Título: No es un río Autora: Selva Almada
Páginas: 144
Editorial: Random House
Precio: 15,90 euros
Año de edición: 2021
127 Páginas de letra grande, equivalentes a dos horas de lectura. Almada no necesita más para levantar todo un mundo magnéticamente atractivo, auténtico, lleno de significados y matices, profunda y poderosa, con la fuerza de una tragedia griega. Porque todo eso y mucho más es esta novela que cierra su «trilogía de varones», iniciada con «Ladrilleros» y continuada con «El viento que arrasa», otras dos novelas de alto voltaje.
En ellas, se nos muestra en toda su profundidad una parte de la Argentina rural poco conocida: la provincia de Entre Ríos, parte de la Mesopotamia argentina, situada al noroeste del país, entre los ríos Paraná y Uruguay. A menudo se la considera «insular», porque un 15.% de su territorio está compuesto de islas y tierras anegadizas rodeadas de ríos y arroyos. Sus principales accesos son puentes y un túnel subfluvial.
En esa tierra entre dos aguas, hay una cultura ruda y profunda, de varones. Tres amigos, Enero, el Negro y Eusebio, seguían solteros para poder emborracharse a gusto y salir a pescar en una barca. Con el paso de los años, Eusebio se casó, murió en un accidente y su hijo, Tilo, parecido a su padre como una gota de agua, sigue yendo a pescar con los dos amigotes.
El pasado y el presente se mezclan en una narración absorbente, que no se puede dejar de leer, muy cinematográfica, que ahonda en temas como el paso del tiempo, el destino, los sueños, la amistad entre hombres, la lealtad y a traición, la paternidad...
Un realismo de connotaciones mágicas y poéticas, que mantiene la verosimilitud sin adentrarse en lo fantástico, con matices que recuerdan a Onetti y a Quiroga, con personjesque se debaten con los fantasmas del pasado y del presente, de varones que se reunen para pescar, cocinar, hablar, comer, beber, bailar y, a veces, requebrar a las mujeres.
Una novela enorme, sobrecogedora y trágica, lírica y ruda al mismo tiempo, áspera y rural, de un territorio profundo y una cultura anclada en el pasado, que se resiste a desaparecer.
Selva Almada nació en la provincia argentina de Entre Ríos en 1973. Fue una chica tímida de provincias, que se refugió en la lectura de literatura juvenil. Comenzó estudios de Comunicación Social, que luego dejó para estudiar Profesorado de Literatura, participó en talleres literarios y pronto comenzó a escribir relatos, cuentos y poemas.
El éxito le llegó en 2012 con «Ladrilleros», reeditada muchas veces, traducida a varios idiomas y premiada en su país en varias ocasiones y en Edimburgo con el First Book Award. Curiosamente, dio origen a una ópera, estrenada en 2016.
Ha escrito otras dos novelas más, cuentos y relatos de no ficción, de corte feminista, y un libro de cuentos infantiles. Reside en Buenos Aires e imparte varios talleres literarios. Con frecuencia regresa a la zona rural de su infancia para obtener datos y material informativo que traslada luego a sus novelas.
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