Paz - Ahmet Hamdi Tanpinar

Título: Paz
Autor: Ahmet Hamdi Tanpinar
 
Páginas: 504
 
Editorial: Sexto piso
 
Precio: 24 euros
 
Año: 2014

Hace algún tiempo leí «El instituto para la sincronización de los relojes» (1954), la única novela que encontré en español de Tanpinar, el clásico turco de los años 50 que Orhan Pamuk admira sin reservas. Y me gustó mucho, es una obra que me parece una maravilla. Pero, para mi sorpresa, leí en la solapa del libro y en varios sitios que, en realidad, la obra maestra de este autor es «Paz» (Huzur), publicada en 1949 por entregas en un periódico estambulí.

Poco después encontré esta edición de la editorial Sexto piso, creo que la primera que ve la luz en España, me lancé a por ella y me la he leído en cuatro días, a pesar de que tiene unas 500 páginas de letra menuda. Efectivamente, es una obra morrocotuda. Empieza de manera muy humilde y sin ninguna grandilocuencia, arrancando in media res, nos cuenta una maravillosa historia de amor y desamor, con sus sombras y sus luces, la magia del enamoramiento y la amargura del abandono, que tiene lugar entre el Estambul y el Bósforo, los dos lugares entre los que se desarrolla esta historia arrebatadora.

Estambul (foto Ara Güler)

A veces las frases se vuelven cortas, muy concretas, cuando describen sensaciones, olores, colores y todo lo que perciben los sentidos. La esencia vital del Mediterráneo está aquí, descrita en una sola frase: «Por mucho que suframos, el sol encuentra una grieta en nuestro sufrimiento y por ahí se introduce como un dragón dorado». Y otras veces se alargan cuando hablan de sentmientos o de lo que piensan los personajes..

La música y la poesía tienen un papel importante en el texto. Hay personajes que leen a Baudelaire y a Mallarmé, de vez en cuando aparece algún que otro poema clásico de la literatura turca y la música tradicional es el tema que sirve de fondo a buena parte del libro.

Una novela total y maravillosa, que es a la vez una bella historia de amor y un paseo nostálgico y melancólico, lento y moroso, por la gran metrópoli turca, escrito con la suficiente habilidad y oficio como para subyugar al lector y que todo resulte interesante. Todo un mundo antiguo y polvoriento, que podéis ver si paseáis por la calle que va desde el Gran Bazar hasta el Bazar de las Especias está aquí mágicamente contenido.

Una ciudad y una cultura en la que la poesía era algo cotidiano; una niña mendigo podía decirte «Que Dios bendiga a tu prometida», o en la que resultaba natural responder «con una sonrisa que la hizo parecerse a una fruta deliciosa». Y una historia que se despliega armoniosamente entre esos dos polos espaciales: el Bósforo, lleno de belleza y encanto, símbolo de felicidad, y una Estambul nostálgica, con la amargura de lo que fué y se perdió. 

Amor y desamor, Oriente y Occidente, pasado y modernidad, Estambul y Bósforo, ciudad y mar...la novela está llena de oposiciones simbólicas entre las que se mueven los personajes en una novela espléndida que os recomiendo sin dudar. Una obra a la vez lírica y simbólica, moderna y profunda, que sigue resonando en la memoria mucho después de haberla terminado.

Ahmet Hamdi Tanpinar (Estambul,1901-1962) es el escritor turco más importante del siglo XX, según su compatriota Orhan Pamuk, que reconoce la enorme influencia que ha tenido en su escritura.

Hijo de un juez, su madre murió cuando él tenía trece años y debido a los destinos de su padre tuvo que viajar por toda Turquía. Estudió Literatura en la Universidad de Estambul y fué profesor universitario de Literatura, HIstoria del Arte, Mitología y Estética.

Fué diputado de 1942 a 1946 y en 1953 hizo un largo viaje por Europa, en el que estuvo en España. Auténtico polígrafo e intelectual influyente, que tocó practicamente todos los géneros, es uno de los autores que mejor ha sabido fundir elementos de la literatura oriental y de la occidental, de los valores del antiguo Imperio Otomano y de la Estambul del pasado siglo.Todos los años se celebra el Festival de Literatura Tanpinar de Estambul en su honor.

 

Ahmet Hamdi Tanpinar

Publicado por Antonio F. Rodríguez.