretarla. Así pues, se convirtió en un activista político revolucionario. En 1864 fundó la Primera Internacional. Karl Marx vivió la mayor parte de su vida en Londres, en condiciones bastante precarias, hasta su fallecimiento. Su obra inmensa ha tenido una influencia decisiva en la política y fuera de la política. Lenin fue quizá el marxista más importante en términos históricos. Marx, por cierto, nunca se consideró marxista.

Friedrich Engels (1820-1895) era prusiano, de familia de industriales y un hombre adinerado. Siempre apoyó económicamente a su amigo Marx. Fue coautor de algunos de los libros clásicos del pensamiento marxista. De hecho, desarrolló muchas ideas que en Marx estaban solo esbozadas, como el materialismo dialéctico. También se ocupó de ordenar y completar «El capital». Su obra propia es relevante. Engels participó activamente en la Primera y Segunda Internacionales y falleció en Londres.   

Publicado por Aberto.

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