Título: Franco. Autoritarismo y poder personal Autor: Juan Pablo Fusi
Páginas: 326 pág.
Editorial: Suma de Letras
Precio: 7 euros
Año de edición: 2001
De entre las biografías de Francisco Franco, Caudillo de
España por la presunta gracia de Dios, destaca este breve ensayo de
Juan Pablo Fusi, publicado en 1985 y reeditado en varias ocasiones. Se
trata de un libro objetivo sobre un personaje incómodo, cuyo recuerdo
sigue enfrentando a los españoles. Es inevitable: durante cerca de medio
siglo, Franco purificó España mediante la trilogía de muerte, cárcel y
exilio. No obstante, el profesor Fusi aborda su estudio con espíritu
desapasionado: la ética de la responsabilidad por encima de la ética de
la convicción. Pero esto no le lleva a la falsa neutralidad, porque advierte, la dictadura de Franco, desde una perspectiva
liberal-democrática, es absolutamente condenable en términos históricos.
Francisco Franco nació en El Ferrol («del Caudillo») en 1892 en una familia
militar. Su padre, un oficial de la Armada, era liberal, masón y
mujeriego. La madre, muy piadosa, fue quizá infeliz. Franco se parecía a
su madre. «Franquito» era débil, delgado y de voz aflautada. También le
apodaban «Cerillito». Como después de 1898 ya no quedaban barcos, el
joven Franco se licenció en la Academia de Infantería de Toledo. Luego
su destino fue África. España tenía desde 1912 el Protectorado de Marruecos, un pequeño e inhóspito territorio cuyos duros habitantes se
conocían como rifeños. La guerra colonial marroquí fue brutal. Murieron
miles de españoles e indígenas. Esta fue la verdadera escuela de Franco.
«Sin África no
puedo entenderme a mí mismo», dijo en una ocasión el futuro dictador.
General con 33 años, se hizo con una reputación en el ejército
español. Con Millán Astray fundó la Legión Española. Franco era
nacionalista y católico. Soñaba con una «España que fuera tan grande
como en el pasado». El gallego fue uno de los militares favoritos de
Alfonso XIII. Con Primo de Rivera llegó a ser director de la Academia General Militar de Zaragoza. Pero la República puso freno a su
fulgurante carrera. Franco, resentido, odiaba la democracia. Desde los
años veinte recibía propaganda anticomunista. Mimado por las derechas,
conspiró junto con otros militares facciosos. Los últimos días de julio
de 1936 recibió ayuda decisiva de nazis y fascistas. El 1 de octubre de
ese año se convirtió en Jefe del Estado de la zona rebelde. A partir de
ahí, su biografía se confunde con la historia de España. En 1939, Franco
ganó la guerra civil. Comenzaba una interminable dictadura.
Naturalmente,
una etapa de 40 años no puede caracterizarse con brocha gorda. Fusi
destaca los aspectos negativos del régimen, pero también los positivos
(el gran desarrollo económico de los años 60). España en 1975 era ya un
país desarrollado. Sin embargo, Franco nunca modificó sus ideas
cuarteleras y simplistas, que Fusi califica de «elucubraciones
alucinadas» y «supercherías». El dictador creía en una conspiración
masónica que trataba de destruir la «Civilización Cristiana y
Occidental». Acabó dándose la paradoja de un país relativamente moderno
dirigido por un anciano de ideas anacrónicas. Sin embargo, la guerra
fría permitió sobrevivir a Franco. Fue un camaleón nato. Nadie, por lo
demás, ha acumulado en España tanto poder personal: jefe del Estado,
jefe del Gobierno, Generalísimo de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, y
Jefe Nacional del Movimiento (partido único). Franco fue el Caudillo
hacedor de reyes, como un cruzado del medievo.
Fue también un gran represor y censor. A los republicanos derrotados no les dio
tregua después de 1939. Fusi hace un cálculo: entre 1939 y 1945, fueron
fusiladas en España una media de siete personas al día, si aceptamos la
cifra moderada de 28.000 ejecuciones durante la posguerra. La cultura
fue depurada, así como la administración. La sociedad civil, reprimida
selectivamente. Se derogó la mayor parte de la legislación republicana.
La iglesia católica, el ejército y la Falange fueron los tres pilares de
la dictadura. De la España fascista, se pasó a la nacionalcatólica, y
de ahí a la desarrollista. Franco era simplemente franquista. Murió con
las botas puestas.
Franco
era un hombre de clase media, convencional y religioso. Físicamente, no
era atractivo: gordo, pequeño y paticorto. Con los años se convirtió en
un frágil anciano de blancos cabellos («un abuelo cívico»,
escribe Fusi). No gozaba de facultades oratorias. Escribía fatal.
Cometía además faltas de ortografía. Sus aficiones favoritas eran la
pesca y la caza. También pintaba, aunque mal. Le gustaba el cine, ver
partidos de fútbol por televisión y jugar a las cartas con su camarilla.
Rellenaba quinielas. No leía, ni tenía preocupaciones culturales. Fusi
resume así la vida privada del dictador: «un desolador prosaísmo». Su
personalidad era reservada y de pocas palabras. Ordenado y metódico,
como buen militar. No fumaba. Bebía poco. Comía con mesura. La
manipulación política a corta distancia era su fuerte.
A Franco no le tembló el pulso a la hora de dar el «enterado» a
innumerables penas de muerte. En su testamento, identificaba a sus
enemigos con los enemigos de España. También afirmaba que los españoles
eran menores de edad y necesitaban un patriarca fuerte y autoritario que
los librara de ellos mismos. «El héroe hecho padre», era el ideal del
dictador.
Juan Pablo Fusi
Juan Pablo Fusi (1945) es donostiarra. Durante sus años mozos se formó
en la Universidad de Oxford con Raymond Carr. Posteriormente, fue
catedrático de historia contemporánea en las Universidades de Murcia,
País Vasco, Cantabria y Complutense de Madrid. Dirigió durante unos años
la Biblioteca Nacional de España. Es miembro de la Real Academia de la Historia. Su amplia obra ha tocado diversos temas: la
política obrera en el País Vasco, los nacionalismos, las identidades
proscritas no nacionalistas, la España de las Autonomías, la Guerra Civil o la dictadura franquista. Sus libros destacan por la cuidada
redacción, el enfoque desapasionado y empírico y el rechazo de las
abstracciones y generalizaciones abusivas. En la línea por tanto de la
historiografía liberal británica.
Publicado por Alberto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario