Título: El candado de oro
Autores: Varios autores
Páginas: 268
Editorial: Adriana Hidalgo
Precio: 16 euros
Año de edición: 2014
A partir de 1900, cuando el arte se hizo abstracto, la literatura experimental, la física ininteligible y se preparaban todas las vanguardias artísticas, florecía la novela policiaca clásica, especialmente en el mundo anglosajón. Después del relato fundacional de Poe, «Los crímenes de la calle Morgue» (1840). Conan Doyle publicó las aventuras de Sherlock Holmes entre 1887 y 1926.
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, Buenos Aires era una de las mayores metrópolis del mundo. Fué la primera cudad del continente en tener metro, seis años antes que Madrid, y su temporada de ópera competía con las de París y Milán. En esos años, se dió en Argentina un proceso parecido de nacimiento y maduración del relato policiaco, con sus precursores y sus relatos canónicos.
Así lo atestiguan los relatos recogidos en esta suculenta antología de 12 cuentos policiacos argentinos publicados entre 1860 y 1910, cuatro antecedentes y ocho cuentos típicos del género, todos ellos originales, atrevidos, algunos con ráfagas de un sentido del humor irresistble y estupendamente bien escritos. Son unos cuentos geniales:
- «El hombre de la levita gris» es la interesantísima historia de un hombre caprichoso que ve a una mujer por la calle y se propone volverla loca.
- «Fantasmas explora qué pasa cuando los periodistas de sucesos se inventan las noticias.
- «El paraguas» arranca con un hecho insólito, una tumba exhumada contiene tan sólo un paragüas y a partir de ahí el lector va de sorpresa en sorpresa, como cuando se le presenta el fenómeno bien conocido de los rayos que ponen telegramas, o se afirma con desparpajo que «El hombre es libre como el pájaro en la jaula».
Eso entre los precursores, si entramos en los cuentos policiacos posteriores nos encontramos con cuentos en los que se impone poco a poco un armazón racional de una lógica implacable, a la vez recorrdios por un genio burlón con un sentido del humor y una ironía muy especiales.
Mis preferidos son: «Amor y pesquisa» (el título tiene gracia), divertido, inteligente y lleno de frases felices («No hay que confundir el peso de la ley con la ley del peso») y «La fiera de la laguna verde», donde se explica cómo encriptar una mensaje con una palabra clave y se presenta un caso inverso al de la calle Morgue, crímenes que parecen cometidos por una bestia y que finalmente, son obra humana.
Una antología divertidísima, amena y fecunda, de autores casi completamente desconocidos en España, pero buenísimos, de una calidad irreprochable y un ingenio a prueba de asesinato. Un libro fenomenal.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario