Título: Las bicicletas son para el verano
Autor: Fernando Fernán-Gómez
Páginas: 288
Editorial: Espasa
Precio: 8,50 euros
Año de edición: 2001
Ésta es la obra de teatro que sirvió de base para que Jaime Chávarri dirigiese una película con el mismo nombre en 1984, que tuvo mucho éxito y ganó varios premios. La verdad es que creo que es una gran película, entre otras cosas porque la obra es oro puro, una verdadera joya y aporta toda su fuerza dramática al largometraje.
La historia es en gran medida autobiográfica y cuenta la vida en Madrid, en el barrio de Chamberí, de Luisito, un chico al que su padre había prometido una bicicleta cuando aprobase todas las asignaturas. El chaval suspende en junio, la bici queda en espera hasta septiembre y nadie le hace caso a cuando insiste que ¡hombre, que las bicicletas son para el verano!
Sin embargo, la acción transcurre en el 36 y, como todos sabemos, el 18 de julio estalló la Guerra Civil Española, la bicicleta tuvo que esperar todavía más y la situación sirve para retratar perfectamente el ambiente del Madrid de aquellos años, cómo afectó la guerra la vida cotidiana de la gente corriente, cómo se puede vivir y afrontar una contienda así.
La obra es en gran parte autobiográfica, no hay más que calcular la edad que tenía Fernán Gómez en el 36, y está escrita con la suficiente habilidad como para que tenga alma, algo que siempre me ha parecido que tiene un toque de magia, porque ¿cómo es posible que unos diálogos y unas situaciones estén escritas de manera que sea relativamente fácil que al representarlos el milagro se produzca y la obra funcione una y otra vez, montaje tras montaje?
El caso es que es una obra excelente, muy buena, que se paladea y se disfruta. Os la recomiendo de verdad primero, porque es muy fácil recordar la película al leerla y volver a disfrutarla y segundo, porque es una buena ocasión para leer teatro y comprobar que también leyendo una obra dramática se puede disfrutar intensamente de la lectura.
Autor: Fernando Fernán-Gómez
Páginas: 288
Editorial: Espasa
Precio: 8,50 euros
Año de edición: 2001
Ésta es la obra de teatro que sirvió de base para que Jaime Chávarri dirigiese una película con el mismo nombre en 1984, que tuvo mucho éxito y ganó varios premios. La verdad es que creo que es una gran película, entre otras cosas porque la obra es oro puro, una verdadera joya y aporta toda su fuerza dramática al largometraje.
La historia es en gran medida autobiográfica y cuenta la vida en Madrid, en el barrio de Chamberí, de Luisito, un chico al que su padre había prometido una bicicleta cuando aprobase todas las asignaturas. El chaval suspende en junio, la bici queda en espera hasta septiembre y nadie le hace caso a cuando insiste que ¡hombre, que las bicicletas son para el verano!
Sin embargo, la acción transcurre en el 36 y, como todos sabemos, el 18 de julio estalló la Guerra Civil Española, la bicicleta tuvo que esperar todavía más y la situación sirve para retratar perfectamente el ambiente del Madrid de aquellos años, cómo afectó la guerra la vida cotidiana de la gente corriente, cómo se puede vivir y afrontar una contienda así.
La obra es en gran parte autobiográfica, no hay más que calcular la edad que tenía Fernán Gómez en el 36, y está escrita con la suficiente habilidad como para que tenga alma, algo que siempre me ha parecido que tiene un toque de magia, porque ¿cómo es posible que unos diálogos y unas situaciones estén escritas de manera que sea relativamente fácil que al representarlos el milagro se produzca y la obra funcione una y otra vez, montaje tras montaje?
El caso es que es una obra excelente, muy buena, que se paladea y se disfruta. Os la recomiendo de verdad primero, porque es muy fácil recordar la película al leerla y volver a disfrutarla y segundo, porque es una buena ocasión para leer teatro y comprobar que también leyendo una obra dramática se puede disfrutar intensamente de la lectura.
Fernando Fernán Gómez (Lima, 1921-2007) ha sido una de los actores más grandes que ha tenido el cine y el teatro español, además de escritor, director de cine y guionista. Fué miembro de la Real Academia, cuyo sillón B ocupó desde el año 2000.
Hijo natural de actores y nieto de la gran actriz María Guerrero, que no permitió que sus padres se casaran, nació en Lima durante una gira de sus progenitores y fué inscrito en el registro civil de Buenos Aires.
Estudió Filosofía y Letras en Madrid, pero su verdadera vocación era el teatro. Después de algunos papeles, le descubrió Enrique Jardiel Poncela que le dió un papel en Los ladrones somos gente honrada. Tres años más tarde la contrató la productora Cifesa y cmenzó a alternar cine, teatro y su vocación como guinista y director.
A partir de 1984 comenzzó a colaborar publicando artículos en «Diario 16» y «El País» e inició una carrera como escritor que le llevó a publicar varios libros de ensayos y once novelas, unas históricas y otras autbiográficas. Al final de su vida se volvió algo cascarrabias y malhumorado, pero eso son gajes de la edad a los que no hay que dar mucha importancia.
Estuvo casado con María Dolores Pradera durante doce años, luego se separaron y ella ha contado que todos los hombres le parecían sosos y medio tontos despues de haber conocido a un hombre tan inteligente. Marisa Paredes le describió perfectamente cuando dijo que la Academia de Cine le concedía su Medalla de Oro «por anarquista, por poeta, por cómico, por articulista, por académico, por novelista, por dramaturgo, por único y por consecuente».
Fernando Fernán Gómez
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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