Título: Ensayo sobre la ceguera
Autor: José Saramago
Páginas: 424
Editorial: Alfaguara
Precio: 17,50 euros
Año de edición: 2001
Editorial: Alfaguara
Precio: 17,50 euros
Año de edición: 2001
Fábula
moral, distopía, novela de ciencia ficción social, esta novela desconcertante
arranca con un planteamiento original que resulta de lo más sugestivo: la
crónica detallada y realista de qué ocurriría en nuestra sociedad actual si se
desata una epidemia nueva y desconocida de ceguera, que hace que la gente vaya
perdiendo la visión. La enfermedad se presenta inopinada y súbitamente, y se
convierte en algo casi mítico, el llamado «mal blanco», porque la visión de los
enfermos se sumerge en una niebla blanca que todo lo oculta y tapa.
Los
personajes aparecen sin nombre propio, el médico, la mujer del médico... lo que
les despersonaliza y hace que pasen por símbolos universales del ser humano.
Sus reacciones, no siempre edificantes (miedo, egoísmo, insolidaridad,
pesimismo, desesperación...), parecen el argumento central de la historia, en
una especie de tratado natural de las reacciones, en el que el autor critica a
sus anchas el género humano.
En
fin, una obra muy original que poco a poco utiliza la ceguera como metáfora de
otros males morales que aquejan a la humanidad, muy bien escrita, que se lee
sola, y si empieza como una especie de parábola simbólica acaba por convertirse
poco a poco en un especie de ensayo novelado sobre cómo somos y cómo nos comportamos
en esta sociedad.
Publicada
originalmente en 1995, pasa por ser la mejor novela de Saramago, cosa sobre la
que no puedo opinar porque no he leído mucho a este portugués genial, pero que
es plausible, porque es un libro fenomenal, plagada de frases lapidarias: «Creo
que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, ciegos que ven, ciegos
que, viendo, no ven», «La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua,
sino que coexisten», «Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso
es lo que realmente somos».
Una
novela genial, muy original e inquietante, en la que parece que todo es
imaginario y no existe hasta que el lector se da cuenta de que todo es una
metáfora de lo que nos rodea. Un libro de los que remueve conciencias, nos saca
de nuestra poltrona cotidiana y nos interroga sobre qué somos en realidad.
Imprescindible para conocer en profundidad el mundo de este portugués
universal.
Esta edición tiene además el aliciente de estar traducida por la que fue su mujer y compañera los últimos años de su vida, Pilar del Río.
Esta edición tiene además el aliciente de estar traducida por la que fue su mujer y compañera los últimos años de su vida, Pilar del Río.
José Saramago (Azinhaga, 1922-2010) nació en
un pueblecito cerca del Río Tajo,
120 km al norte de Lisboa. El
apellido de su padre es Sousa, pero el empleado del Registro Civil se equivocó
y anotó José Saramago, en lugar de José Sousa. Hay quien dice que fué una broma
del funcionario, conocido de la familia. Sus padres eran unos humildes
campesinos y el pequeño José tuvo que dejar los estudios por falta de
medios económicos y tuvo que ponerse a trabajar de cerrajero, luego trabajó en
una caja de pensiones y seguidamente tras dejar ese trabajo se dedicó al
periodismo, la labor editorial y la traducción.
Miembro del Partido
Comunista Portugués y ateo confeso, sufrió censura y persecución durante
los años de la dictadura de Salazar. Según él «Dios es el silencio
del universo, y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio». El
escándalo que originó en Portugal,
una república laica en teoría, su «Evangelio según Jesucristo» hizo que se
fuese a vivir a Lanzarote
y allí vivió los últimos años de su vida.
Consiguió un trabajo fijo en
una editorial, lo que le permitió tener estabilidad y tiempo libre para
escribir. Se defendía de la acusación de pesimista diciendo que no era culpa
suya vivir en un mundo pésimo. En 1988 ganó el Premio Nobel de
Literatura y es el único escritor en lengua portuguesa que ha conseguido
ese galardón.
José Saramago
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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