Un fenómeno curioso y relativamente frecuente en cualquier idioma es que haya palabras que significan una cosa y la opuesta, los llamados autoantónimos o enantiosemas. Hace poco, Verne, un blog muy salado, publicaba una entrada con diecinueve ejemplos en castellano muy llamativos.
Nosotros, por nuestra parte, vamos a añadir dos más:
- «luego», cuyo significado más habitual quiere decir «después, más tarde» y sin embargo, tiene otra acepción que equivale a «inmediatamente, sin dilación». Esta segundo sentido puede parecer en desuso, pero se puede escuchar, entre otros lugares, en Cantabria y además en tres grados: «luego» (a continuación), «muy luego» (inmediatamente) y «lueguísimo» (ahora mismo). Es curioso que en los valles en los que este segundo significado está vigente, no se utiliza el primero.
- «escatológico», que significa al mismo tiempo «relacionado con la divinidad» y «relacionado con los excrementos», es decir, «relativo a lo que no se puede tocar», ya sea por un motivo o por otro.
En muchas ocasiones esta situación paradójica procede de la generalización del uso irónico de un término, como ocurre con «perla» («algo selecto o muy valioso» y también «frase o expresión especialmente desafortunada»), pero a veces el motivo no resulta tan evidente.
¿Conocéis más ejemplos?
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
Hola, Antonio.
ResponderEliminarQué interesante entrada. Muy buenos estos dos que incluyes a la lista de 19 de Verne.
A mí, nada más leer tu artículo, me ha venido a la mente uno que me sorprendió muchísimo, y curiosamente reparé en él tras leerlo en la traducción de una novela de Julio Verne.
Se trata de "formidable" que, según la RAE, puede significar, además de "excesivamente grande en su línea", también "magnífico" y todo lo contrario: "muy temible y que infunde asombro y miedo".
Sería apropiado su uso, por ejemplo, en la oración: "El terrorismo es formidable." Sin embargo, nos sonaría mal a casi todos.
Salud y libros.
Jesús Rojas.
Hace años, en una comarca de mi tierra leonesa, la Cabrera, una viejecita nos comentó que era el día de la patrona, que iba a haber una fiesta "horrible", grandísima.El término me hizo gracia utilizado así, y lo escuché alguna vez más en otros contextos.
ResponderEliminarAhora, al hilo de su interesante entrada, consulto el diccionario de la RAE y compruebo que el término "horrible" significa en su primera acepción "que causa horror", y en tercera acepción,"muy intenso o acentuado".
O sea, que una fiesta horrible puede ser a la vez grandísima y estupenda.
Saludos,
Carmen Cegé.
Gracias a los dos por vuestras aportaciones.
ResponderEliminarBuscando en Google he encontrado alguno más:
enervar (quietar los nervios, tranquilizar; excitar)
lívido (amoratado; pálido)
huelo (percibo un olor; despido un olor)
En fin, salud y libros.