Título: El color que cayó del cielo Autor: H. P. Lovecraft
Páginas: 64
Editorial: Pulpture
Precio: 10 euros
Año de edición: 2020
En los últimos meses del año de 1882, en una remota y solitaria área rural al oeste de Arkham, la ciudad imaginada por el autor en Nueva Inglaterra, una luz en el cielo anunció la caída de un meteorito en una granja. Las asombrosas propiedades de la misteriosa roca y el aura maligna que la rodea sembrará el miedo, los recelos y los instintos más atávicos de los habitantes del lugar.
Ese es el punto de arranque de esta novela corta, publicada por primera vez en 1927, un relato cargado intriga, muy inquietante, en el que casi se puede tocar el miedo que sienten los personajes. El relato está contado en primera persona por un ingeniero que llega a la zona para construir un lago artificial y se va enterando, poco a poco, de lo que pasó allí hace años, durante los llamados extraños días en el marchito erial.
Un texto magistral, en el que el autor pone en juego dos de las estrategias más eficaces para conjurar la aversión y el miedo del lector: no describir directamente lo que causa el horror, sino hacerlo indirectamente, como dando vueltas alrededor de un agujero negro, y dejar esa tarea a la imaginación del que lee; y mantenerle durante el máximo tiempo posible con explicaciones incompletas, de manera que no sepa bien que está pasando o que pasó, y por qué.
El resultado es una narración que desasosiega, neblinosa y difusa sobre algo demasiado horrible para ser descrito, algo innombrable, ominoso y terrible, que marcó una zona para siempre y dejó un espantoso recuerdo a los pocos supervivientes que consiguieron escapar.
Está edición se basa en una impecable traducción de J. R. Plana, incluye las ilustraciones originales de la primera edición, fragmentos de cartas y un prólogo eruidto y penetrante a cargo de Javier Jiménez Barco
Uno de los mejores y más representativos relatos de terror cósmico, en la línea habitual de Lovecraft, desasosegante, extraño, perturbador, con un toque malsano y la maestría narrativa del genio de Providence.
A los cinco años decidió ser ateo, decisión que mantuvo hasta su muerte. Debido a su precaria salud, asistió a la escuela de forma intermitente y cuando estaba en casa se sumergía en la gran biblioteca de su abuelo para leérsela entera. Estudió por su cuenta Qímica y Astronomía y llegó a publicar artículos en revistas científicas.
Vivió con una madre sobreprotectora, que le convirtió en una persona excéntrica, solitaria y retraída. Cuando ella murió, viajó a Nueva York y se casó, pero su matrimonio duró menos de dos años y volvió a recluirse en Providence. Era extraordinariamente inteligente, tímido y bastante racista. Recluido en la mansión familiar, escribió unas 100 000 cartas durante toda su vida.
Murió joven, a alos 47 años debido a un cáncer intestinal. En su tumba pueden leerse unos inquietantes versos de su poema La llamada de Cthulhu:
No está muerto lo que puede yacer eternamente,
y con el paso de extraños eones incluso la muerte puede morir.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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