Título: Primer amor
Autor: Iván Turguénev
Páginas: 128
Editorial: Alianza
Precio: 9,20 euros
Año de edición: 2007
Esta formidable novela, publicada en 1860, cuando Turguénev tenía 42 años y su creatividad estaba en su apogeo, es tremenda, tiene un atractivo profundo, de los que dejan huella en la memoria del lector y se quedan allí mucho tiempo.
Cuenta la historia del primer amor de un protagonista de 16 años, joven e inocente, que se enamora por primera vez de una hermosa muchacha, solo un poco mayor que él, una bella coqueta idolatrada por una nube de pretendientes. Alguien dijo aquello de primer amor, primer dolor y la melancólica hipótesis se cumple aquí una vez mas, despertando recuerdos que uno creía ya olvidados en el fondo de la memoria.
Por que ¿quién no se ha enamorado siendo casi un niño de una mujer maravillosa, quizás casada e inalcanzable? Todavía recuerdo unos ojos verdes y una voz deliciosamente ronca... pero eso es otra historia, no nos dispersemos.
Volviendo a esta pequeña obra maestra, no es didícil adivinar que está basada en hechos reales y que el joven Voldemar es en el fondo Iván. La acciòn transcurre en 1833, el protagonista tiene 16 años, Turguénev nacio en 1818, las fechas coinciden. Algunos años más tarde este ruso lo reconocía, incluso llegaba a afirmar que nunca había sido capaz de inventarse ninguna trama, que todas sus historias estaban tomadas de la vida real.
Dicen que la realidad supera a la ficción y efectivamente así parece en este caso, en el que la bella Zenaida es un trasunto de la poetisa Ekaterina Shajovskaya, que se cruzó en la vida del autor. Nuestro Iván dijo que el personaje de Zenaida es el personaje femenido del que estaba más satisfecho, una mujer coqueta, pero a la vez inteligente y muy atractiva. ¡Ay, qué recuerdo deja el primer amor!
Una novela corta maravillosa, buenísima, rematada con un desenlace inesperado y muy potente. Una buena muestra de que Turguéniev es uno de los grandes, inteligente, delicada, tierna, sabia, en una palabra: inolvidable.
Aunque la edición más fácil de encontrar es la de Alianza, he podio leer la de Anaya y os la recomiendo por el excelente estudio histórico y crítico que tiene al final.
Esta formidable novela, publicada en 1860, cuando Turguénev tenía 42 años y su creatividad estaba en su apogeo, es tremenda, tiene un atractivo profundo, de los que dejan huella en la memoria del lector y se quedan allí mucho tiempo.
Cuenta la historia del primer amor de un protagonista de 16 años, joven e inocente, que se enamora por primera vez de una hermosa muchacha, solo un poco mayor que él, una bella coqueta idolatrada por una nube de pretendientes. Alguien dijo aquello de primer amor, primer dolor y la melancólica hipótesis se cumple aquí una vez mas, despertando recuerdos que uno creía ya olvidados en el fondo de la memoria.
Por que ¿quién no se ha enamorado siendo casi un niño de una mujer maravillosa, quizás casada e inalcanzable? Todavía recuerdo unos ojos verdes y una voz deliciosamente ronca... pero eso es otra historia, no nos dispersemos.
Volviendo a esta pequeña obra maestra, no es didícil adivinar que está basada en hechos reales y que el joven Voldemar es en el fondo Iván. La acciòn transcurre en 1833, el protagonista tiene 16 años, Turguénev nacio en 1818, las fechas coinciden. Algunos años más tarde este ruso lo reconocía, incluso llegaba a afirmar que nunca había sido capaz de inventarse ninguna trama, que todas sus historias estaban tomadas de la vida real.
Dicen que la realidad supera a la ficción y efectivamente así parece en este caso, en el que la bella Zenaida es un trasunto de la poetisa Ekaterina Shajovskaya, que se cruzó en la vida del autor. Nuestro Iván dijo que el personaje de Zenaida es el personaje femenido del que estaba más satisfecho, una mujer coqueta, pero a la vez inteligente y muy atractiva. ¡Ay, qué recuerdo deja el primer amor!
Una novela corta maravillosa, buenísima, rematada con un desenlace inesperado y muy potente. Una buena muestra de que Turguéniev es uno de los grandes, inteligente, delicada, tierna, sabia, en una palabra: inolvidable.
Aunque la edición más fácil de encontrar es la de Alianza, he podio leer la de Anaya y os la recomiendo por el excelente estudio histórico y crítico que tiene al final.
Iván Turguénev (Oriol, 1818-1883), novelista
y dramaturgo ruso, nació en una rica familia de terratenientes. Su
padre era coronel del ejército imperial y murió cuando Iván
tenía 16 años. Después, quedó bajo la tutela de su autoritaria madre,
cruel, mezquina y mandona. Quizás por eso tuvo siempre problemas con el sexo femenino y nunca llegó a casarse.
Estudió Literatura Rusa en las Universidades de Moscú y San Petersburgo, y Filosofía en la de Berlín.
Allí se europeizó completamente, no hay duda de que es el escritor más
europeo de entre los rusos; fué partdario de los que sostenían que Rusia
tenía que avanzar mirando y aprendiendo de Occidente, frente a los
eslavistas que opinaban lo contrario.
Fué amigo de Flaubert y enemigo de Tolstói, con quien estuvo 18 años sin hablarse, y de Dostoyevski, ambos eslavistas. Estuvo enamorado durante años de la cantante española de ópera Paulina García de Viardot. Vivió durante largas temporadas en París y en Baden-Baden. Fué un gran admirador y seguidor de Shakespeare y, como curiosidad, hay que decir que fué él, un romántico impenitente, quien acuño la palabra «nihilista». Es otro de los grandes escritores rusos del siglo XIX.
Iván Turguénev
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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