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miércoles, 23 de diciembre de 2020

El baile del Conde de Orgel - Raymond Radiguet

  

Título: El baile del Conde de Orgel                                                                                   Autor: Raymond Radiguet

Páginas: 204
 
Editorial: Renacimiento
 
Precio: 8 euros  

Año de edición: 2007

Esta novelita es el testamento póstumo de un genio de la literatura, precoz como pocos, que cayó a los veinte años de un malhadado tifus. Publicada en 1924, es una de las dos deslumbrantes novelas que nos dejó. Un portento de las letras. Uno entre un millón.

Es en realidad una original versión del tema del triángulo sentimental, que aparece cuando una pareja de jóvenes, François y Paul, conocen a los condes de Orgel. Estamos en 1920. La condesa es la bella Manhaut, de la que se enamora François. Ella está desposada con un noble mayor que ella, encantador y diplomático, que domina los salones con su carisma y que no se entera de nada. El conde y François congenian y la situación se complica.

El texto está lleno de frases afortunadas: «Toda moda es deliciosa cuando responde a una necesidad, nunca a una extravagancia», «Una pareja que baila revela su grado de compenetración», «El silencio en una pareja es un elemento peligroso», «François era feliz como solo se puede serlo a esa edad: sin poseer nada», «La virtud no tiene una sola cara», «Sobre tan resbaladizo terreno, aquellas dos mujeres puras rivalizaban en torpezas como dos patinadoras novatas».

Mientras avanza la historia, Radiguet describe la aristocracia parisina de la época, los felices y locos 20. que tan bien conocía de la mano de Cocteau. Se dice que tomó los personajes de la realidad y ¿quién sabe? a lo mejor, la situación dramática, también.

El caso es que este texto se lee a velocidad e vértigo. Es una elegante narración, a medio camino entre el modo de hacer de Marcel Proust y el de Somerset Maugham. Tiene la sensibilidad y riqueza de matices del francés, algo de sis digresiones y precisión, y la sabiduría del inglés. Parece una obra escrita por un viejo.

El desarrollo es en cierto aspecto opuesto al de «Las amistades peligrosas»: los personajes están llenos de buenas intenciones, no hay traiciones, ni perversión y sin embargo... Curiosamente, no se sinceran cara a cara, pero consiguen hablar francamente por carta. Estamos ante una historia galante, llena de contradicciones y paradojas, y sin embargo es muy creíble, tanto que parece una historia real. Y también ante una encantadora narración sobre cómo nace el amor entre dos personas. Un texto delicado y profundo, que se remata con un baile de disfraces, en el que todo puede pasar y un final inesperado.

Una novela excelente, de un autor que se merece ser mucho más conocido. Un libro imprescindible.

Raymond Radiguet (Saint-Maur-des-Fossées, 1903-1923) fué un escritor francés.  Hijo del dibujante Maurice Radiguet fué un alumno brillante hasta que descubrió la lectura y se convirtió en un lector voraz y compulsivo. Suspendía porque dedicaba todo su tiempo a leer toda la biblioteca paterna, compuesta por los principales autores franceses de los siglos XVII y XVIII y por las obras de Proust y Stendhal, que le impresionaron profundamente. 

Después de esa formación, dejó los estudios a los 15 años y empezó a trabajar como periodista. Publicó algunos cuentos en la revista satírica Le Canard Enchainé y conoció a Max Jacob, Juan Gris, Picasso, Modigliani y finalmente, a Jean Cocteau, que quedó fascinado por el talento de aquel joven. Se hicieron inseparables y fundaron la revista vanguardista Le Coq, en la que colaboraron, entre otros, Tristan Tzara y Paul Morand.

En esa época publica poesía, artículos y lleva una vida externa bohemia y desordenada, pero interiormente ordenada y rigurosa, en la que su mente progresaba de manera lógica y con gran lucidez. Falleció a los 20 años de tifus, habiendo publicado una sola novela autobiográfica («El demonio en el cuerpo») y dejando el original de «El baile del Conde de Orgel», que se publicaría en 1924, después de su muerte. Fué un genio brillante que deslumbró con su talento a los que le conocieron en su corta vida. ¿Qué habría escrito si hubiese tenido una vida larga?

Después de pronunciar sus últimas palabras («Escúcheme una cosa terrible. Dentro de tres días seré fusilado por los soldados de Dios»), entró en coma y a los tres días, murió.

Raymond Radiguet

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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