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jueves, 19 de febrero de 2015

La ruta de Orellana - Alberto Vázquez-Figueroa


Título: La ruta de Orellana 
Autor: Alberto Vázquez-Figueroa 

Páginas: 184 

Editorial: Ediciones B 

Precio: 5 euros 

Año de edición: 2013

Ya hemos hablado aquí en una ocasión del increíble periplo de Orellana, que cruzó a pie toda la Amazonía y descubrió el río que le da nombre, el Amazonas, el más largo y caudaloso de la Tierra.

Pero ahora cambia tanto el punto de vista que la historia es completamente diferente. En esta ocasión un auténtico y atrevido aventurero, como Vázquez-Figueroa sigue la ruta de Orellana, que en 1542 se lanzó hacia el este desde Perú, atravesando una selva casi impenetrable y llena de peligros durante 16 meses en busca de un supuesto «País de la canela», lleno de especias y riquezas, para acabar finalmente en la desembocadura del gran río.

La narración alterna textos históricos sobre el conquistador trujillense, con las peripecias del autor. Hay majestuosos volcanes como el impresionante Chimborazo (6.500 m), el pico más alto de Ecuador, el terrible Cotopaxi, el enigmático Sangay y nuchos más.

El Chimborazo (6.500 m), el señor de la muerte.

Hay en estas páginas descripciones de aminales únicos, como la capibara, el cocodrilo negro, el delfín de agua dulce, la anguila eléctrica, el vampiro y alguna de las más de 300 especies de serpientes venenosas que hay por allí. Los capítulos están infestados de tribus hostiles, algunos de una crueldad escalofriante, como los Aucas y otros muy pacíficos como los cabuclos. también aparece los jíbaros y sus espeluznantes cabezas reducidas o tzanzas.

 
Tzanzas

Y por encima de todo esto, hay mil anécdotas de lo más sorprendente: el tesoro de los Incas, escondido en una cueva prácticamente inaccesible; la Chicharra Machaca, un insecto de picadura muy peligrosa, que sólo se cura haciendo el amor en las primeras 72 horas; la caza del jaguar y la del cocodrilo negro; la fiebre del caucho y la época dorada de la ciudad de Manaos; las ciudades perdidas y, cómo no, la leyenda de las amazonas, mujeres guerreras que no soportaban a los hombres y los utilizaban como sementales una vez al año.

Una obra muy amena, que siempre va al grano, muy interesante y con la que se aprende mucho sobre el nuevo continente. No se puede pedir más en un libro de aventuras, un intrépido explorador corre las más increíbles peripecias y luego nos las cuenta con todo lujo de detalles y mil datos curiosos. Un paseo por una de las regiones más fascinantes del planeta de la mano de un intrépido aventurero, una delicia para los amantes de los libros de aventuras.

Alberto Vázquez-Figueroa (Santa Cruz de Tenerife, 1936) es un escritor de superventas, periodista, viajero e inventor español. A muchos nos gustaría vivir como él ha vivido hasta ahora, viviendo aventuras, viajando y escribiendo luego libros sobre ellas.

Hijo de un arquitecto que se casó con la hija de un farero, pasó su infancia y adolescencia en el África española, donde su padre se había exiliado al terminar la Guerra Civil Española como buen republicano socialista significado. Allí como no tenía otra cosa mejor que hacer, se convirtió en lector compusivo y voraz de novelas de aventuras.

A los dieciséis años volvió a su tierra y trabajó com submarinista para Jacques Cousteau, estudió periodismo, dió la vuelta al mundo en barco y fué corresponsal durante años en los países mas exóticos y peligrosos, cbriendo guerras y revoluciones. Probó durante algún tiempo a dirigir cine, sin mucho éxito.

Escribió su primera novela a los catorce años y con su libro número cieciséis, «Ébano», alcanzó el éxito y se convirtió en uno de los escritores de superventas más leídos. Inventó la desalación por presión, que explota a través de una empresa fundada por él mismo y ha ideado unos cuantos artilugios más.

Su manera de ver la vida puede verse en unas cuantas citas: «Sólo te conceden una vida, unos años, si los vives intensamente es como si vivieras diez vidas»; «Tengo 90 libros que demuestran que no sé nada de literatura»; «El éxito o el fracaso de un invento no depende de a quién beneficia, sino de a quién perjudica».

Tiene un interesante sitio en la web sobre su vida y su obra.
 
http://loffit.abc.es/2014/10/11/alberto-vazquez-figueroa/164871
 Alberto Vázquez Figueroa en su salsa

Publicado por Antonio F. Rodríguez.

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