Título: No manden flores
Autor: Martín Solares
Páginas: 454
Autor: Martín Solares
Páginas: 454
Editorial: Random house
Precio: 19,90 euros
Año de edición: 2016
Espléndida. Fenomenal. Se me acaban los adjetivos. Si ya me deslumbró «Los minutos negros», la primera obra de este mexicano, cuando la leí hace un año y pico, ahora esta su segunda novela negra me ha parecido todavía mejor y, me ha dejado sin aliento, como un puñetazo en el plexo solar.
Es una pirámide de palabras, un bosque de frases, un paisaje de párrafos, una sinfonía de páginas ante la que no tememos emplear la hipérbole, porque es una apuesta segura que a nadie defraudará por grande que sea la expectativa. Es una novela soberbia.
Ambientada en Tamaulipas, en el Golfo de México, donde nació este hombre, narra con un estilo envidiable una trama enloquecida y violenta, como el México actual, en la que la vida vale bien poco y la brutalidad, la corrupción y el delito son cotidianos, ubicuos y desquician la realidad hasta volverla del revés y teñirla de surrealismo, hasta construir una realidad psicótica en la que no perder la cabeza es ya un triunfo y seguir vivo cada día, el premio de una improbable lotería.
Cuando secuestra a su hija, un empresario poco ejemplar busca a Carlos Treviño, el protagonista de «Los minutos negros», un expolicía honesto (algo así como un mirlo blanco) para que la encuentre. A partir de ahí nada es lo que parece y cada capítulo está preñado de sorpresas y giros inesperados. Un historia creíble a pesar de los sucesos disparatados que cuenta, porque tiene la textura de lo real, el olor de lo que es verdad.
Una novela tremenda. Un paseo literario por el infierno mexicano, en el que no se ocultan los detalles más espantosos: las normas de seguridad en los colegios, la esperanza de vida media de un jefe de policía con ética, la expedición que sale de la cárcel para cumplir un encargo, los tres chiflados, el coronel de los muertos, la relación de un comisario con su padre y con su hijo... un texto muy absorbente, real, hipernegro y brutal, no hay que olvidar que estamos en México y nada bueno puede pasar, solo lo malo o lo peor, sin más opciones.
Y la habilidad para retratar la intimidad de un mostruo, de un criminal con el que el pobre lector empatiza rápidamente, se da cuenta de que literariamente es mucho más interesante que «el bueno» y acaba pensando que quizás cuando se habita el infierno hay que convertirse en demonio para poder seguir vivo.
Un libro que es el sedimento de muchas historias vividas por tamaulipeños que han dejado su cudad natal porque no quieren morir jóvenes, rematada con un final inesperado e indirecto, sugerido por unas cuantas pistas que se dejan caer como si nada, para que la mente del lector las una y construya un desenlace en su cabeza.
Un descenso a un infierno que sabemos positivamente que existe, de la mano de un escritor sobresaliente, que tiene todo un mundo de historias que contar, a cual más terrible, un lenguaje propio y un saberhacer de primera categoría. Sin duda uno de los mejores libros publicados este año en España, si es que no es el mejor. Una novela que no debéis dejar pasar, os recomiendo de verdad que la compréis cuanto antes y la leáis de inmediato. Me lo váis a agradecer.
Aquí os dejo una interesantísima entrevista en la que el propio Martín Solares habla de algunas de las claves de su novela.
Precio: 19,90 euros
Año de edición: 2016
Espléndida. Fenomenal. Se me acaban los adjetivos. Si ya me deslumbró «Los minutos negros», la primera obra de este mexicano, cuando la leí hace un año y pico, ahora esta su segunda novela negra me ha parecido todavía mejor y, me ha dejado sin aliento, como un puñetazo en el plexo solar.
Es una pirámide de palabras, un bosque de frases, un paisaje de párrafos, una sinfonía de páginas ante la que no tememos emplear la hipérbole, porque es una apuesta segura que a nadie defraudará por grande que sea la expectativa. Es una novela soberbia.
Ambientada en Tamaulipas, en el Golfo de México, donde nació este hombre, narra con un estilo envidiable una trama enloquecida y violenta, como el México actual, en la que la vida vale bien poco y la brutalidad, la corrupción y el delito son cotidianos, ubicuos y desquician la realidad hasta volverla del revés y teñirla de surrealismo, hasta construir una realidad psicótica en la que no perder la cabeza es ya un triunfo y seguir vivo cada día, el premio de una improbable lotería.
Cuando secuestra a su hija, un empresario poco ejemplar busca a Carlos Treviño, el protagonista de «Los minutos negros», un expolicía honesto (algo así como un mirlo blanco) para que la encuentre. A partir de ahí nada es lo que parece y cada capítulo está preñado de sorpresas y giros inesperados. Un historia creíble a pesar de los sucesos disparatados que cuenta, porque tiene la textura de lo real, el olor de lo que es verdad.
Una novela tremenda. Un paseo literario por el infierno mexicano, en el que no se ocultan los detalles más espantosos: las normas de seguridad en los colegios, la esperanza de vida media de un jefe de policía con ética, la expedición que sale de la cárcel para cumplir un encargo, los tres chiflados, el coronel de los muertos, la relación de un comisario con su padre y con su hijo... un texto muy absorbente, real, hipernegro y brutal, no hay que olvidar que estamos en México y nada bueno puede pasar, solo lo malo o lo peor, sin más opciones.
Y la habilidad para retratar la intimidad de un mostruo, de un criminal con el que el pobre lector empatiza rápidamente, se da cuenta de que literariamente es mucho más interesante que «el bueno» y acaba pensando que quizás cuando se habita el infierno hay que convertirse en demonio para poder seguir vivo.
Un libro que es el sedimento de muchas historias vividas por tamaulipeños que han dejado su cudad natal porque no quieren morir jóvenes, rematada con un final inesperado e indirecto, sugerido por unas cuantas pistas que se dejan caer como si nada, para que la mente del lector las una y construya un desenlace en su cabeza.
Un descenso a un infierno que sabemos positivamente que existe, de la mano de un escritor sobresaliente, que tiene todo un mundo de historias que contar, a cual más terrible, un lenguaje propio y un saberhacer de primera categoría. Sin duda uno de los mejores libros publicados este año en España, si es que no es el mejor. Una novela que no debéis dejar pasar, os recomiendo de verdad que la compréis cuanto antes y la leáis de inmediato. Me lo váis a agradecer.
Aquí os dejo una interesantísima entrevista en la que el propio Martín Solares habla de algunas de las claves de su novela.
Martín Solares (Tampico, 1970), escritor, profesor y crítico mejicano, vivió durante algunos años en París, dirigiendo un taller literario mientras hacía el doctorado en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos en la Universidad de la Sorbona. Actualmente vive en México y trabaja en el mundo editorial.
En 1998 ganó el Premio Nacional de Literatura Efraín Huerta con el relato titulado «El planeta Cloralex». Ha publicado sólo dos novelas, «Los minutos negros» (2006), traducida ya a seis idiomas y esta que nos ocupa. Él mismo confiesa ser un escritor lento, que tarda unos siete u ohco años en escribir un libro y actualmente trabaja intensamente en un proyecto que será su tercera novela. Por nosotros que se tome el tiempo que quiera, no hay prisa si al final el resultado es tan rematadamente bueno.
Martín Solares
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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