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miércoles, 8 de abril de 2020

La novia oscura - Laura Restrepo

 

Título: La novia oscura 
Autora: Laura Restrepo

Páginas: 408

Editorial: Alfaguara

Precio: 17,95 euros

 Año de edición: 2015 

¿Crónica, reportaje, novela histórica, ficción? Todo está y nada es. 

No es solo una crónica, aunque en parte cumple con sus características. No es solo un reportaje, aunque utiliza muchos de sus recursos. No es solo ficción, pues el tiempo, el lugar y parte de lo narrado se corresponde con la realidad de los años 50 en una zona del río Magdalena en Colombia. No es novela histórica pues, aunque de fondo narre hechos ciertos ocurridos en un pasado, la pretensión de la autora no era tanto escribir la historia que le sirve de escenario, sino darles la dignidad que merecen y reconstruir la vida de unas mujeres excluidas y denostadas -a la vez que utilizadas- por una sociedad hipócrita y cruel con ellas. Prostitutas. Mujeres excluidas por ser mujeres, por ser putas, por ser pobres y por ser indígenas.

La escritora Liliana Viola afirma que en pocos sitios pueden hallarse tantas putas juntas como en una biblioteca. Es cierto que si en el s. XIX fueron pocos los autores que trataron el tema -el referente indiscutible fue Zola con su novela «Nana»- en el s. XX ya hay multitud de escritores que lo abordan y, de entre ellos, también los premios Nobel Yasunari Kawabata, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa. La perspectiva siempre ha sido masculina, es decir, aunque se narre el ambiente en el que viven, la mujer, sus deseos y aspiraciones, no es lo que importa, lo esencial es el hombre que, en el mejor de los casos, la redime sacándola de la prostitución para encerrarla en casa y, aún en ese caso, el héroe es él. 

Laura Restrepo en sus novelas nos habla de mujeres que sufren algún tipo de violencia o exclusión social. Son ellas las que importan, sus pensamientos y sentimientos y cómo viven su situación. Es la suya una mirada nueva que en el caso de «La novia oscura» va un paso más allá pues hace que sean no sólo protagonistas, sino que también sean las narradoras. Es un relato polifónico en el que cuentan una vida dura, tremenda, y, sin embargo, en ningún momento la narración tiene tintes melodramáticos. Para lograrlo, la autora establece una distancia con lo que cuenta a través de diferentes estrategias: es una historia ocurrida hace 50 años; el lenguaje en ningún momento cae en el fácil peligro de exacerbar los sentimientos del lector; utiliza una narradora interpuesta, una periodista que recaba la información acerca de la protagonista, y trufa la novela con sutiles guiños de humor e ironía.

La autora utiliza variados símbolos en el relato, uno muy interesante es el del nombre como definitorio de la esencia de la persona que lo porta. Así, cuenta la historia de la protagonista y sus tres nombres diferentes en tres periodos definitorios de su vida. De niña, cuando llega sola y desvalida al pueblo, no quiere decir su nombre y la llaman «la Niña». El día que se estrena como prostituta se llamará Sayonara, y cuando decide cambiar de vida y se casa recupera el nombre que le dieron al nacer, Amanda.

Sayonara es un personaje muy complejo, inasible en su totalidad, con una fuerza vital y una determinación que son la base y motor de su vida. Una vida marcada por la aspiración, el deseo de algo mejor que nunca parece llegar y que le hace moverse, vivir y huir de situaciones muy diversas, todas duras. Una mujer marcada ya desde su infancia por la violencia. Todavía niña llega sola a un pequeño pueblo en medio de la selva. Un pueblo, La Tora, en el que la prostitución se había instalado al reclamo de una explotación petrolífera norteamericana. Allí pierde la inocencia muy jovencita y su determinación de ser única, la mejor, así como su extraña belleza, la hacen ser la más deseada por todos los petroleros, lo que le permite incluso elegir a sus clientes. Allí vivirá otra situación de violencia, además de la propia de su oficio, la que ejercen las diversas instituciones sobre las prostitutas: los médicos gubernamentales que les sobornan en unos reconocimientos médicos vergonzosos; la Iglesia que no les permite ni siquiera ser enterradas en tierra santa, y la compañía petrolífera contra la que se enfrentan en apoyo a los obreros en una huelga de la que se sigue un empeoramiento de las condiciones de vida para todos.

Sayonara cae en la trampa del amor, algo que se prohíben las prostitutas, y su sufrimiento impulsará su decisión de cambio radical aceptando casarse. Decisión que le causará otra forma más y diferente de violencia, la psicológica, de la que también huirá.

Aun con este ambiente tan difícil, es esta una novela que habla de amor. Amor de la Niña a sus hermanas a las que rescata y protege; amor de la prostituta que la acoge como hija; amor de la mujer que sin darse cuenta se enamora de un hombre; amor de las amigas; amor, aunque sea equivocado, del que en su infancia tuvo el papel de hermano.

El hecho de que la escritora sea mujer, y una mujer socialmente comprometida, hace que la perspectiva desde la que trata el tema de la prostitución sea diferente. No hay juicio. No hay moraleja. Hay un profundo respeto. Hay dignidad. Es esta una novela importante. 

Laura Restrepo

No es la primera vez, ni creo que sea la última, que aparece en este blog Laura Restrepo. Nos gusta. Nos gusta su manera de contar, nos gustan los temas que aborda y su diferente perspectiva, nos gusta que, aunque pasen los años sus novelas siguen siendo actuales, nos gusta que plantea los problemas vitales desde la seriedad de su estudio previo basado en datos objetivos, nos gusta su manera de ficcionar la realidad para que resulte interesante, nos gusta su compromiso como persona. Nos gusta.
                             
Publicado por Paloma Martínez.

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