Título: El don de Vorace
Autor: Félix Francisco Casanova
Páginas: 269
Editorial: Demipage
Precio: 20 euros
Año de edición: 2010
Nada menos que Fernando Aramburu, el autor de Patria, me ha recomendado este libro. Bueno, no personalmente, pero he leído en una entrevista suya que es uno de su libros favoritos.
Es una novela originalísima, rompedora y extraña, onírica y surrealista, que no se parece a nada de lo que hayáis leído, un relato innovador en forma de diario alucinado de Vorace, un personaje maldito con un don muy particular, la inmortalidad, que recuerda inevitablemente al propio autor y no es más que un alter ego tras el que es fácil vislumbrar muchos rasgos de la personalidad de Casanova, poeta desde los 7, autor de este libro a los 17 y muerto a los 19 años.
Un escritor algo egocéntrico y narcisista, inmaduro y provocador, pubescente... y sin embargo, dotado de un talento extraordinario, que deja al lector sin aliento desde la primera página. Un libro que no se puede dejar de leer, iconoclasta, maldito y descarado, perverso y tierno como un ángel caído, adolescente luciferino digno heredero de Beaudelaire y Rimbaud, poeta maldito y radical que recuerda al Boris Vian más loco y orginal.
Leerlo es toda una experiencia, es un texto de una fuerza poética perturbadora, salpicado de capítilos que son sueños, que recuerda a Jim Morrison, la película «Las vírgenes suicidas», lleno de resonancias que a veces pasan desapercbidas y hacen aconsejable una segunda lectura, más lenta y reposada.
«El don de Vorace», es un texto escrito en estado en trance, un torrente de palabras, dictado en buena parte por este adolescente tocado con el don de la inmortalidad literaria, redactado en un par de meses como una confesion en primera persona de un joven que descubre que es inmortal, lo que resulta ser más que un regalo, una maldición y teme que sea hereditaria, escrito por un adolescente que dos años después moriría ¿suicidándose? ¿a lo mejor quiso probar su don?
No lo sabemos, quizás esa novela despierte en el lector ansias autodestructivas. Yo de momento estoy vivo, pero procuro no quedarme solo. A pesar de eso, no os la perdáis.
Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de la Palma, 1976-1996) fué un poeta y escritor canario. Hijo del poeta y médico Féliz Casanova de Ayala, nación en la Isla de la Palma, pero se trasladó muy joven a Tenerife. Allí dedicó la mayor parte de su tiempo a leer voraz y compulsivamente lo mejor de la literatura mundial y a escuchar música, su otra gran pasión.
Formó un grupo de rock llamado Hovno (mierda en checo) rompedor y provocativo, adelantado a su tiempo, que tuvo una trayectoria irregular. Murio a los 19 años, debido a un escape de gas accidental mientras se bañaba (según la versión oficial). Estaba estudiando tercero de Filología HIspánica en la Universidad de la Laguna.
A los 17 años ganó le premio de poesía más importante de las Islas Canarias, el Julio Tovar, a los 18 consiguió el Premio Pérez Armas de novela con «El don de Vorace» y a los 19, el premio otorgado por el diario La Tarde a su libro de poemas «Una maleta llena de hojas». La editorial Demipage va a publicar sus obras completas y ya se nota su influencia en toda una generación de jóvenes poetas.
Se definía a sí mismo así: «Yo soy mi propio abuelo viendo a mi infancia jugar».
Félix Francisco Casanova
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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