Título: Etimologías
Autor: San Isidoro de Sevilla
Páginas: 1480
Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos
Precio: 43,70 euros
Año de edición: 2004
Esta increíble y monumental enciclopedia, escrita en latín hacia el año 634, compendia todo el saber occidental de la época, desde los griegos y romanos hasta aquellos años de la España visigoda. El autor, el gran Isidoro, arzobispo de Sevilla y consejero del rey, estudioso, sabio y erudito, tenía a su disposición ua buena colección de manuscritos clásicos, especialmente la biblioteca completa de Marco Terencio Varrón (116-17 a.C.), polígrafo y director de la primera biblioteca pública de Roma.
Esta edición bilingüe en latín y en español se divide en los veinte libros originales, de los que: los tres primeros abordan las siete disciplinas que formaban el progarma tradicional de enseñanza, el trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el quatrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía); los dos siguientes están dedicados a la Medicina y el Derecho, respectivamente; luego se explaya en tres libros más sobre libros sagrados, teología, la iglesia y las herejías; el libro IX se dedica a los idiomas existentes, la toponimia y la onomástica, el X a las etimologías propiamente dichas; a continuación dedica dos libros al hombre, los monstruos y los animales; dos más a la Geografía; uno, a la Arquitectura; otro a los metales y minerales; otro más a la Agricultura; uno especialmente largo y detallado al arte de la guerra, los deportes, el teatro y los juegos; otro más a las técnicas de construcción y los vestidos, y el último a los instrumentos domésticos y herramientas de campo.
Una Wikipedia del siglo VII, muy divertida y curiosa, que explica qué son los barbarismos y los solecismos, las almorranas, la diferencia entre las dolencias agudas y las crónicas, la media armónica, el movimiento de los astros, las siete clases de ángeles, los átomos, el arco iris, cómo defender una puerta de un ariete, cómo jugar a los dados y mil cosas más.Resulta muy divertido hojearlo y ver la variedad de sus contenidos, aparte del interés histórico que tiene ver qué cosas eran cotidianas entonces y el estado del conocimento en elprincpio del siglo VII,
Llama la atención la costumbre del autor de buscar el significado profundo de cada palabra en su origen o etimología, técnica ampliamente utilizada después por muchos investigadores, como Freud, por ejeplo. También es notable la precisión del lenguaje, la cantidad de cosas que siguen siendo vigentes, como manteles, sábanas y cortinas, lo ameno de la exposición y la perspicacia de muchos conceptos. Hay ideas muy curiosas, como que los anillos se colocan en el cuarto dedo porque se creía que desde él sale una vena que llega hasta el corazón.
Isidoro creía que la Medicina y el Derecho eran las disciplinas reina, dedica mucho espacio a la Teología y a la Religión, a muchos asuntos les da un sesgo religioso, pero su cultura, incluso hoy en día, parece amplísima. Una obra cumbre, que mantuvo su influencia durante siglos, fué traducida al árabe y sirvió de puente entre culturas y tradiciones dispares.
Un libro interesantísimo, que se deja leer muy bien, probablemente la primera enciclopedia de la historia, muy completa y curiosísima. Me he pasado muy buenos ratos leyendo y hojeando esta magna obra, escrita hace quince siglos por el santo patrono del Instituto Geográfico Nacional y de Internet.
Autor: San Isidoro de Sevilla
Páginas: 1480
Editorial: Biblioteca de Autores Cristianos
Precio: 43,70 euros
Año de edición: 2004
Esta increíble y monumental enciclopedia, escrita en latín hacia el año 634, compendia todo el saber occidental de la época, desde los griegos y romanos hasta aquellos años de la España visigoda. El autor, el gran Isidoro, arzobispo de Sevilla y consejero del rey, estudioso, sabio y erudito, tenía a su disposición ua buena colección de manuscritos clásicos, especialmente la biblioteca completa de Marco Terencio Varrón (116-17 a.C.), polígrafo y director de la primera biblioteca pública de Roma.
Esta edición bilingüe en latín y en español se divide en los veinte libros originales, de los que: los tres primeros abordan las siete disciplinas que formaban el progarma tradicional de enseñanza, el trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el quatrivium (Aritmética, Geometría, Música y Astronomía); los dos siguientes están dedicados a la Medicina y el Derecho, respectivamente; luego se explaya en tres libros más sobre libros sagrados, teología, la iglesia y las herejías; el libro IX se dedica a los idiomas existentes, la toponimia y la onomástica, el X a las etimologías propiamente dichas; a continuación dedica dos libros al hombre, los monstruos y los animales; dos más a la Geografía; uno, a la Arquitectura; otro a los metales y minerales; otro más a la Agricultura; uno especialmente largo y detallado al arte de la guerra, los deportes, el teatro y los juegos; otro más a las técnicas de construcción y los vestidos, y el último a los instrumentos domésticos y herramientas de campo.
Una Wikipedia del siglo VII, muy divertida y curiosa, que explica qué son los barbarismos y los solecismos, las almorranas, la diferencia entre las dolencias agudas y las crónicas, la media armónica, el movimiento de los astros, las siete clases de ángeles, los átomos, el arco iris, cómo defender una puerta de un ariete, cómo jugar a los dados y mil cosas más.Resulta muy divertido hojearlo y ver la variedad de sus contenidos, aparte del interés histórico que tiene ver qué cosas eran cotidianas entonces y el estado del conocimento en elprincpio del siglo VII,
Llama la atención la costumbre del autor de buscar el significado profundo de cada palabra en su origen o etimología, técnica ampliamente utilizada después por muchos investigadores, como Freud, por ejeplo. También es notable la precisión del lenguaje, la cantidad de cosas que siguen siendo vigentes, como manteles, sábanas y cortinas, lo ameno de la exposición y la perspicacia de muchos conceptos. Hay ideas muy curiosas, como que los anillos se colocan en el cuarto dedo porque se creía que desde él sale una vena que llega hasta el corazón.
Isidoro creía que la Medicina y el Derecho eran las disciplinas reina, dedica mucho espacio a la Teología y a la Religión, a muchos asuntos les da un sesgo religioso, pero su cultura, incluso hoy en día, parece amplísima. Una obra cumbre, que mantuvo su influencia durante siglos, fué traducida al árabe y sirvió de puente entre culturas y tradiciones dispares.
Un libro interesantísimo, que se deja leer muy bien, probablemente la primera enciclopedia de la historia, muy completa y curiosísima. Me he pasado muy buenos ratos leyendo y hojeando esta magna obra, escrita hace quince siglos por el santo patrono del Instituto Geográfico Nacional y de Internet.
San Isidoro de Sevilla (Cartagena, 556-636) fué arzobispo de Sevilla durante más de 30 años y autor de esa impresionante enciclopedia que tituló Etimologías.
Era hijo de Severino, un capitán de la milicia cartegenera, y Teodora, de familia visigoda. La familia se trasladó a Sevilla cuando Cartagena fué conquistada por Atanagildo, aliado de Bizancio. Sus tres hermanos mayores ocuparon cargos eclesiásticos importantes: Leandro fué arzobispo de Sevilla y le sucedió a su muerte Isidoro, Fulgencio fué obispo de Cartagena y Florentina, abadesa con cuarenta conventos a su cargo. Como San Isidoro, fueron canonizados los tres y forman con él los cuatro santos de Cartagena.
Aprendió siendo muy joven el griego y el hebreo con una maestría que llamaba la atención, además del latín, por su puesto. Colaboró durante toda su vda en la asimilación de los visigodos, que llevaban en España ya 200 años, en su conversión al catolicismo y su integración en la cultura local.
Llegó a ser arzobispo de Sevilla con tan solo 34 años, presidió el IV Concilio de Toledo, fué un intelectual extraordinario para la época, un escritor prolífico y probablemente, le primer enciclopedista de la historia. Unificó la liturgia, impulsó la formación cultural del clero, estableció vínculos duraderos con la corona y fué el primero en ver un origen divino en la designación para ser rey.
Estatua de San Isidoro en la Biblioteca Nacional de España
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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