Título: Ligeros libertinajes sabáticos Autora: Mercedes Abad
Páginas: 144 pág.
Editorial: Tusquets
Precio: 6,95 euros
Año de edición: 2012
Me he leído un libro diferente. Sabía qué sensaciones podía encontrar, pero no sabía qué me iba a evocar. «Ligeros libertinajes sabáticos» es un libro de relatos eróticos, que tiene un sabor a literatura de antes. No en vano fue Premio La sonrisa vertical allá por 1986. Una jovencísima Mercedes Abad (Barcelona, 1961) ganó este galardón haciendo alta y sugerente literatura cuando tenía 25 años.
La obra cuenta con un buen número de relatos que transmiten el encanto de la seducción de manera espontánea, y tan pronto lo pueden hacer con personajes hacendados acinados en imponentes construcciones, como con ciudadanos de a pie que bien podríamos ser cualquiera de nosotros. También nos hablan de sucesos trágicos en el acto más íntimo, como una muerte por un corchazo de champán, o de invertidos sexuales como Serafín: un cocinero de gustos diferentes.
Los personajes de estos relatos están dotados de la capacidad de sentir, está claro, pero también de una filiación al sexo a veces casi enfermiza. Es un buen ejemplo el apocado banquero que hace un repaso a su aburrida vida mientras practica un facesitting con una mujer obesa, o las turbias negociaciones que experimenta una intermediaria para zanjar un importante acuerdo inmobiliario.
La mente de Merecedes Abad llega a parecer si no taimada, sí bastante perversa, pero siempre podrá argumentar que, si hay algún acto impúdico o políticamente incorrecto, los responsables son sus personajes, no ella. Nos adentra también en lujosas fiestas que terminan siendo lujuriosas, y hay hasta un fanfic erótico de Sherlock Holmes y el Doctor Watson que me ha recordado a la relación del señor Burns con Waylon Smithers en Los Simpson.
Pasados estos relatos eróticos donde abunda creo que, con la excepción del relato del banquero, un lujo arcaico, la autora nos escribe otros relatos más mundanos. Curiosamente, estos, pueden ser muy eróticos o tener un contenido mucho más sutil. «Crucifixión del círculo» es uno de ellos: donde un personaje espera desaforadamente a su pareja mientras marca con una equis en el calendario los días que no se ven. También el relato «Ese autismo tuyo tan peligroso» que cierra el libro, donde lo que leeremos será una autoficción. Pero no se me escapa «Juego de niños» donde sensualidad, sado y arte se convierten en literatura, y tampoco «Canapé frío», en el que un actor tiene sueños infernales, y al estar narrado en un 3 de noviembre, da la posibilidad de poner de manifiesto las malas pasadas que pueden jugarnos las variaciones atmosféricas.
Mercedes Abad ha tocado una gran cantidad de registros en estos relatos eróticos que se leen más como composiciones divertidas que eróticas —pues hay comicidad en estas páginas—, pero seguro que este libro va también a levantar algún que otro ramalazo morboso en el lector.
Publicado por Jesús Rojas.