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domingo, 30 de mayo de 2021

La poesía de Francisco Brines

Francisco Brines

Francisco Brines (Oliva, 1932-2021) era un poeta valenciano, miembro de la generación de los 50, que obtuvo el Premio Cervantes en 2020 y nos ha dejado la semana pasada, el 20 de mayo. 

Sus referencias esenciales fueron Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda y Constantino Kavafis; sus versos eran intimistas y líricos; su idea central, la añoranza de una niñez luminosa y feliz, un pasado siempre presente. Le interesaba «enamorarse como antes, como cuando uno se siente inmortal de puro niño inconsciente y aún no conoce los peligros del amor: el resto del tiempo nos lo pasamos queriendo enamorarnos y no queriéndolo a la vez».

Con su primer libro de poemas, «Las brasas» (1959), ganó el Premio Adonais y poco después, con «Palabras en la oscuridad» (1966), el Premio Nacional de la Crítica. Fue profesor de literatura española en la Universidad de Cambridge y de lengua española en la de Oxford. En el 2001 entró en la Real Academia Española para ocupar el sillon X, el más misterioso, que había dejado vacante Antonio Buero Vallejo. Aquí os dejo una pequeña muestra de su poesía.  


Aquel verano de mi juventud

Y qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en las costas de Grecia?
¿Qué resta en mí del único verano de mi vida?
Si pudiera elegir de todo lo vivido
algún lugar, y el tiempo que lo ata,
su milagrosa compañía me arrastra allí,
en donde ser feliz era la natural razón de estar con vida. 

Perdura la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia;
No queda ya el recuerdo de días sucesivos
en esta sucesión mediocre de los años.
Hoy vivo esta carencia,
y apuro del engaño algún rescate
que me permita aún mirar el mundo
con amor necesario;
y así saberme digno del sueño de la vida.

De cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo avaramente
siempre una misma imagen:
sus cabellos movidos por el aire,
y la mirada fija dentro del mar.
Tan sólo ese momento indiferente.
Sellada en él, la vida. 

 

El vaso quebrado

Hay veces en que el alma
se quiebra como un vaso,
y antes de que se rompa
y muera (porque las cosas
se mueren también),
llénalo de agua
y bebe,
quiero decir que dejes
las palabras gastadas, bien lavadas,
en el fondo quebrado
de tu alma
y, que si pueden, canten.

 

Sinónimos

Más allá de la luz está la sombra
y detrás de la sombra no habrá luz
ni sombra. Ni sonidos, ni silencio.
Llámale eternidad, o Dios, o infierno.
O no le llames nada.
Como si nada hubiera sucedido.

 

Mi resumen

«Como si nada hubiera sucedido».
Es ese mi resumen
y está en él mi epitafio.

Habla mi nada al vivo
y él se asoma a un espejo
que no refleja a nadie.

 

Francisco Brines

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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