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martes, 30 de marzo de 2021

La mujer de treinta años - Honoré de Balzac

  

Título: La mujer de treinta años                                                                                         Autor: Honoré de Balzac

Páginas: 208

Editorial: Sirmio

Precio: 12 euros

Año de edición: 1996

Esta novela es un profundo estudio de la mujer madura, lleno de aspectos interesantes, matices y aristas. Balzac, que presumía en sus novelas de conocer el alma femenina como nadie, despliega aquí todo su talento para dar un auténtico máster comprimido sobre las féminas y su papel en al sociedad burguesa y liberar del siglo XIX.

Publicado originalmente en forma de relatos independientes entre 1830 y 1844, luego encajados en una novela completa, narra las vicisitudes de una dama y todas las trampas y barreras que la vida le coloca delante mientras trata de ser feliz a través de todas las etapas de su vida. Tiene seis partes bien diferenciadas: juventud, matrimonio desgraciado y primer amor; desolación y soledad; un segundo amor platónico; el destino de un hijo; la rocambolesca historia de su hija mayor, y la vejez de una madre que se siente culpable.

Un material que en otras manos hubiera dado lugar a una saga de más de 500 páginas, en las del monstruo de Tours, escritor apresurado y atiborrado de café, se queda comprimido en una novela corta, que insinúa cien matices, sugiere, describe, profundiza aquí y allá, retrata la sociedad de su tiempo, tiene incluso una digresión de literatura romántica desaforada —en el capítulo quinto— y resulta interesantísima.

La parte central, dedicada a la madurez de la protagonista, Julie de Vandenesse, es la de más enjundia y realiza un encendido elogio de las virtudes de la mujer madura. Toda la novela muestra la desgraciada posición de la mujer en la sociedad del momento, cuya felicidad dependía siempre de la suerte y de las personas que la rodeaban, comenzando con el trance del matrimonio que, o bien era de conveniencia y elegido por la familia, o bien escogido por la interesada en plena adolescencia, en la que es muy difícil tener buen criterio.

La historia o, mejor dicho, las historias, están presentadas con destellos de fino humor e ingenio, profundidad psicológica y esa sabiduría de hombre de mundo que suele acompañar a este autor, buen conocedor del París de entonces y aquejado de un ligero chauvinismo. Por otro lado, las descripciones de paisajes son rápidas e impresionistas, verdaderos apuntes ejecutados a vuelapluma, un ejemplo de eficacia.

Aunque el autor peca de cierto machismo («Es mucho más hermoso obedecer a un hombre de talento que conducir a un necio», «La mujer no es nada sin amor», «Allí (en Italia) las mujeres son todavía animales dañinos», «Emancipar a las mujeres es corromperlas», «¿Acaso no debo ir a vivir bajo la protección de un hombre tarde o temprano?»), puede verse como un fiel reflejo de su época y en cualquier caso, describe con acierto una sociedad diseñada por y para los hombres, que relegaba a la mujer a un posición siempre subordinada y muy a menudo, sacrificada.

Para completar la selección de citas con interés, tenemos aquí otras cuantas frases curiosas: «La revolución dejó a las mujeres de la antigua monarquía pocas lágrimas en los ojos», «Las mujeres tienen un talento inimitable para expresar sus sentimientos sin emplear palabras demasiado intensas; su elocuencia reside sobre todo en el acento, el gesto, la actitud y las miradas», «Para ella, un sacerdote era un funcionario público de utilidad discutible», «Para el hombre, la libertad; para la mujer, los deberes», «La familia es una asociación temporal y fortuita, que la muerte disuelve con rapidez», «Basta ver cómo mueve una mujer la cabeza para conocerla», «La razón es siempre mezquina al lado del sentimiento», «Era un notario honradamente necio».

En fin, una novela muy interesante, llena de recovecos, ideas y situaciones interesantes, que describe admirablemente bien tanto el amor como el desamor, la felicidad y la desolación, con una figura central, Julie, descrita en profundidad y llena de matices, y una vida llena de avatares que la convierten en una verdadera montaña rusa. Un libro excelente, que describe muy bien la literatura y el modo de hacer de Balzac; lleno de aspectos diferentes y sorpresas, muy apropiado para leer entre varios y luego debatir.

Honoré de Balzac (Tours, 1799-1850), fue un novelista francés, figura destacada del realismo y de la novela clásica decimonónica. Empezó a estudiar Derecho, lo dejó, fué periodista, tipógrafo y editor, hasta que se dió cuenta de que tenía vocación de genio de la literatura. Trabajador infatigable, se pasaba el día bebiendo café, escribiendo, mudándose de casa para escapar de sus acreedores y atendiendo a sus innumerables amantes. 

Escribió una obra monumental, la «Comedia humana», todo un ciclo narrativo que iba a tener 137 novelas, que se quedaron en 87 y 7 novelas de propina no previstas. Su objetivo era describir exhaustivamente la sociedad francesa de su tiempo para, según su famosa frase, «hacerle la competencia al registro civil». 
    
Inició varios negocios y se arruinó también varias veces. Todo en su vida fué disparatado y excesivo. Era un monstruo trabajando, un genio arrollador que vivió la vida a toda velocidad. Parece mentira que le diese tiempo a hacer tantas cosas en solo 51 años. Dentro de su producción, algo irregular, se encuentran verdaderas joyas, obras inimitables, tanto en forma de novelas como de relatos cortos. La literatura de Balzac es un río enorme en el que se pueden pescar verdaderos tesoros.

Honoré de Balzac, daguerrotipo de 1842

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

6 comentarios:

  1. Pasaba el tiempo bebiendo café ¿y cuando escribía?

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    1. Con una mano bebía el café y con la escribía.

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    2. Y con la otra escribía.

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  2. Ja, ja, ja... gracias por el comentario. Me imagino que bebía café con la mano izquierda y seguía escribiendo con la derecha. Se puede.
    Salud y libros.

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  3. Estoy terminando de leerla. He comprado toda la Comedia Humana, esta novela está en el segundo tomo. Es Un alegato feminista de un fuste impresionante. Esto si es feminismo y de hace 200 años. Por cierto en el comentario sobre el talento del marido o la falta de él no aprecio eso que dice de que “es machista”….????

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  4. Gracias por el comentario. Bueno en la frase compara dos situaciones de la mujer en función del hombre (obedecerle y conducirle), o "hija" o "madre", ninguna de las dos es igualitaria.
    Salud y libros.

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