Hungerstein de 1461 (foto CC BY-SA 3.0 Axel Hindemith)
La intensa sequía que se padece en Centroeuropa ha hecho que bajen los niveles de lagos y embalses hasta dejar que se vean en el río Elba a su paso por la República Checa las llamadas «piedras del hambre» (hungerstein). Son rocas talladas con leyendas como «Cuando me veas, llora», «Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de baja estuvo el agua en 1417» y «Antes lloramos. Ahora lloramos. Tú también llorarás».
Hungerstein de 1616 (foto AHZ)
En una economía fundamentalmente agraria y dependiente de la producción agrícola y ganadera, una fuerte sequía era sinónimo de hambre y desgracias. Hoy en día parecen heraldos del calentamiento global y el cambio climático.
En las proximidades de la ciudad checa de Děčín, cerca de la frontera con Alemania, pueden verse estos días una docena de estos avisos mudos, tan hieráticos como elocuentes. Solemnes profecías del pasado que nos avisan de lo que decían hace años los indios hopi, que el hombre blanco no cuida la madre tierra, ensucia su propio nido y corteja la muerte.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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