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lunes, 21 de septiembre de 2020

El corazón de Yamato - Aki Shimazaki

  

Título: El corazón de Yamoto                                                                                       Autora: Aki Shimazaki

Páginas: 582

Editorial: Lumen
 
Precio: 19,85 euros  
 
Año de edición: 2019
 
Serenidad. Es la sensación que transmite este libro al terminarlo; interés, es lo que transmite durante la lectura. Interés porque Japón, aunque hayamos leído libros y visto cine sobre ese país, tiene una cultura tan diferente a la nuestra que siempre resulta estimulante conocerla, siempre aprendemos algo. En este caso, el éxito, a mi juicio, radica en cómo la escritora logra equilibrar los dos términos, lo interesante de lo que nos cuenta y la fórmula narrativa que utiliza con frases cortas, poca adjetivación y la menor implicación pasional en los personajes, por cierto, todos atractivos y muy bien construidos.

Pero, vayamos por partes. Lo que nos cuenta es una panorámica de la vida de y en Japón a lo largo del siglo pasado -exceptuando el desastre nuclear que fue objeto de otro buen libro suyo- y un atisbo de la actualidad. A través de sus personajes nos cuenta algunos efectos de antiguas -y no tan antiguas- ansias expansionistas imperialistas que tuvieron fatales consecuencias para muchos japoneses. El más dramático, encarnado magníficamente en la novela por el señor Toda, fue la deportación a Siberia, al gulag, donde la mayor parte de los más de 600 000 japoneses que la sufrieron murieron de frío, hambre o tras ser sometidos a experimentos científicos a manos de médicos militares rusos. Los pocos que volvieron tuvieron enormes dificultades para reintegrarse.

Importante también y esencia de otro personaje es la época de la restauración japonesa tras la guerra, cuando se sentaron las bases de la actual cultura del trabajo como lo primordial en la vida de las personas. Las grandes compañías que se erigen en dueños no solo del tiempo, sino, al final, de la vida de sus trabajadores. Nos impresiona ver cómo perder el trabajo puede suponer la pérdida total de la confianza en uno mismo -algo que no es difícil comprender- pero lo que nos extraña más es comprobar hasta qué extremos puede llegar la vergüenza social que padecen quienes sufren quedarse sin trabajo.

Y tejiendo historias, la autora va contando, a la manera de la lluvia fina que imperceptiblemente va calando, las especiales características del carácter japonés como el sentido de la lealtad, el control de las emociones, la veneración de la belleza, en especial la de la naturaleza expresada en el arte floral, los rituales como el mítico del té, costumbres ancestrales como el omiai o matrimonio concertado, la importancia de la escritura bien ejecutada, la poesía, los gestos que a veces son más expresivos que las palabras… Un sinfín de pensamientos y acciones cotidianas que reflejan los fundamentos del carácter de las personas individualmente contempladas y, en definitiva, la cultura del país.

Los relatos, cinco, podrían leerse por separado como así fueron editados en francés -la lengua en la que escribe la autora- sin embargo, el éxito de editarlos juntos es que tienen conexiones entre ellos, lo que aporta diversidad al conjunto, porque la misma historia vista en otro de los relatos por otra persona acaba de dar complejidad al personaje. Todas y cada una de ellas destacan un aspecto de esa milenaria cultura que ha sabido mantenerse con pocos cambios hasta hace relativamente poco. De hecho, se percibe el sentimiento de nostalgia de la autora pues en ninguno de ellos cuenta la forma de ser y pensar de la juventud en la actualidad que se asemeja cada vez más a la cultura universal globalizada.

Es curioso que las cinco historias están narradas en primera persona y en presente con sentido de pasado, lo que implica un mayor esfuerzo para no transmitir simpatía o antipatía por los personajes. Sin embargo, no puede decirse que la autora escriba a la manera de las crónicas, porque no es desafección lo que hay en su forma de contar, sino tan solo una cierta distancia. Parece que busca que seamos los lectores quienes nos impliquemos en conceder o no la simpatía a los personajes. Y hay que decir que lo logra, nos gustan al punto de que no los olvidaremos fácilmente.

Las mujeres aparecen también con carta de identidad propia y la autora refleja la evolución del papel que les ha impuesto la sociedad a lo largo del tiempo, desde las amas de casa de las familias pudientes que estudian ikebana, música, poesía o la ceremonia del té, a las modernas trabajadoras de grandes empresas.

A lo largo de todo el libro se constata la importancia decisiva para los japoneses de las palabras, sus significados y cómo cambian cuando al mismo ideograma, kanji, que forma una palabra, se le añaden otros diferentes para formar otras palabras. También las imágenes son importantes. La autora hace hablar a los personajes con gran sutilidad utilizando imágenes artísticas en temas que son difíciles de tratar, como la homosexualidad.

No se puede decir que sea una obra crítica, sin embargo, la forma de presentar algunos temas y que ocurran determinados sucesos en torno a ellos, deja clara su posición respecto a cuestiones de gran calado como la guerra, el poder basado en las jerarquías sociales determinadas por el dinero, las humillaciones o, algo de gran relevancia, el peso de lo no dicho.

Una buena novela que proporciona gozo y conocimiento. No se puede pedir más.

Aki Shimazaki

Aki Shimazaki nació en Gifu, Japón, en 1962 y hace 40 años decidió exiliarse a Canadá, donde vive en la actualidad y del que adoptó no solo la nacionalidad sino también el idioma de escritura, el francés. Ampliamente premiada, su estilo es el de escribir pequeñas novelas que conforman series o ciclos siempre de cinco narraciones. 

Quizás la más conocida en nuestro país, por ser la primera que se publicó, es «El quinteto de Nagasaki» escrita entre 1999 y 2005, en la que ya se encuentra el estilo sencillo, escueto y límpido de esta su segunda novela, así como los temas de su interés que nos hace sentir como nuestros. Del tercer ciclo, escrito entre 2014 y 2018, solo se ha editado en español «La librería de Mitsuko», una narración muy delicada. Esperemos que no tarde alguna editorial en darnos la oportunidad de leer toda la serie. En su incansable trabajo, la autora ha comenzado ya su quinta pentalogía. Lecturas estupendas todas.

Publicado por Paloma Martínez.  

2 comentarios:

  1. Interesantísimo. Japón nos es tan desconocido que, por lo que cuentas en esta reseña tan completa, con esta obra tenemos la oportunidad de adentrarnos en su Historia reciente y en su modo de ver y entender la vida. Tremendo viaje

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  2. Muchas gracias por comentar María, así es y por tan desconocido tan interesante siempre.

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