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miércoles, 14 de diciembre de 2016

El jardín de los suplicios - Octave Mirbeau


Título: El jardín de los suplicios
Autor: Octave Mirbeau

Páginas: 213

Editorial: El olivo azul

Precio: 19 euros 

Año de edición: 2010
 
Esta novela, realmente única y singular, reúnes dos características en grado sumo que hacen de ella una obra muy especial.
 
En primer lugar está estupendamente bien escrita, con mano ágil y ligera, mucho ritmo descriptivo y una perfección formal que llama la atención. Mirbeau era un gran estilista y su texto se disfruta cuando se lee. No se recrea en ningún momento en ningún pasaje que se pueda hacer mínimamente pesado, únicamente se detiene e insiste ligeramente en aquellos detalles descritivos que entran en resonancia con los temas de la trama, como hacen los grandes escritores. En fin, que formalmente es muy bueno.
 
Y en segundo lugar, lo que cuenta desde el principio es sencillamente éticamente escandoloso, desde la primera línea, no quiero ni imaginar la que se debió armar en su época al publicar estas cosas. Comienza con un apasionado elogio y defensa del asesinato, como algo profundamente humano, puesto en boca de uno de sus personajes, con profusión de argumentos muy bien hilvanados. El lector prosigue con placer, no se leen estas cosas todos los días, algo de morbo y tambien una parte de rechazo.
 
Continua con un texto en el que despuntan la misoginia, la misantropía, el antisemitismo y la xenofobia, de manera moderada y no ofensiva, pero innegable. Uno acaba por entender, o imaginarse, que hay cierta ironía y afán por epatar en todo ello, porque en pocas páginas queda claro el uso irónico de muchas ideas y a veces, el sarcasmo.
 
El autor no deja títere con cabeza y eso es uno de los aspectos de este texto que más me gustan, critica ferozmente y con fundamento al comercio, la burguesía, la justicia, los políticos, las damas, el colonialismo, los exploradores, los jardineros, los sacedotes, todas las religiones...

Iconoclasta, políticamente incorrecto, provocador y a la vez original, divertido a ratos, innovador, este francés, que yo no conocía, la verdad, es todo un descubrimiento, un talento capaz de prodcir frases tan contundentes como estas: La honradez es inerte y estéril, Es como todos los sacerdotes de todas las religiones... quiere asustarnos para ue le demos un poco de dinero o Los corderos van al matadero. No dicen nada, ni esperan nada, pero al menos no votan por el matarife que los sacrificará, ni por el burgués que se los comerá.

El argumento cuenta la vida de un joven, el protagoista y narrador que, corrompido por la política y la sociedad, harto de la vida y desengañado de todo se embarca hacia países exóticos para desintoxicarse y empezar una nueva vida, pero en el barco conoce a una mujer que le hará conocer suplicios inimaginables para él y desconocidos para el lector. Un planteamiento sumamente atractivo.

Una novela que es un verdadero descubrimiento, potente, llena de sorpresas, que no dejará indiferente a nadie, de una calidad altísima y profundamente original.

Octave Mirbeau  (Trávières, 1848-1917) fué un escritor, periodista y crítico francés. Estudió en el colegio jesuita de Vannes, de donde le expulsaron a los quince años. Comenzó a trabajar en un estudio notarial y después de la experiencia traumática de la Guerra franco-prusiana (1870-1871), el líder bonapartista Henri-Dugué de la Fauconnerie, quien lo contrató como secretario particular y lo introdujo como escritor y editor en el periódico de corte bonapartista L'Ordre de Paris.

Escribió diez novelas como negro (escritor fantasma) antes de publicar su primera novela, El calvario, en 1886. Sus libros escandalizaron a los bien pensantes, cayó durante años en cierto olvido, pero desde hace unos veinte años, la Société Octave Mirbeau se ha ocupado de dar a conocer su obra, que ha sido traducida a más de treinta diomas y no deja indiferente a nadie. Escribió novelas, relatos, teatro y ensayo.


Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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