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domingo, 3 de mayo de 2020

¿Suscribirse a los hechos?


Los principales periódicos españoles en papel han puesto ya en marcha la modalidad premium para su edición digital en la web. Nos proponen pagar por poder leer en internet algunos artículos y reportajes, los más interesantes, por una cantidad mensual que varía según la cabecera (por oden de ventas): 10 € El País, 7,99 El Mundo, 9,90 La Vanguardia, 4,99 El Periódico, 15 € el ABC, 4,95 La Voz de Galicia, etcétera, siguiendo la estela de The New York Times (16 $ mensuales, 8 € para Europa), The Times (26 £/mes), Le Monde (9,90 €/mes) y otros.

¿Es un buen modelo? ¿es el mejor para los lectores y el periódico?¿está adaptado a la dinámica y las reglas de juego de la red? A mí me parece que no. Tiene al menos tres grandes inconvenientes.

En primer lugar, Tim Berners-Lee concibió la web como un espacio en el que las personas colaboran y crean conjuntamente, y el hiperenlace como algo esencial, que sirve para citar y dirigir a una fuente dentro de un texto, con lo que se facilita el dialogo entre textos y el crear sobre lo que otros dicen. Ese juego se rompe, no se puede practicar con los artículos de opinión de los grandes periódicos. No vamos a poder seguir haciéndolo en este blog, ni en ningún otro, ni en Facebook, Twitter y otras redes sociales.

Es obvio que las cosas tienen un coste y hay que buscar un modelo de negocio, los internautas sensatos no piden todo gratis, como dicen algunos, sino precios razonables y dinámicas que no entorpezcan la navegación por la red.

En segundo lugar, hace tiempo que sabemos que cada medio tiene un cierto sesgo político, mayor o menor, declarado u oculto, pero sesgo al fin y al cabo. Parece que ya se han abandonado el viejo ideal periodístico de buscar la objetividad y la buena práctica de tratar de separar información y opinión. Cada vez se habla menos de noticias y más de informaciones. Hay incluso quien lo justifica diciendo que es natural que cada lector elija el medio que le cuenta las cosas como a él le gustan. Sesgos a la carta. Eso no solo empobrece, además favorece el sectarismo y la tribalización del pensamiento, aquello que hizo decir a Machado que «En España, de cada diez cabezas, nueve se emplean para embestir». Véase a ese respecto el artículo de Harari «Los cerebros hackeados votan».

Hace tiempo que tengo la costumbre de leer tres, cuatro y hasta cinco periódicos, para comparar argumentos y ver distintas opiniones. Con el modelo premium eso no se lo puede permitir casi nadie. Eso enlaza con el tercer inconveniente, el del importe de las tarifas de suscripción, demasiado altas, tan altas que un lector medio solo se puede suscribir a un periódico. Si fueran más baratas (1 €/mes, por ejemplo), uno se podría suscribir a cinco o seis medios sin problema. Por no hablar de que a esos precios parece que se está pensando solo en el mercado nacional más que en el hispanohablante. Hay unos 580 millones de personas que leen el español y me parece que se leen más periódicos españoles en Latinoamérica, que latinoamericanos en España.

Y es que parece que la prensa escrita no está aprovechando la economía de la cola larga, la que triunfa en la red, en la que se bajan mucho los precios y se aprovecha que la audiencia es enorme.

¿Y hay otros modelos? Pues creo que sí, que sería mucho más cómodo tener, por ejemplo, una tarifa plana que permitiese el acceso a toda la prensa digital nacional que podría ser incluso un pequeño suplemento opcional incluido en la conexión a Internet. Luego, sería sencillo contabilizar las entradas que ha tenido cada medio y repartir el dinero en consecuencia. 

Algunos periódicos digitales sin edición en papel se financian mediante la publicidad y una cuota de socio voluntaria que permite acceder a los contenidos unas horas antes que el resto de lectores. Nada más. Se basan en la idea de que «si quieres que este periódico continúe existiendo, contribuye».  Y parece que funciona.

Otra posibilidad sería asumir de una vez por todas que el producto no es ya el periódico completo, sino las noticias, tal y como han entendido los agregadores que nos acosan a diario desde el móvil. Un modelo sería cobrar una cantidad muy baja, por ejemplo un céntimo, por texto periodístico. Otro, que la prensa digital fuera de acceso gratuito y lo que podría tener coste sería un buscador y agregador de noticias y artículos que nos permitiera buscar por tema, título, autor, por palabras clave, fecha, etcétera y también por nuestras preferencias si quisiéramos. Un buscador en el que el lector recuperase el control, a diferencia de los más populares que hacen difícil que uno se desprenda de su historial de búsquedas.

También se podrían combinar varias de las opciones anteriores. Pero en cualquier caso, mucho me equivoco o todo el planteamiento no va a servir más que para liquidar un modelo de periodismo ya caduco y promocionar los medios completamente digitales. El cuarto poder necesita una reforma. Al tiempo. 

Publicado por Antono F. Rodríguez.

3 comentarios:

  1. Acertadísimo comentario, Antonio. No se me ocurre nada que objetar.
    Yo creo que no han pensado bien el modelo de negocio, ni cual debería ser el papel de la prensa en una democracia. Han intentado adaptarse a los nuevos tiempos con ideas muy viejas.
    Un abrazo, es un placer leerte.
    Charli

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  2. Completamente de acuerdo Antonio. Creo que la prensa debería darnos posibilidad de leer y contrastar información de distintos medios a un precio asequible.

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